La crisis condena a las mujeres a sectores menos productivos y bajos salarios

Las mujeres que han mantenido o encontrado un empleo durante la crisis econ¨®mica lo han hecho en sectores tradicionalmente con una importante presencia femenina, que son, adem¨¢s, aquellos con una menor productividad y salarios m¨¢s bajos.

Un informe elaborado por la soci¨®loga Amaia Otaegui, de la Fundaci¨®n Primero de Mayo (perteneciente a CCOO), indica que las mujeres, pese a igualar (y a veces superar) los niveles educativos de los hombres, se encuentran "sobrerrepresentadas en empleos de baja productividad y con menores remuneraciones".

El sector servicios (comercio, hosteler¨ªa o administraci¨®n p¨²blica) concentra la mayor parte de los empleos femeninos, aunque las mujeres tambi¨¦n se encuentran "segregadas" a los sectores dedicados al cuidado del hogar y de personas (educaci¨®n, actividades sanitarias y servicios sociales).

Cinco millones de mujeres -de los m¨¢s de 7,6 millones de mujeres ocupadas a finales de 2013, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA)- estaban agrupadas en estos sectores, lo que muestra la "subutilizaci¨®n de la fuerza de trabajo femenina", seg¨²n indica el informe.

Adem¨¢s, en los trabajos tradicionalmente femeninos crece con mayor fuerza el empleo parcial, con especial incidencia en las actividades administrativas, de restauraci¨®n, personales y de venta, lo que implica "una segregaci¨®n ocupacional".

El empleo con jornada a tiempo parcial ha aumentado en los ¨²ltimos seis a?os para ambos sexos, aunque sigue siendo superior en el caso de las mujeres (2 millones) que en el de los hombres (730.000).

Esta modalidad de jornada, incentivada como "supuesta f¨®rmula de conciliaci¨®n", representa menores ingresos, dificultades en el desarrollo profesional y menor protecci¨®n social (prestaciones por desempleo y pensiones de jubilaci¨®n).

La jornada a tiempo parcial influye especialmente entre las mujeres j¨®venes ya que para ellas se convierte en un "empleo de destino", mientras que para los hombres j¨®venes es un paso o experiencia m¨¢s en la trayectoria hacia el tiempo completo.

Esta situaci¨®n tiene lugar porque muchas mujeres j¨®venes (particularmente las de menores recursos) se ven obligadas a ocupar empleos parciales como ¨²nica forma de conciliar trabajo y familia, ante las dificultades para hacer frente al pago de una guarder¨ªa.

En cuanto al sueldo, el sector tambi¨¦n afecta, ya que hay un mayor n¨²mero de mujeres empleadas en ramas con menores condiciones salariales y econ¨®micas y, aun cuando trabajan en sectores "masculinizados" o con importante presencia de hombres, la brecha salarial en detrimento de las mujeres se mantiene.

En general, a?ade el informe, las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en los tramos en los que los salarios son inferiores y, subrepresentadas en los tramos m¨¢s elevados.

Empleos m¨¢s precarios y peor remunerados se traducen en peores condiciones de protecci¨®n por desempleo y mayor dificultad para incorporarse a otro trabajo, dice el informe, que cita que el 60 % de las mujeres paradas son desempleadas de larga duraci¨®n y que reciben un 77 % menos de prestaciones que los hombres.

Y es que el desempleo femenino ha experimentado un importante avance en los ¨²ltimos a?os, casi igualando, con 2,8 millones de paradas, los m¨¢s de 3 millones de parados.

En las ramas de empleo tradicionalmente de mujeres, la tasa de paro femenino es mayor debido a la "cadena de discriminaciones" y prejuicios relacionados con la maternidad.

El empeoramiento de las condiciones laborales y salariales, unido a los recortes y al deterioro del mercado de trabajo, aumenta el riesgo de que las mujeres "se desanimen y tiren la toalla", asegura el informe.

En concreto, la tasa de inactividad (poblaci¨®n en edad de trabajar que no se incorpora a la poblaci¨®n activa) entre las mujeres j¨®venes (de 16 a 29 a?os) supera con margen a la de los hombres, algo que el estudio achaca a que las f¨¦minas deciden seguir form¨¢ndose, aunque tambi¨¦n, desanimadas, optan por ser amas de casa.