Bruselas alerta del riesgo para Espa?a de la crisis en los pa¨ªses en desarrollo
Bruselas advierte de que el banco malo cerr¨® el pasado a?o con p¨¦rdidas Alerta de que se enfrenta a ¡°grandes desaf¨ªos¡± ya que las ventas no cubren previsiones
El Gobierno defiende que Espa?a apenas tiene exposici¨®n a los pa¨ªses emergentes. En Argentina, que amenaza con un segundo efecto tango una d¨¦cada despu¨¦s, la presencia espa?ola es ¡°muy reducida¡±, seg¨²n el ministro Luis de Guindos. Ocurre que 10 de las 35 empresas del Ibex tienen intereses en aquel pa¨ªs, incluidas Telef¨®nica, Santander y BBVA. Y que, por datos como ese, la Comisi¨®n Europea y el BCE no piensan lo mismo que el Gobierno. Del quinto y definitivo informe sobre el rescate financiero se desprende una impresi¨®n muy positiva, salpicada con al menos media docena de riesgos, que se resumen en uno: viene una recuperaci¨®n p¨¢lida, y lo que es m¨¢s importante, quebradiza por varios flancos, uno de ellos el de los pa¨ªses emergentes. ¡°La reactivaci¨®n de Espa?a ser¨¢ fr¨¢gil y est¨¢ sujeta a riesgos externos: un cambio en las condiciones financieras internacionales y una desaceleraci¨®n en los mercados emergentes, especialmente en Am¨¦rica Latina, un ¨¢rea a la que las empresas espa?olas est¨¢n particularmente expuestas¡±, resume el informe.
Espa?a ha cumplido con creces las condiciones del programa de rescate. Ha hecho reformas y recortes, ha conseguido una indiscutible mejor¨ªa en los mercados, ha disipado las dudas sobre sus entidades financieras, muestra un pu?ado de indicadores prometedores. Y sin embargo, en todo an¨¢lisis serio sobre Espa?a hay que poner como cauci¨®n el adverbio de duda ¡°quiz¨¢¡±. El informe de Bruselas y el Eurobanco est¨¢ plagado de quiz¨¢s. Un ejemplo: la banca mejora, pero ¡°pese a los brotes verdes, el alto nivel de paro y la debilidad del mercado inmobiliario seguir¨¢n poniendo en dificultades la rentabilidad del sector (ante la ca¨ªda de los m¨¢rgenes y el creciente deterioro de la calidad de los activos) y el esfuerzo de recapitalizaci¨®n¡±. De momento la cosa funciona, pero quiz¨¢ pueda darse la vuelta.
La recuperaci¨®n est¨¢ ah¨ª, pero el cr¨¦dito a¨²n no toca fondo ¡ªlo har¨¢ a lo largo de 2014¡ª y es ¡°imperativo¡± seguir con los ajustes y reformas. Quedan varias por hacer: la Comisi¨®n critica el retraso de la ley de liberalizaci¨®n de servicios profesionales y reclama celeridad en la reforma de la Administraci¨®n p¨²blica, la revisi¨®n del sistema fiscal y ¡°un esfuerzo adicional en las pol¨ªticas laborales¡±.
Las 35 p¨¢ginas del informe son una larga lista de tareas pendientes. Y en muchos casos urgentes, pese a que los miedos de los hombres de negro no siempre est¨¢n justificados: la ley andaluza para frenar los desahucios lleg¨® a ser considerada un ¡°riesgo sist¨¦mico¡± en informes anteriores, y ahora apenas aparece de soslayo, por la ¡°inseguridad jur¨ªdica¡± que pueden provocar algunas legislaciones auton¨®micas.
A pesar de los pesares, la tesis en las instituciones europeas es que el rescate ha sido un ¨¦xito. Ese es el mensaje al que se ha agarrado el Gobierno, que ha puesto a funcionar toda su bater¨ªa propagand¨ªstica para tratar de sacarle el mayor partido a la salida limpia del programa. Del informe se deduce que desde el punto de vista del sector financiero las cosas pueden torcerse si la recuperaci¨®n no se consolida por el jaleo en los emergentes, pero tambi¨¦n por alguna otra raz¨®n: un agujero mayor en alguna de las cajas nacionalizadas o por las dudas sobre el banco malo.
Sareb cerr¨® 2013 en p¨¦rdidas. Sus ventas van por debajo de lo esperado. El modelo de negocio presenta riesgos, hasta el punto de que varios ejecutivos est¨¢n a punto de dejar la entidad. La Comisi¨®n pone el acento en los conflictos de inter¨¦s por la competencia de los bancos que forman parte de su accionariado, y en los efectos del deterioro del mercado inmobiliario y la subida de la morosidad. Recomienda que Sareb ¡°siga adaptando sus estrategias de desinversi¨®n¡± a la luz de esos riesgos. Y pide al Gobierno que mantenga la vigilancia para ¡°minimizar el coste para los contribuyentes¡±. Esa ¨²ltima frase se presta a distintas interpretaciones: una de ellas es que Sareb puede necesitar futuras inyecciones de capital, y el Estado concentra el 45% de las acciones; el contribuyente puede tener que volver a rascarse el bolsillo.
Pol¨¦mica por la regulaci¨®n bancaria
La normativa financiera que aprob¨® la Comisi¨®n Europea este mi¨¦rcoles es, seg¨²n su m¨¢ximo responsable, Michel Barnier, ¡°la ¨²ltima pieza del engranaje¡± que evitar¨¢ que los grandes bancos europeos sean ¡°demasiado grandes para quebrar, demasiado costosos para ser rescatados o demasiado complejos para ser liquidados¡±. Pero la propuesta ha recibido las cr¨ªticas de los que la consideran demasiado conservadora y acusan a Bruselas de no haberse atrevido a forzar a los gigantes financieros a separar sus negocios de inversi¨®n de la banca minorista. Al mismo tiempo, Gobiernos como el franc¨¦s y el alem¨¢n ¡ªque ya hab¨ªan aprobado normas menos ambiciosas¡ª y el sector financiero rechazan la iniciativa por ir demasiado lejos.
Barnier, comisario europeo de Servicios Financieros, propone prohibir la negociaci¨®n por cuenta propia en instrumentos financieros y materias primas, aquella cuyo ¨²nico fin es especulativo. Se trata de impedir estas actividades por el alto riesgo que implican. Pero Bruselas ha sido menos radical en la principal medida que se esperaba: la separaci¨®n entre banca comercial y de inversi¨®n para proteger algo tan sensible como los dep¨®sitos. Ser¨¢n los supervisores nacionales los que tengan la capacidad, y en algunos casos la obligaci¨®n, de tomar esta decisi¨®n que podr¨ªa afectar a unas 30 entidades en toda la UE, entre ellas el Santander y el BBVA. ¡°[Estas medidas] han sido calibradas cuidadosamente para asegurar el delicado equilibrio entre el mantenimiento de la estabilidad financiera y la creaci¨®n de condiciones propicias para prestar a la econom¨ªa real¡±, a?adi¨® Barnier.
La Comisi¨®n prev¨¦ que estas reglas, que a¨²n deben ser aprobadas por los Gobiernos y el Parlamento Europeo, entren en vigor entre 2017 y 2018.
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