Una revoluci¨®n para esta Europa
Economistas alemanes y franceses lanzan tres manifiestos para convertir la eurozona en un Poder
En el respiro de no haber quebrado parece que aqu¨ª agotamos todas las energ¨ªas. Solo alg¨²n partido empieza a pertrecharse para las elecciones europeas. Y se movilizan los tres tenores expresidentes del Parlamento Europeo (Enrique Bar¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Robles, Josep Borrell) para recordar que esta vez, por vez primera, el voto popular ser¨¢ decisivo: debe entronizar al presidente del Ejecutivo, la Comisi¨®n.
Pero el resto de Europa va m¨¢s lejos. Se agita, y no solo desde el populismo ultra. Vuelven los economistas. Cada d¨ªa aparece un panfleto con ideas nuevas. Qu¨¦ gozo.
Tres manifiestos, de los que se salivean, proponen una revoluci¨®n para esta UE, un cambio de paradigma radical en su construcci¨®n. Los tres postulan, con distintos acentos (y t¨ªtulos) la edificaci¨®n de una ¡°Uni¨®n del Euro¡± o ¡°Comunidad del Euro¡±, que eleve de rango a la actual eurozona, los 18 socios de la moneda ¨²nica. ?C¨®mo? Con un Ejecutivo propio y reducido, una C¨¢mara propia (destilada desde el Parlamento de Estrasburgo) y un presupuesto como Dios manda... incluso con un Tribunal de capacidad sancionadora reforzada.
Abri¨® fuego el Grupo Glienicker alem¨¢n, compuesto de once profesionales, economistas y juristas, el 18 de octubre (www.bruegel.org). Sostiene que, superada la amenaza de implosi¨®n de la moneda ¨²nica, corremos el riesgo de la complacencia, cuando ¡°ninguno de los problemas fundamentales subyacentes¡±, la crisis bancaria, la de la deuda, la de la competitividad, se ha resuelto definitivamente. ¡°Los problemas estructurales requieren soluciones estructurales¡±. Y la uni¨®n monetaria necesita una ¡°integraci¨®n m¨¢s profunda: un Gobierno econ¨®mico suficientemente potente¡±.
El grupo no denigra lo hecho para enderezar la eurozona, pero lo critica, pide m¨¢s rapidez y menos asimetr¨ªa con los perif¨¦ricos, donde a ¡°una generaci¨®n se la priva de oportunidades¡± (?albricias, esta es la Alemania de los dos Helmut y no de los siniestros Bundesbank o Hans-Werner Sinn). Contra la obsesi¨®n Merkel-Sch?uble, proponen ¡°un mecanismo de transferencias [financieras] controlado¡±, con un seguro de empleo com¨²n y movilidad laboral financiada; as¨ª como la provisi¨®n de bienes p¨²blicos a cargo de la Uni¨®n (protecci¨®n a refugiados, asilados, mercados interiores...) si cada socio no llega por s¨ª solo.
Aunque muy franc¨¦s, tambi¨¦n es autocr¨ªtico el papel de los intelectuales del Grupo Eiffel, del 14 de febrero (misma web): ¡°Por una Comunidad del Euro¡±, que contesta y completa al alem¨¢n. Proclama la responsabilidad compartida del Norte y del Sur en los errores de la crisis. Advierte contra la tentaci¨®n abandonista del euro por ¡°ilusoria¡±, pues lo empeorar¨ªa todo con mayores costes. Asume la reivindicaci¨®n de un seguro de desempleo com¨²n, de una movilidad laboral efectiva y una armonizaci¨®n fiscal. Reclama nuevas pol¨ªticas industrialistas. Y aplaude una arquitectura de la eurozona con Ejecutivo y C¨¢mara, porque ¡°toda decisi¨®n europea requiere control europeo¡±, con su presupuesto y sus recursos propios, que no vengan de los Estados.
Un tercer papel, tambi¨¦n franc¨¦s, el ¡°Manifesto por una uni¨®n pol¨ªtica del euro¡± (http://pouruneunionpolitiquedeleuro.eu) a?ade a las anteriores ideas un fondo de mutualizaci¨®n parcial de la deuda y el ¨¦nfasis en el modelo social europeo. En los tres, el hilo conductor es convertir la eurozona en un Poder. L¨¦anlos. Ag¨ªtense.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.