Luis Miguel Castilla, el guardi¨¢n del modelo econ¨®mico peruano
El ministro de Econom¨ªa es la figura m¨¢s poderosa del Gabinete y colabora de cerca con Nadine Heredia, la esposa del presidente
En dos a?os y medio (apenas la mitad de su mandato constitucional), Ollanta Humala ha cambiado cuatro veces al presidente de su Consejo de Ministros. La comparaci¨®n con sus antecesores deja en evidencia la inestabilidad de su poder ejecutivo: tanto Alan Garc¨ªa (2006-2011) como Alejandro Toledo (2001-2006) tuvieron la misma cantidad de jefes de gabinete (cinco), pero a lo largo de los cinco a?os que duraron sus mandatos.
Ahora mismo, apenas tres personas sobreviven del primer Gabinete que empez¨® el gobierno el 28 de julio del 2011. Uno de ellos es Luis Miguel Castilla, el titular de Econom¨ªa y Finanzas, quien, lejos de verse afectado por esas turbulencias, parece consolidarse como una de las figuras m¨¢s influyentes del Gobierno. Tanto, que es capaz de contradecir en una entrevista televisada a un primer ministro (supuestamente, su jefe y el portavoz constitucional del presidente), como hizo con C¨¦sar Villanueva hace dos semanas, cuando declar¨® que nunca hab¨ªa conversado con ¨¦l sobre un posible aumento del sueldo m¨ªnimo. Villanueva renunci¨® ese mismo d¨ªa y al d¨ªa siguiente fue reemplazado por Ren¨¦ Cornejo, hasta entonces ministro de Vivienda, y considerado uno de los aliados m¨¢s cercanos de Castilla en el Gabinete.
Incluso antes de ese episodio, Luis Miguel Castilla, un economista de 45 a?os con estudios de postgrado en Estados Unidos y experiencia laboral en organismos multilaterales como el Banco Mundial y la Corporaci¨®n Andina de Fomento (CAF), ya era considerado la figura m¨¢s fuerte del Gabinete. La encuesta El Poder en El Per¨², elaborada todos los a?os por la revista Per¨² Econ¨®mico, lo sit¨²a como la tercera persona m¨¢s poderosa del pa¨ªs. Solo figuran por encima de ¨¦l Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia, la pareja presidencial, con la que ha desarrollado un relaci¨®n muy cercana.
¡°Castilla completa el tri¨¢ngulo de poder¡±, sostiene el polit¨®logo Carlos Mel¨¦ndez. ¡°Su poder se basa en su legitimidad tecnocr¨¢tica y en que es quien genera confianza en el empresariado, que es a su vez el que legitima al Gobierno, en ausencia de un partido pol¨ªtico fuerte¡±, agrega.
El ascenso del ministro de Econom¨ªa puede considerarse mete¨®rico, si se toma en cuenta que no formaba parte del equipo de campa?a de Humala antes de las elecciones presidenciales del 2011. De hecho, ¨¦l y Nadine reci¨¦n lo conocieron luego de ganar los comicios, cuando Castilla, por entonces viceministro de Hacienda, se reuni¨® con ambos en varias ocasiones para informarlos sobre el estado de la finanzas p¨²blicas y preparar la transferencia de la Administraci¨®n. Por entonces se cre¨ªa (y muchos agentes econ¨®micos tem¨ªan) que Humala iba a designar como ministro de Econom¨ªa a alg¨²n miembro de su equipo, que hab¨ªa elaborado un plan de gobierno, La Gran Transformaci¨®n, que representaba un viraje a la izquierda, sumamente cr¨ªtico con varios pilares del modelo econ¨®mico que por entonces ya ven¨ªa aplic¨¢ndose en el Per¨² hac¨ªa dos d¨¦cadas y hab¨ªa dado muy buenos resultados en t¨¦rminos de crecimiento y reducci¨®n de la pobreza.
Sin embargo, Humala se decidi¨® por Castilla, un t¨¦cnico del Gobierno anterior al que tanto critic¨®, y ac¨¦rrimo defensor de la estabilidad fiscal. En s¨ªntesis: un ap¨®stol del modelo vigente. Pocos meses despu¨¦s el presidente se deshizo de su antiguos asesores en temas econ¨®micos. ¡°El inicio del actual Gobierno fue de mutua desconfianza. El principal gesto para recuperar la confianza fue poner a las personas adecuadas en el manejo de la econom¨ªa¡±, se?ala Diego de la Torre, empresario y presidente del Pacto Mundial en el Per¨². Se refiere a Castilla y a Julio Velarde, el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), que permaneci¨® en su puesto. ¡°Son dos puntales, realmente importantes¡±, agrega.
A partir de entonces, el ministro de Econom¨ªa se convirti¨® en el principal nexo entre el gobierno y los empresarios. ¡°Gracias a su gesti¨®n, el sector privado ha podido tener una llegada m¨¢s cercana al presidente de la Rep¨²blica¡±, se?ala en un reciente reportaje el diario econ¨®mico Gesti¨®n. Sin embargo, esa es solo una de fuente de su creciente poder. La otra es la relaci¨®n privilegiada que ha forjado con la pareja presidencial, y en especial con Nadine Heredia, la primera dama que, pese a no tener un cargo p¨²blico, ejerce una p¨²blica y notoria influencia en las decisiones del gobierno.
En medio de las cr¨ªticas de la oposici¨®n por el protagonismo de la primera dama, Castilla no ha tenido problemas en decir que ella es ¡°un puntal¡± del gobierno. ¡°En los m¨¢s de dos a?os y medio que tengo en el gobierno, soy testigo de primera mano del rol que tiene ella, quien trabaja muy cerca con el gabinete y con el presidente de la Rep¨²blica. Somos un equipo, pero las decisiones las toma el presidente con sus ministros¡±, declar¨® en su ¨²ltima entrevista.
¡°Es el m¨¢s visible de los ministros, el m¨¢s buscado, el m¨¢s consultado, el m¨¢s importante. De hecho, es el primer ministro de facto con un gabinete propio pues algunos ministros despachan con ¨¦l m¨¢s que con el mismo titular de la PCM¡±, escribe en su blog Luis Davelouis, periodista que conoce de cerca a Luis Miguel Castilla y escribi¨® un detallado perfil sobre ¨¦l en el diario El Comercio.
Davelouis afirma que la confianza del presidente y su esposa depositan en Castilla se debe en gran medida a sus credenciales entre el sector empresarial, que lo ve como una especie de garante de la estabilidad econ¨®mica del pa¨ªs. ¡°El ¡®¨¦xito¡¯ macroecon¨®mico obtenido hasta ahora, en medio de un gobierno que empez¨® con el peor de los pron¨®sticos por ser presuntamente estatista, populista y ¡®chavista¡¯, le granje¨® primero aliados y luego hinchas entre el sector privado en donde, por lo menos la mayor¨ªa, lo considera indispensable ah¨ª donde est¨¢ hoy y quisieran que se quede para siempre¡±, explica.
Es dif¨ªcil encontrar a un empresario o representante del sector privado que no elogie la gesti¨®n del ministro de econom¨ªa peruano. Sin embargo, no todos los consideran indispensable. ¡°Tengo el mejor de los conceptos de Castilla y de su equipo. Pero no creo que nadie sea imprescindible. El d¨ªa que se quiera ir, no creo que nadie se ponga nervioso mientras lo reemplace otro t¨¦cnico con credibilidad y credenciales similares¡±, opina Enzo Defilippi, economista y socio de la empresa de estudios y consultor¨ªa Intelfin.
Un pa¨ªs en pos del a?orado 7% anual
Si bien la mayor¨ªa de empresarios y analistas peruanos califica de positiva la gesti¨®n de Luis Miguel Castilla al frente del Ministerio de Econom¨ªa y Finanzas (MEF), no son pocos los que se?alan la necesidad de reformas para que el pa¨ªs retome el alto nivel de crecimiento (alrededor de 7% anual) que lleg¨® a alcanzar no hace mucho tiempo.
¡°El a?o pasado hubo un retroceso del ¨¢nimo empresarial¡±, se?ala Gonzalo Prial¨¦, presidente de la Asociaci¨®n para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN). En su opini¨®n, la noticia de que el gobierno pensaba adquirir los activos de Repsol en el Per¨² y repotenciar la petrolera estatal, PetroPer¨², afect¨® el clima para las inversiones. ¡°La recuperaci¨®n ser¨¢ lenta, pero el Per¨² crecer¨¢ m¨¢s en el 2014 que el a?o pasado (5%)¡±, vaticina.
Gonzalo Prial¨¦ asegura que, si bien el gobierno tiene intenci¨®n de impulsar la inversi¨®n privada, se necesita m¨¢s decisi¨®n para eliminar las trabas que esta encuentra, sobre todo en la burocracia. En eso coincide el economista Enzo Defilippi. ¡°El problema de siempre es la tremenda burocracia (sobre todo a nivel municipal) que dificulta la inversi¨®n (especialmente de empresas medianas y chicas), as¨ª como los altos sobrecostos laborales que fomentan la informalidad. Cumplir con la ley es caro para las empresas peruanas, especialmente para las m¨¢s peque?as¡±, explica.
¡°En mi opini¨®n, el principal problema que enfrenta la econom¨ªa peruana es la pobr¨ªsima capacidad de gesti¨®n del Estado. Liberalizar los mercados y limitar la capacidad de intervenci¨®n del Estado (lo que hemos hecho hasta ahora) ha permitido el desarrollo del sector privado hasta los niveles de sofisticaci¨®n que tenemos hoy, pero eso no es suficiente. Ning¨²n pa¨ªs se ha desarrollado con un Estado que provea bienes p¨²blicos (educaci¨®n, salud, justicia, seguridad, etc.) tan deficientes en comparaci¨®n con los bienes privados que proveen las empresas¡±, agrega el experto.
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