El relojero gris de la econom¨ªa argentina
El presidente del Banco Central es un funcionario discreto que ha emprendido sin mucho ruido algunas de las principales reformas econ¨®micas del pa¨ªs
Juan Carlos F¨¢brega lleg¨® a convertirse en la m¨¢xima autoridad monetaria argentina con un bajo perfil, sin t¨ªtulo universitario y con una trayectoria de 45 de sus 65 a?os de vida trabajando en el mismo banco, el de la Naci¨®n Argentina, entidad comercial y de fomento de propiedad estatal. Cuando en noviembre pasado, la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner quiso dar un giro a su Gobierno, despu¨¦s del ambiguo resultado de las elecciones legislativas de octubre, todas las miradas se posaron en el nuevo ministro de Econom¨ªa, Axel Kicillof, de 42 a?os, a quien varios analistas se apresuraron en tachar de marxista y dogm¨¢tico, pero que en estos tres meses se ha mostrado pragm¨¢tico, sin dejar de definirse como keynesiano. En aquel momento pocos repararon en F¨¢brega, nuevo presidente del Banco Central, pero con el correr de los d¨ªas tambi¨¦n ha demostrado en los hechos que la imagen sobre ¨¦l era err¨®nea. Sin dejar su estilo discreto, en contraposici¨®n al irreverente de Kicillof, quien se supon¨ªa que iba a limitarse a recibir ¨®rdenes del ministro acab¨® siendo autor intelectual y ejecutor de algunas de las principales reformas econ¨®micas que ha puesto en marcha Fern¨¢ndez para corregir errores de la pol¨ªtica econ¨®mica de los ¨²ltimos siete a?os de los casi 11 a?os de kirchnerismo.
En coordinaci¨®n con Kicillof, el doctor y profesor de econom¨ªa en la Universidad de Buenos Aires con quien forma una pareja despareja, F¨¢brega propuso la devaluaci¨®n del 22 y 23 de enero, cuando el d¨®lar salt¨® de 6,87 pesos a 8,02. Tambi¨¦n subi¨® los tipos de inter¨¦s para despu¨¦s calmar la depreciaci¨®n, y la consiguiente inflaci¨®n, y oblig¨® a los bancos a reducir sus posiciones en divisas, con lo que logr¨® bajar la moneda norteamericana a 7,87 pesos. Sus medidas han sido elogiadas por los banqueros y hasta por los opositores, que consideraban necesarias tanto una correcci¨®n de una tasa de cambio demasiado apreciada en los ¨²ltimos siete a?os como una pol¨ªtica monetaria restrictiva para bajar la inflaci¨®n. Unos y otros esperan ahora que Kicillof ajuste la pol¨ªtica fiscal con una reducci¨®n de subvenciones a la tarifa de electricidad para los ricos y la clase media.
El mundo financiero le reconoce su larga experiencia en banca, mayor a los a?os de vida de Kicillof. Lo elogia adem¨¢s porque se ha apoyado en economistas de carrera del Banco Central, muchos de ellos, ortodoxos, a diferencia de Kicillof, y que hab¨ªan sido relegados por la anterior presidenta de la entidad, Mercedes Marc¨® del Pont, que dej¨® el cargo en noviembre, despu¨¦s de que perdiera un tercio de las reservas internacionales en dos a?os. En las ¨²ltimas dos semanas, a casi un mes de la devaluaci¨®n, se ha tranquilizado la ca¨ªda de reservas. A su vez, los funcionarios de carrera del Banco Central le responden porque lo ven como alguien sin perfil pol¨ªtico, tan de la Administraci¨®n p¨²blica como ellos.
Fuentes ligadas al aparato estatal niegan peleas entre F¨¢brega y Kicillof, que antes se resist¨ªa a una devaluaci¨®n y a una subida de tipos. F¨¢brega, que era amigo del expresidente argentino N¨¦stor Kirchner (2003-2007) desde la ni?ez y siempre ha sido consultado por Fern¨¢ndez, ven¨ªa desde hace tiempo bregando por ambas medidas, como tambi¨¦n por un alza de tarifas el¨¦ctricas. Antes la presidenta lo escuchaba, pero no le hac¨ªa caso y lo dejaba al margen del n¨²cleo duro de las decisiones. Despu¨¦s lo ascendi¨® a gobernador de la autoridad monetaria. Al principio de su tarea en el Banco Central, F¨¢brega busc¨® alinearse a Kicillof, pero con el correr de las semanas comenz¨® a proponer sus ideas, han tenido intercambio de opiniones sobre pol¨ªtica econ¨®mica, pero conviven, se re¨²nen mucho y saben que a ninguno de los dos le conviene enfrentarse, en contraposici¨®n a lo que est¨¢ sucediendo entre algunos funcionarios del Gobierno de Fern¨¢ndez al calor de una indefinida sucesi¨®n de la presidenta en las elecciones de 2015.
Como en la pr¨¢ctica dirigi¨® durante diez a?os el mayor banco de Argentina, con presencia en todo el territorio, conoce a los gobernadores de provincia y por ahora lo apoyan. Para ¨¦l, el Banco de la Naci¨®n Argentina fue su casa y su universidad. Como gerente general del Naci¨®n entre 2003 y 2010 y como presidente de la entidad desde entonces hasta noviembre pasado, trabajaba de siete de la ma?ana a nueve de la noche. El mismo horario que cumple ahora en el Central.
F¨¢brega naci¨® el 10 de enero de 1949 en Mendoza, pero su padre era militar, director de la banda, y eso lo hizo vivir en varios sitios, como R¨ªo Gallegos, la capital de la provincia sure?a de Santa Cruz, donde naci¨® Kirchner. Casado, con tres hijos, viudo y vuelto a casar, F¨¢brega conoci¨® a sus diez a?os al expresidente argentino, que entonces ten¨ªa nueve. Jugaban juntos al f¨²tbol y al baloncesto. De adolescentes compartieron salidas a bailes y militancia peronista. Kirchner ya se destacaba entonces como l¨ªder juvenil. A los 17 a?os, F¨¢brega volvi¨® a Mendoza, estudi¨® dos a?os de agronom¨ªa, pero se dio cuenta de que no era su vocaci¨®n y a los 19 regres¨® otra vez a R¨ªo Gallegos para incorporarse al Banco Naci¨®n como empleado raso. Ese empleo s¨ª lo apasion¨®.
Como bancario vivi¨® en diversas provincias y represent¨® a la entidad en Chile y Uruguay, ascendi¨® poco a poco hacia la c¨²pula con Gobiernos peronistas (1997) y radicales (2000), hasta que fue nombrado gerente general cuando Kirchner lleg¨® al poder. Al banco lo ha dejado en una situaci¨®n bastante ordenada, sin la corrupci¨®n que lo caracterizaba en el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), aunque con una imputaci¨®n de un fiscal por un caso de administraci¨®n fraudulenta que ya ha sido descartada por un juez y que ahora est¨¢ en manos de un tribunal de apelaciones. Como presidente del Naci¨®n, manten¨ªa una buena pero acotada relaci¨®n con Kicillof y alguna vez se hab¨ªa peleado con el entonces mandam¨¢s de la pol¨ªtica econ¨®mica, Guillermo Moreno, que dej¨® en noviembre el cargo de secretario de Comercio Interior, desde el que intensific¨® los controles en la econom¨ªa y manipul¨® las estad¨ªsticas p¨²blicas. Tras esa trayectoria, el Senado aprob¨® la designaci¨®n de F¨¢brega con 56 votos a favor, incluidos los de la oposici¨®n, ninguno en contra y una sola abstenci¨®n. De permanente contacto con el peronismo de su provincia, antes no se descartaba que alguna vez fuese candidato a alg¨²n cargo en Mendoza. Ahora su figura, de persistente bajo perfil, ha cobrado alcance nacional y su suerte y la de Argentina van de la mano.
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