La deuda de las familias
La crisis que azota a la econom¨ªa espa?ola desde hace varios a?os es, b¨¢sicamente, una crisis de endeudamiento. La dr¨¢stica ca¨ªda de los tipos de inter¨¦s en el momento de la puesta en marcha de la Uni¨®n Monetaria, la carrera por la cuota de mercado a que se lanzaron las cajas de ahorros y la laxa supervisi¨®n por parte de la autoridad monetaria facilitaron el r¨¢pido endeudamiento de familias y empresas en la primera mitad de la pasada d¨¦cada. M¨¢s tarde, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, qued¨® una ingente masa de deudas por pagar y se inici¨® el largo y ¨¢rido camino del desendeudamiento en el que nos encontramos.
La gran mayor¨ªa de los estudios sobre las crisis de endeudamiento coinciden en que su superaci¨®n es larga, rara vez por debajo de los ocho o diez a?os. Dada la magnitud de nuestro endeudamiento, no debemos hacernos muchas ilusiones sobre las posibilidades de crecimiento de nuestra econom¨ªa a corto y medio plazo. Tendr¨¢n que pasar algunos a?os hasta alcanzar un crecimiento que permita reducir dr¨¢sticamente el desempleo.
Las cifras son muy claras a este respecto. El endeudamiento de las familias espa?olas pas¨® de un 69% de su renta disponible en el a?o 2000 a un 131% en 2007. Este endeudamiento no es el mayor de la Uni¨®n Monetaria Europea: nos superaban ese a?o pa¨ªses como Holanda, Portugal o Chipre, pero se distanciaba mucho de otros pa¨ªses como Francia, Alemania o Italia.
En nuestro caso, cuando se inici¨® el camino hacia la burbuja, las familias eran capaces de ahorrar y mantener un excedente financiero que se utilizaba para financiar al resto de los agentes econ¨®micos, pero el ritmo del endeudamiento fue tal que de 2004 a 2007 las familias perdieron su capacidad de financiar la econom¨ªa, por lo que los intermediarios financieros tuvieron que acudir al ahorro exterior para poder hacer frente a la demanda de cr¨¦dito que se les dirig¨ªa, lo que contribuy¨® decisivamente al fuerte endeudamiento de nuestro pa¨ªs.
Todo esto es historia, pero ahora queda el camino de la devoluci¨®n del dinero tomado a pr¨¦stamo. La deuda de las familias creci¨® de 2000 a 2007 a un ritmo de casi nueve puntos por a?o. A partir de entonces comenz¨® a descender lentamente hasta representar el 123% de la renta disponible en 2012, lo que implica un ritmo de desendeudamiento inferior a dos puntos por a?o, si bien es cierto que en los nueve primeros meses de 2013 el ritmo de ca¨ªda se ha acelerado apreciablemente.
El alivio de la carga financiera de las familias deber¨ªa ser una prioridad de la pol¨ªtica econ¨®mica
La pregunta que puede hacerse es la de si ese ritmo es el adecuado para reducir la dependencia de la financiaci¨®n exterior y la inherente vulnerabilidad de nuestra econom¨ªa ante los vaivenes de los mercados internacionales. La respuesta no es evidente, ya que un ritmo r¨¢pido de desendeudamiento implica necesariamente un menor consumo y, por consiguiente, una menor inversi¨®n y un menor crecimiento, mientras que un ritmo lento implica la aceptaci¨®n de una mayor vulnerabilidad exterior, con todas sus consecuencias. Desde esta perspectiva, hay opiniones para todos los gustos, desde quienes piensan que es preferible aceptar el riesgo de un desendeudamiento lento para intentar acelerar la demanda interna y con ella el crecimiento de la actividad, hasta quienes piensan que los mercados encarecer¨ªan la financiaci¨®n de nuestra econom¨ªa, frenando su crecimiento, en cuanto el proceso de desendeudamiento se detuviera. Lo cierto es que la senda es estrecha y que la pol¨ªtica econ¨®mica no tiene demasiado margen de actuaci¨®n suponiendo que se tengan las ideas claras sobre lo que conviene hacer a partir de ahora.
Seg¨²n una reciente encuesta del Banco Central Europeo (BCE), el porcentaje de familias propietarias de su vivienda principal en 2010 (2008 para Espa?a) era en nuestro pa¨ªs el m¨¢s elevado (un 83%) de la eurozona con la excepci¨®n de Eslovaquia. En el caso de Holanda, solamente eran propietarias de sus viviendas el 57% de las familias. Tambi¨¦n el porcentaje de familias que pose¨ªan segundas residencias era en Espa?a uno de los m¨¢s elevados de la eurozona (36%), solamente por detr¨¢s de Grecia y Chipre. El 50% de las familias en Espa?a estaban endeudadas, frente al 43% de la eurozona. Las familias holandesas eran las que soportaban un mayor porcentaje de deuda sobre sus ingresos (un 194% frente al 113% de las familias espa?olas), pero el peso del servicio de la deuda sobre su renta era un 14,5% frente al 20% de Espa?a, el m¨¢s elevado de la eurozona con la excepci¨®n de Chipre
Una reciente encuesta del Banco de Espa?a permite analizar la evoluci¨®n del endeudamiento de las familias entre 2008 y 2011. El porcentaje de hogares endeudados con rentas medias y altas descendi¨® en esos tres a?os, mientras que el porcentaje correspondiente a los hogares comprendidos en el tramo del 20% de menores ingresos aument¨® del 16,2% al 22,1%. Tambi¨¦n aument¨® en ese mismo tramo el peso de la deuda: el porcentaje de hogares cuyos pagos superaban el 40% de sus rentas pas¨® de representar un 46,5% en 2008 a un 57,6% en 2011. Por su parte, el importe de la deuda en relaci¨®n con la renta de esos hogares pas¨® del 149% al 335% entre las dos fechas.
Llama la atenci¨®n lo sucedido con el grupo de hogares con cabezas de familia menores de 35 a?os. El porcentaje de hogares endeudados pas¨® del 69% al 81% en esos tres a?os, pero con la particularidad de que la carga de la deuda disminuy¨® del 25,7% al 23,1% de sus rentas. Dado que los tipos de inter¨¦s apenas variaron a lo largo del periodo, una parte de la explicaci¨®n puede residir en el alargamiento de los plazos de los cr¨¦ditos para vivienda, que constituyen, de lejos, la parte principal del endeudamiento de todos los hogares.
Los datos del Banco de Espa?a necesitan un an¨¢lisis detallado para poder extraer conclusiones s¨®lidas respecto al ritmo de desendeudamiento de las familias. A primera vista, lo que estas cifras parecen sugerir es que, a menos que se produzca un aumento apreciable de la renta disponible de los hogares a lo largo de los pr¨®ximos a?os, el ritmo de desendeudamiento ser¨¢ lento, en cualquier caso para las familias m¨¢s vulnerables que se encuentran en los tramos de renta m¨¢s bajos. El alivio de la carga financiera que soportan las familias m¨¢s endeudadas deber¨ªa constituir una de las prioridades de la pol¨ªtica econ¨®mica.
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