El tribunal frena las argucias del juez Silva para suspender la vista contra ¨¦l
La sala rechaza por ¡°abusiva¡± y ¡°fraudulenta¡± la renuncia del abogado del magistrado Silva, acusado de prevaricaci¨®n, se niega a declarar en el juicio
Arturo Beltr¨¢n, de 64 a?os y presidente de la Secci¨®n 5? de la Audiencia Provincial de Madrid, es un magistrado especialista en derecho penitenciario con fama de hombre tolerante y sumamente did¨¢ctico en sus resoluciones. Este martes, su paciencia se vio severamente puesta a prueba en el juicio por prevaricaci¨®n contra el juez Elpidio Jos¨¦ Silva por encarcelar dos veces irregularmente al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, causa que le ha tocado presidir en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. En la segunda sesi¨®n de la vista oral, cargada de electricidad, la sala rechaz¨® de plano el ¨²ltimo recurso de Silva para evitar sentarse en el banquillo de los acusados al menos antes de las elecciones europeas del pr¨®ximo 25 de mayo, en las que el juez encabeza la lista de la formaci¨®n personalista Movimiento RED.
El tribunal presidido por Beltr¨¢n desestim¨® por ¡°injustificada¡±, ¡°abusiva¡± y ¡°fraudulenta¡± la renuncia del abogado de Silva, C¨¢ndido Conde-Pumpido, anunciada por sorpresa el pasado lunes en la primera sesi¨®n del juicio. La sala oblig¨® al letrado a asumir la representaci¨®n de Silva y a proseguir con la vista oral. Esta decisi¨®n llev¨® a Silva a negarse a declarar en el inicio del juicio.
El pasado lunes, el letrado argument¨® que al haber fracasado las cinco causas de nulidad del proceso que hab¨ªa planteado en el tr¨¢mite de cuestiones previas, la confianza en ¨¦l de su cliente se quebraba y le obligaba a desistir de su defensa. El letrado y su cliente confiaban en que con esa maniobra retrasar¨ªan un juicio en el que la fiscal¨ªa pide para el juez Silva 30 a?os de inhabilitaci¨®n por prevaricaci¨®n, retardo malicioso en la administraci¨®n de justicia y dos delitos contra la libertad individual.
No hubo medias tintas en la respuesta del tribunal este martes. Los magistrados rechazaron esta evidente maniobra dilatoria y apercibieron al letrado Conde-Pumpido de que puede incurrir en una sanci¨®n disciplinaria de su Colegio de Abogados e incluso en un delito de deslealtad profesional.
¡°La jurisprudencia del Tribunal Supremo en general encuentra que la renuncia solo puede ser aceptada cuando aparece objetiva y plenamente justificada. En el presente caso la justificaci¨®n ha sido aproximadamente la siguiente: como no se consigue suspender el juicio por nulidad, se consigue por la renuncia. Esa es la justificaci¨®n subyacente. La justificaci¨®n expresada es que como se han defraudado expectativas del cliente se renuncia a la defensa¡±, explic¨® el magistrado Beltr¨¢n. El presidente del tribunal refut¨® la supuesta p¨¦rdida de confianza del juez Silva en su letrado: ¡°El tribunal no sabe cu¨¢les son las expectativas, pero s¨ª sabe que las cuestiones previas de nulidad se rechazan en un porcentaje superior al 99%. O las expectativas no eran razonables o no existieron¡±.
Tras esta argumentaci¨®n, el magistrado record¨® art¨ªculos del C¨®digo Civil y de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial que exigen que ¡°el ejercicio del derecho se haga de buena fe¡± y que obligan a los tribunales a rechazar las ¡°pretensiones abusivas¡±. Y ha lanzado una amonestaci¨®n al letrado: ¡°Este tribunal tiene que apercibirle de que puede incurrir en infracci¨®n disciplinaria sancionable con la multa equiparable a la m¨¢s alta prevista para las faltas, en una responsabilidad disciplinaria ante su Colegio de Abogados e incluso podr¨ªa incurrir en un delito del art¨ªculo 467.2 del C¨®digo Penal¡±. Este precepto prev¨¦ multas de 12 a 24 meses e inhabilitaci¨®n de 1 a 4 a?os para aquel abogado que ¡°perjudique de forma manifiesta los intereses que le fueron encomendados¡±.
Silva, que ha llegado 10 minutos tarde a la sesi¨®n, insiste en que el juicio "no es justo"
Frustrada esta argucia para retrasar el juicio, Conde-Pumpido solicit¨® un receso de 30 minutos para preparar con su cliente la declaraci¨®n. El tribunal le concedi¨® 45 ¡ªfinalmente fue una hora¡ª y les sugiri¨® que se quedaran en la misma sala de vistas para evitar lo ocurrido el lunes: que Silva aprovech¨® el receso para entrar en directo en varias televisiones.
Tras el par¨¦ntesis, lejos de empezar la declaraci¨®n, C¨¢ndido Conde-Pumpido y Silva volvieron a la carga. El letrado present¨® un escrito en el que el juez rechazaba a su abogado, y protest¨® por lo que considera una ¡°amenaza¡± del tribunal. ¡°Es un ataque inaceptable contra la libertad de ejercer la defensa y una imposibilidad de ejercer la defensa. Al igual que un cirujano no puede operar sin circunstancias de higiene, un abogado no debe ejercer la defensa cuando entiende que no se dan las condiciones para ejercerla plenamente¡±.
La tensi¨®n crec¨ªa. En ese momento produjo el siguiente di¨¢logo entre Silva y el presidente del tribunal:
¡ªNo me doy por defendido,
¡ªNo se acepta la renuncia. Es irrelevante su voluntad, usted no va a suspender el juicio.
¡ªNo quiero seguir.
¡ªSu postura es fraudulenta. Le apercibo de que se calle. El juicio contin¨²a.
El revuelo que se form¨® entre los simpatizantes del acusado, que se quejaron de que el juicio estaba ama?ado llev¨® a Beltr¨¢n a expulsar de la sala a tres personas. ¡°Es muy importante que el juicio sea p¨²blico y que est¨¦n aqu¨ª y tambi¨¦n es muy importante mantener las formas. Esto es un juicio, no es un teatro¡±, dijo.
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