Qu¨¦ envidia de M¨¦xico¡
Mientras M¨¦xico pactaba una agenda de reformas, Brasil descuid¨® las cuentas p¨²blicas y trata de recuperar la confianza
En el juego por una nueva primac¨ªa mundial, M¨¦xico marc¨® un gol ayer a Brasil despu¨¦s de que la agencia brit¨¢nica Moody's elevase la nota soberana de los mexicanos que pas¨® de Baa1 a A3. El partido imaginario entre ambos emergentes, sin embargo, no empez¨® ayer. M¨¦xico ya estaba prepar¨¢ndose para vencer su inercia como pa¨ªs emergente desde que comenzaron a discutirse las reformas estructurales que inclu¨ªan la ruptura de los monopolios en sectores estrat¨¦gicos como telecomunicaciones, medios de comunicaci¨®n y petr¨®leo. El pa¨ªs se embarc¨® en una agenda nacional consensuada, el llamado por el Pacto por M¨¦xico firmado en diciembre de 2012 en el que participaron los tres grandes partidos en lo que fue una tregua en la lucha pol¨ªtica. Los frutos se recogen ahora.
Mientras, en Brasil, el mismo d¨ªa en que Moody¡¯s ajustaba la nota mexicana, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, visitaba el Congreso para pedir que el proyecto de cambio de ¨ªndice de la deuda estatal y municipal con el Gobierno federal no se acelerara ya que podr¨ªa impactar en la pol¨ªtica fiscal de este a?o. Es decir, mientras M¨¦xico vive con la perspectiva de ser premiado por los inversores, Brasil intenta preservar las cuentas p¨²blicas para no ser m¨¢s castigado. El pa¨ªs ya ha ca¨ªdo en la trampa de las etiquetas que adora pegar el mercado financiero para facilitar la tarea de definir inversiones. Junto con Sur¨¢frica, Turqu¨ªa, India e Indonesia, Brasil integra el grupo de los ¡°cinco fr¨¢giles¡±.
Frederico Sampaio, director de Inversiones de Renta Variable de Franklin Templeton, observa que? Brasil se despeg¨® de los dem¨¢s emergentes, lo que puede verificarse por los 'premios' pagados por los bonos a cinco a?os de la deuda brasile?a, negociados en el mercado internacional. ¡°Hoy, Brasil paga 190 puntos contra 105 en mayo del a?o pasado¡±, explica Sampaio. Esos premios, tambi¨¦n conocidos como CDS, funcionan como un seguro para el riesgo de impago de la deuda que var¨ªa, seg¨²n el grado de confianza de cada pa¨ªs. Hoy, el seguro brasile?o est¨¢ en la misma l¨ªnea que Turqu¨ªa, que tiene una nota de riesgo m¨¢s baja que Brasil. Antes, el premio de la deuda brasile?a estaba en l¨ªnea con M¨¦xico. Los mexicanos, sin embargo, est¨¢n pagando 101 puntos de CDS.
Es un hecho que las reformas mexicanas est¨¢n a¨²n en el campo de las ideas, y no salieron del papel. Pero, el m¨¢rketing hasta ahora ha sido eficaz, y el compromiso con los inversores debe hacerlas avanzar. Mientras tanto, Brasil intenta recuperar el terreno perdido en el campo de la confianza del mercado. ¡°Hay un cierto grado de pragmatismo en el Gobierno, aunque no se sepa si es por convicci¨®n o no¡±, dice la economista Zeina Latif. Sampaio, de Franklin Templeton Brasil, coincide en que hay un grado de preocupaci¨®n, como qued¨® patente en la primera visita de la presidenta Dilma Rousseff a Davos (Suiza) y en la se?alizaci¨®n de una nueva meta de super¨¢vit primario. Pero sin el mismo impacto de otros tiempos. ¡°Antes, la perspectiva de toma de medidas, impactaba el valor de los activos. Hoy hay anuncios, pero el impacto es peque?o¡±, afirma Sampaio. Por esas y otras razones, a uno le da una cierta envidia de M¨¦xico. Si el pa¨ªs hubiera pensado en el largo plazo, podr¨ªamos estar celebrando m¨¢s que el Mundial este a?o.
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