Flirteando con el subdesarrollo
EL PA?S publica un fragmento del libro 'El Dilema de Espa?a' (Pen¨ªnsula Atalaya) escrito por Luis Garicano, catedr¨¢tico de Econom¨ªa y Estrategia de la London School of Economics
Introducci¨®n
La v¨ªa hispana al subdesarrollo: el populismo y el capitalismo de amigos
?(...) Espa?a flirtea en este momento con este canto de sirena: la v¨ªa hispana al subdesarrollo. Solo Chile, de entre los pa¨ªses iberoamericanos, parece haber escapado (cabe esperar que definitivamente) de la tentaci¨®n recurrente de la supuesta vida f¨¢cil, del capitalismo corrupto, del subsidio permanente que acaba, inevitablemente (tanto Venezuela como Argentina se acercan a este tan repetido final), con un estallido hiperinflacionista. El mismo canto de sirena es escuchado en Grecia, donde tiene a¨²n m¨¢s fuerza, en Italia y en Portugal.
Dos fen¨®menos, en realidad dos caras de la misma moneda, configuran este neoperonismo: el capitalismo de amigos y el populismo a todos los niveles, medi¨¢tico, jur¨ªdico y social. El capitalismo de amigos es en Espa?a el capitalismo del palco del Bernab¨¦u y del despacho de B¨¢rcenas. Es un capitalismo en el que el rico no es el que tiene la mejor idea o el que ha encontrado la mejor manera de satisfacer una necesidad humana. No, el que se hace rico es el que tiene contactos, el que conoce al B¨¢rcenas, al conseguidor de turno. Es el que sabe c¨®mo hacer discretamente una contribuci¨®n a la persona adecuada y recibir a cambio una d¨¢diva del Estado en forma de central el¨¦ctrica, de autopista o de recalificaci¨®n.
En el capitalismo de amigos el rico es el que conoce al B¨¢rcenas de turno
Como resultado de ese capitalismo de amigos, los ciudadanos dejan de confiar en la econom¨ªa de mercado; y surge el populismo, la otra cara de la moneda. Menos de la mitad de la poblaci¨®n piensa que se vive mejor en una econom¨ªa de mercado que en otros sistemas. En 2007 eran dos tercios los que lo afirmaban. De los veinti¨²n pa¨ªses encuestados por el Pew Research Center solo cinco de ellos tienen peor opini¨®n del capitalismo que los espa?oles. No es sorprendente esta desconfianza de la poblaci¨®n hacia la versi¨®n castiza del capitalismo. Es precisamente el conocimiento de los espa?oles de ¡°c¨®mo funcionan de verdad las cosas¡±, su conocimiento ¨ªntimo de los mecanismos del capitalismo de amigos, su convicci¨®n fundada de que los que son ricos lo son por quienes conocen y no por haber contribuido al bienestar social, lo que justifica la enorme desconfianza de los espa?oles hacia el capitalismo.
Las consecuencias son nefastas. En muchas familias el mayor deseo es ser funcionario, porque la forma de llegar al ¨¦xito es relativamente transparente en este caso, un simple examen. Cualquier reforma estructural, por razonable que sea, se encuentra con un escepticismo generalizado. La actitud habitual de los ciudadanos, que desconf¨ªan tanto de los pol¨ªticos como del mercado, es de oposici¨®n a cualquier cambio, incluso en el momento m¨¢s bajo de la crisis. ¡°Virgencita Virgencita, que me quede como estoy¡±. En este clima, es f¨¢cil imaginar a futuros Gobiernos desliz¨¢ndose hacia el estatismo populista, hacia la introducci¨®n de m¨¢s controles arbitrarios sobre la actividad econ¨®mica, limitando a¨²n m¨¢s el dinamismo del pa¨ªs.
En este libro planteo una visi¨®n realista y concreta de c¨®mo refundar el capitalismo y la democracia en Espa?a para adaptarlos a la econom¨ªa globalizada actual, basada en el conocimiento y la informaci¨®n, y ponerlos menos al servicio de los poderosos y m¨¢s al de los espa?oles. Se trata de ser m¨¢s productivo para vivir mejor. La visi¨®n propuesta sigue los mismos cauces de humanismo y mercado que caracterizaron el milagro econ¨®mico alem¨¢n tras la Segunda Guerra Mundial. Esta visi¨®n se basa en tres pilares. En primer lugar, reducir el tama?o del Estado sustancialmente, pero a la vez que se incrementa la independencia y la capacidad de los organismos reguladores para asegurar que el mercado funciona, de verdad, a favor de los ciudadanos y no de los amigos del r¨¦gimen. En segundo lugar, abrir el sistema pol¨ªtico para asegurar que los representantes de los ciudadanos no son solo los funcionarios por oposici¨®n o los pol¨ªticos profesionales, sino todos aquellos que tienen inquietud y est¨¢n capacitados para ello. Y, por ¨²ltimo, cambiar a fondo el sistema educativo para que los espa?oles adquieran la formaci¨®n necesaria para competir en la moderna econom¨ªa del conocimiento.
En un momento tan bajo hay que elegir entre modernidad o peronismo
Esta visi¨®n de ¡°Espa?a como pa¨ªs del norte de Europa¡± no es tan radical como puede parecer. Los pa¨ªses de Europa occidental han encontrado un sistema social y econ¨®mico que funciona. Se trata, eso s¨ª, de que Espa?a haga un esfuerzo por acercarse a ¨¦l de forma mucho m¨¢s que cosm¨¦tica. No vale tener una comisi¨®n de la competencia o un tribunal constitucional, si luego se nombra a los m¨¢s serviles e incompetentes para dirigirlos. Se trata de retomar el camino de 1978, de seguir conscientemente v¨ªas y pol¨ªticas mucho m¨¢s an¨¢logas a las de Alemania, Holanda o Dinamarca que a las de Francia e Italia, nuestros modelos tradicionales. Se trata de emprender una revoluci¨®n de los h¨¢bitos y costumbres m¨¢s arraigados en Espa?a para adaptarlos al mundo en que vivimos.
Debemos dejar atr¨¢s las excusas de car¨¢cter cultural, del tipo ¡°es que los espa?oles somos as¨ª¡±. Al contrario, el cambio de h¨¢bitos necesario es posible. Los h¨¢bitos de conducci¨®n (la velocidad, el cintur¨®n, el alcohol) se han transformado radicalmente en diez o quince a?os. Los h¨¢bitos de fumar cambiaron de la noche a la ma?ana. Tambi¨¦n pueden hacerlo nuestras instituciones econ¨®micas, pol¨ªticas y educativas. Si hay un esfuerzo decidido e integrado, Espa?a puede cambiar.
La visi¨®n de este libro es optimista, porque los espa?oles tenemos la energ¨ªa y la creatividad para salir de esta situaci¨®n. Tambi¨¦n es realista, pues analiza con claridad los factores que nos han llevado a donde estamos y lo que debemos hacer para corregir el rumbo.
En este momento tan bajo, Espa?a debe elegir tocar fondo. El pa¨ªs se enfrenta a una elecci¨®n trascendental: o modernidad o peronismo. En una direcci¨®n est¨¢ el bienestar, el trabajo duro pero con recompensa justa, la seguridad jur¨ªdica, las instituciones en las que podemos creer. En la otra est¨¢ el dinero f¨¢cil, el capitalismo de amigos en el que las ganancias son del que tiene contactos y las p¨¦rdidas de la sociedad en su conjunto. La elecci¨®n es nuestra.
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