¡®Crowdfunding¡¯: de la desilusi¨®n a la esperanza
La microinversi¨®n colectiva permite a cualquier persona invertir en ¡®start ups¡¯ o acceder a pr¨¦stamos
¡°Lo veo muy bien. Nos va a permitir crecer en el segmento al que nos dedicamos, los pr¨¦stamos a las pymes¡±. Guindos tiene a un simpatizante en la persona de Eloi Noya, director de Loanbook, un sitio de financiaci¨®n colectiva (crowdfunding) donde la gente pone su dinero, al inter¨¦s que desea conseguir, para prest¨¢rselo a peque?as empresas.
El crowdfunding es un fen¨®meno que naci¨® para promover iniciativas culturales (un disco, una gira), pero que se ha acabado aplicando tambi¨¦n a financiar empresas (start ups) o a invertir en la construcci¨®n. La nueva ley no afecta al crowdfunding de mecenazgo cultural, que no obtiene r¨¦ditos, m¨¢s all¨¢ del objeto que se pretende fabricar (como es el caso del popular sitio Kickstarter.com). La ley afectar¨¢ al crowdfunding dedicado a obtener dinero, bien para financiar una empresa, bien para prestarlo, en cuyos casos se obtienen compensaciones econ¨®micas.
Al presidente de la Asociaci¨®n Espa?a de Crowdfunding, Xavier Olivella, el anuncio del ministro de Econom¨ªa le pill¨® por sorpresa pero, por lo o¨ªdo, la m¨²sica le sonaba. ¡°Hace unos meses remitimos a los t¨¦cnicos del ministro un documento de 56 p¨¢ginas sobre nuestras propuestas. El gran inconveniente era un l¨ªmite de inversi¨®n igual para todos. Nosotros propon¨ªamos una distinci¨®n entre el inversor individual (con el l¨ªmite de 3.000 euros) y el profesional (sin l¨ªmite), y que el primero pudiera acceder a la segunda categor¨ªa seg¨²n su actividad¡±.
El primer anteproyecto de ley oblig¨® a Ram¨®n Saltor, fundador de TheCrowdAngel, a paralizar su actividad. Invertir con un l¨ªmite de 3.000 no fomenta al inversor ni al sector. La inversi¨®n media de su clientela era de 12.000 euros.
En el caso de los pr¨¦stamos colectivos de Loanbook, la media est¨¢ entre 200 y 1.000 euros, ¡°pero como son inversiones de riesgo, el cliente diversifica el dinero en unos 10 proyectos¡±, explica Noya.
Con ese tope se mataba el naciente sector espa?ol con el agravante de que el inversor podr¨ªa poner su dinero en cualquier de las plataformas extranjeras, que no ten¨ªan tan rigurosas limitaciones (Reino Unido, Francia y Suecia ni las tienen).
Con los cambios anunciados, los proyectos no podr¨¢n superar el mill¨®n de euros, pero los inversores se dividen en dos tipos, los individuales, a los que se mantienen el l¨ªmite de 3.000 euros, y los profesionales, entendido por tales aquellos que tengan una renta disponible de 100.000 euros ¡ªa¨²n est¨¢ por definir como se define¡ª. Estos podr¨¢n invertir en crowdfunding lo que quieran.
Pese a todo, se mantiene esa paradoja de que un particular pueda comprarse un coche o invertir sin l¨ªmite en Bolsa sin que nadie le pregunte, y en cambio reglamente una actividad que apenas financi¨® una decena de proyectos en 2013. M¨¢s de uno ve detr¨¢s de tal celo al lobby de los bancos.
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