El ¡®rey¡¯ de los bonos teme por su trono
La salida del n¨²mero dos y la retirada de dinero meten presi¨®n a Pimco
?sta es una historia sobre mentes brillantes, egos may¨²sculos, celos, traici¨®n, supuesto espionaje y dinero, mucho dinero. Pimco es la mayor gestora de renta fija del mundo y est¨¢ en crisis. Lo est¨¢ por dos motivos que se retroalimentan como vasos comunicantes. Por un lado, la firma sufre una importante retirada de dinero de sus clientes en el ¨²ltimo a?o. Por otro, la sorprendente salida del n¨²mero dos de la firma, Mohamed el Erian, a finales de enero pasado. Sus problemas no pasar¨ªan de ser un asunto de consumo interno si no estuvi¨¦semos ante una entidad que tiene activos bajo gesti¨®n por valor de 1,94 billones de d¨®lares (1,43 billones de euros), lo que la convierte en uno de los principales acreedores privados de la deuda p¨²blica emitida por muchos pa¨ªses. Adem¨¢s, sus disputas empiezan a pasar factura a su propietario, Allianz, la mayor aseguradora de Europa.
El alma mater de Pimco es Bill Gross. Fund¨® la compa?¨ªa en 1971 junto a otros dos socios y fij¨® su sede en Newport Beach (California). El buen hacer de Gross y la especializaci¨®n en renta fija ¡ªun activo que ha gozado de un mercado alcista de 30 a?os¡ª fue clave para que Pimco se fuera haciendo un hueco en la industria de la gesti¨®n. Su crecimiento llam¨® la atenci¨®n de Allianz, que se hizo con el 70% del capital en 1999 por 3.300 millones de d¨®lares.
Ese mismo a?o entr¨® en la gestora El Erian. Hijo de un diplom¨¢tico egipcio, hab¨ªa trabajado previamente en el Fondo Monetario Internacional y su primer encargo fue gestionar un fondo de deuda de pa¨ªses emergentes. Super¨® la prueba con ¨¦xito ¡ªvio venir la suspensi¨®n de pagos de Argentina y se deshizo de todos sus bonos con la antelaci¨®n suficiente¡ª y poco a poco fue escalando posiciones en la organizaci¨®n.
Su progresi¨®n le llev¨® a ser consejero delegado de Pimco y corresponsable de inversi¨®n junto a Gross. Ambos hac¨ªan un t¨¢ndem imbatible. Como muestra de su influencia en el mercado, en 2009 parieron una expresi¨®n que fue adoptada por amplios sectores acad¨¦micos y financieros como si de un nuevo mandamiento de las tablas de Mois¨¦s se tratase: ¡°Nueva normalidad¡±. Con este concepto defin¨ªan un nuevo contexto econ¨®mico caracterizado por un crecimiento bajo, m¨¢s regulaci¨®n y mayor protagonismo de los emergentes.
El Erian era el sucesor natural de Bill Gross al frente de la compa?¨ªa
Mientras Gross se volcaba en la gesti¨®n, El Erian era la imagen de la firma en el exterior y hac¨ªa de portavoz, viajaba por todo el mundo y publicaba art¨ªculos en los medios financieros de mayor prestigio. Adem¨¢s, hab¨ªa apostado por la diversificaci¨®n de la compa?¨ªa en otras ¨¢reas como la renta variable, los fondos cotizados o los hedge funds ante el previsible fin de los d¨ªas de vino y rosas para la renta fija. El Erian, de 55 a?os, era el heredero natural de Gross (69 a?os) para coger el tim¨®n del buque insignia de Pimco, el Total Return Fund, fondo que gestiona m¨¢s de 200.000 millones de d¨®lares.
Las aguas bajaban tranquilas hasta el 21 de enero pasado. Ese d¨ªa El Erian mand¨® un correo interno a la plantilla en el que anunciaba su marcha, que se hizo efectiva en marzo. Ni ten¨ªa otra oferta, ni daba grandes explicaciones del porqu¨¦ de su adi¨®s. ¡°No soy el hombre para guiar la compa?¨ªa hacia el futuro¡±, dec¨ªa lac¨®nicamente en su nota. Estallaba la bomba nuclear y Gross reaccionaba en un principio con indiferencia. ¡°El compromiso de Pimco se mantiene firme. Bater¨ªas cargadas al 110%. Estoy listo para otros 40 a?os¡±, asegur¨® desde la cuenta de la gestora en Twitter.
La salida de El Erian ha abierto, sin embargo, la caja de Pandora con cruces de acusaciones en los medios de comunicaci¨®n entre El Erian y Gross. Este ¨²ltimo, por ejemplo, neg¨® las acusaciones de algunos trabajadores de Pimco de haber pinchado los tel¨¦fonos de su n¨²mero dos.
La crisis le estalla a Allianz, due?o de la firma, en su ¨²ltima junta de accionistas
Quien mejor ha reconstruido la historia del desencuentro ha sido The Wall Street Journal. La ruptura se habr¨ªa debido a diferencias sobre las estrategias de inversi¨®n, el lanzamiento de nuevos productos y la queja de El Erian acerca del tratamiento, un tanto dictatorial, que Gross tiene con los empleados. Los problemas de Pimco comenzaron en mayo de 2013 cuando el expresidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, insinu¨® el comienzo de la retirada de est¨ªmulos. El famoso tapering presagiaba que los tipos de inter¨¦s empezar¨ªan a subir en EE UU, un movimiento que tradicionalmente es malo para los bonos, el principal negocio de esta gestora.
En este contexto adverso se celebr¨® un tenso comit¨¦ de inversi¨®n en junio del pasado a?o. ¡°Tengo 41 a?os de experiencia en el mercado como aval. ?Puedes decir t¨² lo mismo?¡±, le grit¨® Gross a El Erian delante de 12 de los principales ejecutivos de la firma, seg¨²n The Wall Street Journal. ¡°Estoy cansado de limpiar tu mierda¡±, fue la respuesta.
La salida de El Erian, que se ha intentado enterrar con un aluvi¨®n de nombramientos, no ha hecho m¨¢s que acelerar la retirada de dinero del fondo Total Return. En mayo se cumplieron 13 meses seguidos de reembolsos por valor de casi 60.000 millones. ¡°Este entorno no ayuda. Preferimos poner el dinero de nuestros clientes en carteras de gestores que se dediquen solo a gestionar y no gasten su tiempo en ver lo que dicen los medios¡±, explic¨® Michael Rosen, de Investments Advisors, a Bloomberg.
Otros expertos, sin embargo, restan importancia a las consecuencias del divorcio. ¡°Lo m¨¢s importante de este negocio es el rendimiento. Si Pimco tiene buenos resultados a la gente no le importar¨¢ todo el ruido alrededor¡±, declar¨® Thomas Seidl, analista de Sanford Bernstein. Gross sigue batiendo al 96% de sus rivales a largo plazo (15 a?os), pero en 2013, el fondo estrella de Pimco lo hizo peor que el 74% de sus comparables.
La crisis de la gestora ha llegado hasta M¨²nich, sede de Allianz. El beneficio del ¨¢rea de gesti¨®n de activos de la aseguradora cay¨® un 29% en el primer trimestre lastrado por Pimco. Adem¨¢s, en la junta general de accionistas de Allianz, celebrada en mayo, el consejero delegado de la compa?¨ªa, Michael Diekmann tuvo que salir al paso de las cr¨ªticas de algunos propietarios por estos malos resultados y, sobre todo, por la mala imagen dada por el enfrentamiento entre Gross y El Erian.
Las cr¨ªticas tambi¨¦n llegan de extrabajadores de Pimco. En una entrevista en Los Angeles Times, William Popejoy, administrador de la gestora durante 23 a?os, dispar¨® a la l¨ªnea de flotaci¨®n: el sueldo de Gross. ¡°Su salario es demasiado elevado. Con 200 millones de d¨®lares anuales se podr¨ªa pagar el sueldo de 2.000 profesores¡±, denunci¨®. Fiel a su humor c¨¢ustico, Gross confes¨® recientemente que cada vez que abre un per¨ªodico se dice a s¨ª mismo: ¡°Al menos mi mujer me quiere¡±.
Un hombre ante el espejo
Bill Gross ofrece su visi¨®n del mercado a trav¨¦s de unas peculiares cartas donde mezcla recomendaciones de inversi¨®n con opiniones personales sobre todo tipo de temas. La publicada en abril de 2013, antes de que desencadenasen los problemas que acabaron con la salida de Mohamed El Erian, se titulaba Un hombre frente al espejo. En ella, Gross hac¨ªa un repaso a su trayectoria en algo parecido a un testamento y comenzaba con la siguiente frase: ¡°?Soy un gran inversor? No, todav¨ªa no¡±. El fundador de Pimco se define como un ¡°marginal¡± o una persona a la que le gusta ¡°asumir riesgos¡±.
En su opini¨®n, los grandes inversores de la historia, entre los que se incluye sin ning¨²n tipo de rubor, deben ser juzgados por su habilidad para adaptarse a diferentes ¨¦pocas, no ciclos. ¡°Y una ¨¦poca puede durar entre 40 y 50 a?os. Quiz¨¢s m¨¢s¡±. ¡°No hay un rey de los bonos o un rey de las acciones. Todos nosotros, incluso los m¨¢s veteranos como Buffett, Soros Fuss, y yo mismo, hemos crecido durante el periodo m¨¢s atractivo que un inversor pueda vivir¡±. Gross se refiere al periodo que comenz¨® tras poner fin al patr¨®n oro en 1971. ¡°Quiz¨¢s es la ¨¦poca la que hace al hombre y no al rev¨¦s¡±. Ahora le toca vivir una nueva ¨¦poca. Y llega con curvas.
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