La crisis cambiaria sacude a Argentina

La depreciaci¨®n del peso argentino respecto al d¨®lar, que alcanz¨® el jueves niveles desconocidos desde la crisis provocada por el corralito de 2001, llev¨® el viernes al Gobierno de Argentina a dar un volantazo en su pol¨ªtica econ¨®mica. A partir del lunes, los ciudadanos argentinos podr¨¢n comprar d¨®lares en el mercado oficial, cosa que se fue volviendo imposible desde finales de 2011 debido a las restricciones que impuso el Gobierno. La medida fue anunciada a primeras horas de la ma?ana por el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en presencia del ministro de Econom¨ªa, Axel Kicillof, despu¨¦s de que el d¨ªa anterior el peso experimentase una depreciaci¨®n del 12%, cerrara con un valor oficial de 7,75 pesos por d¨®lar y de 13 pesos en el mercado negro, cifra desconocida hasta ese d¨ªa en los garitos ilegales donde se intercambian divisas. El jefe de Gabinete tambi¨¦n anunci¨® que el recargo de las compras en el extranjero disminuir¨¢ del 35 al 20%.

Jorge Capitanich suele ofrecer cada ma?ana una conferencia de prensa en la que admite preguntas. Pero esta vez se limit¨® a emitir una declaraci¨®n de minuto y medio: ¡°Hemos decidido autorizar la compra de d¨®lares para tenencia de personas f¨ªsicas, de acuerdo al flujo de ingresos declarados¡±, se?al¨®. Ante las numerosas preguntas que planteaban los periodistas, Axel Kicillof, espet¨®: ¡°Los mismos que nos dijeron durante diez a?os ¡ªse refer¨ªa a la d¨¦cada de los noventa, cuando gobern¨® el peronista Carlos Menem¡ª que el d¨®lar val¨ªa un peso son los que hoy nos quieren convencer de que vale 13. As¨ª que saquen sus propias conclusiones¡±. Kicillof alud¨ªa al precio que alcanz¨® el d¨ªa anterior el d¨®lar en el mercado negro, que es al que acceden los peque?os ahorradores para conseguir divisas.

El ministro de Econom¨ªa aclar¨® posteriormente en una entrevista concedida a Radio Continental, emisora del grupo Prisa (editor de EL PA?S), que las subidas en el mercado ilegal y las de esta semana en el oficial, est¨¢n provocadas por intereses particulares que pretenden desestabilizar ¡°el proyecto econ¨®mico¡±. En concreto, cit¨® a la compa?¨ªa petrolera Shell. ¡°Ayer, alrededor de las doce y veinte de la tarde el d¨®lar estaba cotiz¨¢ndose a 7,20 en el mercado. Y hubo un pedido de compra de d¨®lares por 8,40, que luego termin¨® en 8,70 (¡­) Es como que yo entro en una verduler¨ªa y el tomate est¨¢ a 11 pesos y digo: ¡®Yo quiero comprar por 40¡¯. ¡®No, pero est¨¢ a 12¡¯ ¡®No, yo quiero comprar por 40¡¯. Kicillof explic¨® que la depreciaci¨®n se produjo a causa de un pedido de 3,5 millones de d¨®lares por parte de por compa?¨ªa Shell, ¡°que quiso poner el d¨®lar a 8,40¡±. El presidente de Shell en Argentina, Juan Jos¨¦ Aranguren, se apresur¨® a desmentir de forma rotunda cualquier intento desestabilizador.

En las redes sociales criticaban la versi¨®n del Gobierno alegando que si una compra de 3,5 millones de d¨®lares pod¨ªa crear tales movimientos en el mercado, muy mal debe andar la econom¨ªa. La depreciaci¨®n del peso no solo convulsion¨® el mercado argentino, sino que se uni¨® a la devaluaci¨®n de otras monedas de pa¨ªses emergentes, como Turqu¨ªa y Sud¨¢frica, y provoc¨® en la bolsa de Espa?a la mayor ca¨ªda en lo que va de a?o.

El Gobierno argentino emprendi¨® desde el 28 de octubre de 2011 lo que la prensa cr¨ªtica bautiz¨® como un ¡°cepo cambiario¡±. La decisi¨®n ocasion¨® en su d¨ªa varias caceroladas de miles de ciudadanos que vieron c¨®mo se les volv¨ªa cada vez m¨¢s caro ahorrar mediante la compra de d¨®lares. Ante una inflaci¨®n que ahora ronda el 25%, la soluci¨®n para muchos argentinos consiste en comprar d¨®lares y guardarlos en el colch¨®n. Las protestas no hicieron cambiar el rumbo de la pol¨ªtica cambiar¨ªa del Gobierno. Pero la pol¨ªtica del Gobierno tampoco modific¨® los h¨¢bitos de millones de ahorradores habituados desde hace d¨¦cadas a refugiarse en el d¨®lar.

El Gobierno achaca las subidas en el mercado ilegal y las de esta semana en el oficial a intereses particulares que pretenden desestabilizar ¡°el proyecto econ¨®mico¡±

El Gobierno pretend¨ªa aumentar el flujo de d¨®lares disponibles en el Banco Central y promover el uso del peso frente a la divisa estadounidense. Pero, hasta el momento, todo el batall¨®n de medidas implantadas en dos a?os no han generado los resultados esperados. El d¨®lar oficial se vend¨ªa en octubre de 2011 ¡ªal inicio de las medidas restrictivas¡ª a 4,24 pesos mientras que en el mercado paralelo se ofrec¨ªa a 4,49 pesos. Este jueves, un d¨ªa antes de que el Gobierno anunciara la marcha atr¨¢s en su pol¨ªtica cambiaria, el d¨®lar oficial lleg¨® a elevarse hasta los 8,40 pesos y cerr¨® a 7,75, despu¨¦s de que el Banco Central pusiera en circulaci¨®n 100 millones de d¨®lares provenientes de sus reservas para evitar un mayor desplome del peso. Mientras tanto, el d¨®lar blue o negro se pag¨® a 13,10 pesos, el triple de lo que costaba en octubre de 2011. Y las reservas del Banco Central, que en octubre de 2011 se situaban en 47.821 millones de d¨®lares, descendieron el jueves hasta los 29.263 millones, una cifra que no se registraba desde hac¨ªa siete a?os. Buena parte de esos 18.558 millones evaporados desde 2011 fueron destinados a pagar deudas, cosa de la que se enorgullece el Gobierno. Pero otra parte tuvo que invertirse en colocar d¨®lares en el mercado para que no se disparase el d¨®lar blue. Lo primero que hicieron el jueves miles de ciudadanos, cuando vieron que el d¨®lar negro se disparaba a 13 pesos era acudir a comprarlos a las cuevas o despachos ilegales, antes de que continuara subiendo.

En 2012, Cristina Fern¨¢ndez intent¨® convencer a los ciudadanos de que era mucho m¨¢s rentable ahorrar en pesos que en d¨®lares. Les anim¨® a que pesificaran sus ahorros. Para dar ejemplo, en julio de 2012 convirti¨® en pesos tres millones de d¨®lares que ten¨ªa en dep¨®sito a plazo fijo y conmin¨® al senador oficialista An¨ªbal Fern¨¢ndez a que pesificara tambi¨¦n sus ahorros en d¨®lares. Pero la mayor¨ªa de los argentinos siguieron confiando en la divisa estadounidense.

Las consecuencias de la nueva medida est¨¢n por verse. Pero la mayor¨ªa de los economistas cr¨ªticos se?alan que no se conseguir¨¢ enderezar el tim¨®n mientras no haya un reconocimiento claro de la inflaci¨®n y una pol¨ªtica para combatirla. En resumen: el Gobierno a¨²n no ha tomado la sart¨¦n por el mango.