¡°El dinero se muere en el mundo¡±
La segunda empresa global de medios de pago busca universalizar las transacciones bancarias
Ann Cairns (Newcastle, Reino Unido, 1957) fue la primera mujer en trabajar en una plataforma petrol¨ªfera offshore en su pa¨ªs. Rondaba la veintena y en la perforaci¨®n no hab¨ªa lavabo de mujeres ni pestillos, as¨ª que ¡°ten¨ªa que sentarme con el pie sobre la puerta para que nadie entrara¡±, recuerda, m¨¢s de 30 a?os despu¨¦s, en el hotel Palace de Madrid. Tambi¨¦n sacrific¨® la melena larga y rubia por un pelo corto, como de ¡°chico¡±. M¨¢s adecuado, pens¨®, para dirigir a 50 ingenieros en medio del mar del Norte.?
Desde entonces su carrera ha tenido menos oleaje. Ha ocupado primeras posiciones en Citibank y ABN Amro. Y hoy su tarjeta profesional narra que es la n¨²mero dos en el mundo de la firma de pagos MasterCard. Suya es la responsabilidad de Asia, Latinoam¨¦rica y Europa. Regiones que suman el 60% de los ingresos totales (3.200 millones de d¨®lares en 2013) de la compa?¨ªa. Un vasto territorio en una empresa cuyo negocio es ¡°hacer dinero a trav¨¦s de las transacciones¡±, describe Cairns. ¡°Estamos conectados a 27.000 bancos, 35 millones de comercios, y ah¨ª fuera hay 1.900 millones de tarjetas en los bolsillos de 1.300 millones de consumidores¡±.
Pero esta Arcadia es ilusoria. Las sanciones de Estados Unidos a Rusia afectan a la firma. El Gobierno ruso quiere crear su propio sistema de pagos; adem¨¢s, Bruselas pretende reducir las tasas de intercambio ¡ªlas comisiones que el banco del establecimiento comercial paga por cada transacci¨®n al banco del titular de la tarjeta¡ª, y competidores como Google, PayPal o Bitcom persiguen su negocio.?
Pregunta. ?Una sociedad sin dinero f¨ªsico es ciencia-ficci¨®n?
Respuesta. No. Existe ya m¨¢s o menos en Suecia. El futuro ha llegado, aunque est¨¦ repartido de forma desigual.
P. Pero dice que el dinero tangible est¨¢ muriendo lentamente.
R. As¨ª es. Se muere. Sucede en todo el mundo. Pese a que en ciertos mercados, como los emergentes, todav¨ªa entre el 80% y el 90% sea f¨ªsico.
P. Ahora todo se dirige hacia el m¨®vil. ?Est¨¢n las tarjetas empezando tambi¨¦n a diluirse?
R. S¨ª. Es algo generacional. Los chicos prefieren llevar en el bolsillo un m¨®vil antes que una cartera. Pero las tarjetas no desaparecer¨¢n. A¨²n hay 35 millones de sitios donde una m¨¢quina las admite. Desde cajeros hasta tiendas.
P. Sostiene que el dinero no es gratis. ?Cu¨¢nto le cuesta a Espa?a tener moneda en circulaci¨®n?
¡°Es m¨¢s f¨¢cil seguir el rastro de las transferencias electr¨®nicas que el del dinero¡±
R. Aproximadamente el 1% del PIB [unos 10.300 millones de euros]. Y aqu¨ª se incluye la evasi¨®n y el fraude.
P. ?Se evitar¨ªa la econom¨ªa sumergida si desapareciera el dinero f¨ªsico?
R. Al menos es m¨¢s f¨¢cil seguirle el rastro a las transferencias electr¨®nicas ¡ªson m¨¢s transparentes¡ª que al dinero.
P. Hay 2.500 millones de personas en el planeta que no tienen acceso a ning¨²n producto financiero. ?De verdad los necesitan?
R. S¨ª. Existe una percepci¨®n en el exterior de que la inclusi¨®n financiera es un tema que solo afecta al mundo en v¨ªas de desarrollo, pero no es as¨ª. Hay 93 millones de personas en Europa que carecen de acceso a una cuenta bancaria b¨¢sica o a productos financieros.
P. Y Espa?a, ?c¨®mo anda?
R. No conozco bien las cifras espa?olas, s¨¦ que soportan un paro juvenil muy alto, de casi el 49%, y que hay bastante gente que no trabaja y no tiene ingresos estables. Imagino que la exclusi¨®n financiera ser¨¢ m¨¢s elevada que en otros pa¨ªses europeos. Por hacer una comparaci¨®n, el 25% de la poblaci¨®n italiana est¨¢ desatendida y carece de acceso a pagos electr¨®nicos b¨¢sicos.
P. ?Es alto el fraude con las tarjetas de cr¨¦dito?
R. Se trata de un porcentaje m¨ªnimo.
P. Los servicios financieros cada vez est¨¢n m¨¢s regulados. ?Impacta en los resultados de MasterCard?
R. Trabajamos en 210 pa¨ªses y cada uno tiene su propia regulaci¨®n. Es muy importante que los legisladores entiendan la naturaleza de nuestro negocio. C¨®mo funciona y c¨®mo funcionar¨ªa mejor. Obviamente, preferimos tener un escenario de libre mercado a la hora de trabajar, pero no estamos preocupados. Ahora bien, si hay normativas que nos parecen incorrectas, levantamos la mano y nos quejamos.
P. ?C¨®mo afecta a sus ingresos la implantaci¨®n por Bruselas de las tasas de intercambio?
¡°Nos encanta el mercado ruso y queremos seguir operando en ¨¦l¡±
R. Nuestros ingresos por esas tasas son muy peque?os, as¨ª que no repercute en la cuenta de resultados. Realmente se refiere a c¨®mo se distribuye el dinero que se mueve alrededor de los bancos y los comercios. Lo que sucede es que, como algunos bancos pierden dinero, est¨¢n empezando a cobrar a los consumidores por servicios que antes eran gratis. Es una consecuencia ¡ªno deseada por nadie¡ª de la entrada de los reguladores en la fijaci¨®n de los precios.
P. Morgan Stanley asegura que, con la nueva legislaci¨®n que plantea Rusia, su compa?¨ªa y Visa tendr¨¢n que pagar 3.000 millones de d¨®lares en tasas para seguir operando all¨ª. Una cantidad enorme. ?Se van del pa¨ªs?
R. No s¨¦ c¨®mo ha calculado Morgan Stanley esos n¨²meros, pero son incorrectos. Est¨¢n sobreestimados. Estamos en conversaciones con el Banco Central de Rusia para hallar una soluci¨®n. Tanto Visa como nosotros defendemos id¨¦ntica postura. Nos encanta el mercado ruso y queremos seguir operando en ¨¦l.
P. Grandes competidores, desde telecos hasta Google o PayPal, quieren una porci¨®n del pastel del mercado de pagos. ?Temen por sus ingresos?
R. Si analiza el mercado de pagos desde una visi¨®n global ver¨¢ que el 85% se efect¨²a en met¨¢lico. Solo el 15% es electr¨®nico. Y en ese porcentaje est¨¢n todos los jugadores, tanto locales como globales. Todo el mundo compite ah¨ª. Pero la capacidad de crecimiento dentro de ese 85% restante resulta enorme. Como si fuera un planeta en expansi¨®n. Hay espacio para muchos competidores. Adem¨¢s, la competencia es buena porque genera mercado. La gente me suele preguntar: ¡°?No est¨¢ preocupada por PayPal?¡±. ¡°S¨ª¡±, les digo, es un competidor fuerte, pero recuerde que tambi¨¦n usa MasterCard en sus transacciones. ?Y Google? Pues trabajamos con ellos en Google Wallet [cartera virtual].
P. ?El ¨¦xito de plataformas electr¨®nicas como Bitcoin significa el final de MasterCard?
R. No. Buena parte de nuestro negocio es digital, y la tarjeta solo es una manifestaci¨®n f¨ªsica del mismo. Piense en los billones de transacciones que hacemos, todas son electr¨®nicas.
P. Son el segundo proveedor de sistemas de pagos del mundo, por detr¨¢s de Visa. ?Qu¨¦ les falta para ser los primeros?
¡°Nuestra cuota de mercado est¨¢ creciendo en todos los continentes en los que trabajo¡±
R. Le puedo decir que ahora mismo estamos aumentando nuestra cuota de mercado en todas las regiones del planeta que gestiono.
P. Son muy activos en la compra de empresas. ?Tienen alguna operaci¨®n en ciernes?
R. Tenemos una agenda de fusiones y adquisiciones muy activa en todo el mundo. No puedo avanzarle nuestras pr¨®ximas compras. Pero hace poco hemos adquirido dos empresas [DataCash y Travelex¡¯s] y estamos pensando en otras adquisiciones, que se conocer¨¢n durante los pr¨®ximos meses.
P. Su compa?¨ªa maneja un gran volumen de informaci¨®n sobre sus clientes. ?Para qu¨¦ la usan? ?Cu¨¢les son los l¨ªmites?
R. Es informaci¨®n muy gen¨¦rica. No sabemos qui¨¦n es usted, ni d¨®nde vive, ni su n¨²mero de cuenta bancaria o su tel¨¦fono. Solo conocemos el banco que da soporte a la tarjeta, lo que compra y, por ejemplo, ad¨®nde y desde d¨®nde viaja. No infringimos ninguna ley ni invadimos la privacidad.?
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