Am¨¦rica Latina va a dos marchas
Los bloques econ¨®micos del Mercosur y la Alianza del Pac¨ªfico pugnan por la supremac¨ªa
El decenio dorado de los altos precios de las materias primas y la entrada de dinero a espuertas en Am¨¦rica Latina toca a su fin y con ello se est¨¢ profundizando la brecha entre los pa¨ªses de la costa del Pac¨ªfico, m¨¢s din¨¢micos y abiertos, y los del Atl¨¢ntico, m¨¢s proteccionistas y burocr¨¢ticos. Si durante los primeros a?os del nuevo milenio ¡ªel periodo m¨¢s influyente del chavismo¡ª, la regi¨®n estuvo dividida en t¨¦rminos pol¨ªticos entre Gobiernos conservadores y de izquierdas, ahora la ruptura es predominantemente comercial en dos grandes bloques: la Alianza del Pac¨ªfico (Chile, Per¨², Colombia y M¨¦xico) y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela).
Los m¨¢s recientes informes sobre perspectivas econ¨®micas mundiales, empezando por el del Fondo Monetario Internacional (FMI) o el del Instituto para las Finanzas Internacionales (IIF) de Washington, dan cuenta de que el futuro a corto y medio plazo de la Alianza del Pac¨ªfico es m¨¢s prometedor que el del Mercosur. El primer bloque crecer¨¢ este a?o entre un 3% y 4%; mientras que Brasil, Argentina y Venezuela, las econom¨ªas que representan el 98% del producto interior bruto (PIB) del segundo bloque, crecer¨¢n apenas entre un 0,6% y 1%. Uruguay y Paraguay tienen mejores previsiones de crecimiento que sus socios, pero sus econom¨ªas son muy peque?as.
¡°A corto y medio plazo, creo que la ventaja de la Alianza del Pac¨ªfico sobre el Mercosur tender¨¢ a ampliarse¡±, opina Ram¨®n Aracena, economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) de Washington. ¡°La Alianza est¨¢ demostrando ser m¨¢s resistente a las crisis, refleja un compromiso firme con el modelo de libre mercado que ha adoptado y, sobre todo, goza de un intangible que es la credibilidad. El Mercosur puede cambiar dentro de un tiempo y abrirse m¨¢s a los mercados internacionales, pero va bastante rezagado... La Alianza nace de intereses pragm¨¢ticos, de abajo arriba impulsada por la comunidad empresarial de los pa¨ªses miembros, no de arriba abajo como un proyecto pol¨ªtico. Y este origen es clave en su desarrollo y su futuro como bloque comercial¡±, a?ade el economista chileno.
La Alianza del Pac¨ªfico crece m¨¢s deprisa, pero el Mercosur tiene un mayor gasto social
Muchas cosas separan a uno y otro bloque. La Alianza del Pac¨ªfico, creada en 2011, ha apostado por la econom¨ªa de mercado y por los acuerdos de libre comercio con EE UU, Europa y Asia. Cuenta adem¨¢s con una mayor confianza de los inversores internacionales y los organismos de cr¨¦dito, y los dirigentes que los gobiernan tienen una tendencia menor a caer en la demagogia.
En cambio, las tres grandes econom¨ªas del Mercosur ¡ªfundado en 1991¡ª, son m¨¢s intervencionistas y son percibidas como menos amigables con el libre comercio y la inversi¨®n extranjera. Los Gobiernos populistas de Argentina y Venezuela, adem¨¢s, tienen problemas para controlar la inflaci¨®n y para conseguir financiaci¨®n externa. En cuanto al gasto social, los pa¨ªses del Mercosur superan a los de la Alianza del Pac¨ªfico. Pero aunque las ingentes ayudas p¨²blicas han permitido a mucha gente salir de la pobreza extrema, los desembolsos no han supuesto una verdadera revoluci¨®n en el desequilibrio de la renta y la desigualdad de oportunidades, flagelos a los que ning¨²n pa¨ªs de la regi¨®n escapa.
Brasil, la mayor econom¨ªa latinoamericana, ha sufrido dos revisiones a la baja de su solvencia financiera por parte de las agencias Moody¡¯s y Standard and Poor¡¯s en lo que va de a?o. A pesar de que el pa¨ªs probablemente registre el mayor crecimiento del bloque Atl¨¢ntico este a?o (entre el 1,8% y 1,5%, seg¨²n se mire al FMI o al Banco Mundial), ¨¦ste seguir¨¢ siendo m¨¢s bajo que el de M¨¦xico (entre el 2,3% y 3%), el menos abultado de los pa¨ªses del bloque del Pac¨ªfico. La oleada de protestas con epicentro en S?o Paulo de hace un a?o y las que sacuden al pa¨ªs con motivo del Mundial de f¨²tbol han sembrado inquietud entre los inversores internacionales sobre el futuro brasile?o, a pesar de que el pa¨ªs sigue siendo el principal receptor de inversi¨®n extranjera directa de toda la regi¨®n.
La inflaci¨®n en el pa¨ªs se ha elevado m¨¢s de lo previsto, sobre todo por problemas en la cadena de suministro derivados del d¨¦ficit energ¨¦tico, lo que ha mermado el poder adquisitivo de la clase media que creci¨® durante los a?os de fuerte expansi¨®n (2005-2010). El pa¨ªs ocupa el puesto 116 del total de 189 pa¨ªses del informe Doing Business 2014 del Banco Mundial. Se tarda 107,5 d¨ªas en abrir un negocio frente a la media de 36,1 del resto de la regi¨®n. Una vez abiertas, las firmas tienen que invertir 2.600 horas anuales en asuntos fiscales frente a las 369 horas de media en la zona.
El modelo de fomento de la demanda interna a trav¨¦s del gasto social y la inversi¨®n muestra signos de agotarse
En la prensa generalista y en las publicaciones especializadas de Brasil crecen las voces de empresarios que piden una mayor apertura de la econom¨ªa para dar un impulso a una actividad que viene decayendo desde hace tres a?os y que se arriesga a un estancamiento prolongado. La ¨¦lite econ¨®mica teme que el pa¨ªs pierda mucha competitividad exterior si la Alianza del Pac¨ªfico avanza en sus planes de libre asociaci¨®n con 12 pa¨ªses asi¨¢ticos (entre ellos Jap¨®n y Corea del Sur, pero no China e India).
El temor a perder cuota como gran exportador tambi¨¦n ha elevado en Brasil el tono del debate sobre el cors¨¦ que suponen las reglas del Mercosur para que uno de sus miembros pueda negociar pactos comerciales con cierta manga ancha. Esto lo vivi¨® de cerca Uruguay cuando quiso acercarse m¨¢s a EE UU; y los propios brasile?os y argentinos, en sus intentos de cerrar un acuerdo con la UE. Las constantes disputas comerciales entre Brasilia y Buenos Aires han desgastado el Mercosur tras 25 a?os en los que el proceso de integraci¨®n ha avanzado poco. ¡°La Alianza dice: tengamos libre comercio entre nosotros y con el mundo. El Mercosur: tengamos libre comercio entre nosotros e impongamos tarifas al resto¡±, explica Aracena. ¡°Creo que si a la Alianza le va muy bien, aumentar¨¢n las presiones en el seno del bloque del Sur para cambiar el modelo¡±, a?ade.
Brasil, que no depende tanto de las materias primas (35,4% de sus env¨ªos al exterior son de manufacturas), enfrenta ¡°muchos cuellos de botella¡± en infraestructura y ¡°no ha definido si los resolver¨¢ con inversi¨®n p¨²blica, que no alcanza, o privada, que tiene sus condiciones¡±, observa J¨¹rgen Weller, economista de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL). ¡°El modelo que llev¨® a crecer m¨¢s en la d¨¦cada pasada se debilita. El empleo no aumenta, los salarios ya no tanto, con lo que la demanda interna se debilita. Esa demanda interna de los ¨²ltimos a?os hizo crecer las importaciones y, al igual que en muchos pa¨ªses, esto trajo d¨¦ficit en la cuenta corriente. Hubo depreciaci¨®n del real, la inflaci¨®n no es tan alta, pero el banco central subi¨® los tipos de inter¨¦s al 11%, lo que tambi¨¦n rebaja la actividad, el cr¨¦dito se contrae¡±, dice Weller.
Argentina y Venezuela tienen problemas con la inflaci¨®n; es m¨¢s grave en el pa¨ªs caribe?o
Argentina y Venezuela tienen serios problemas tanto para controlar la inflaci¨®n como para conseguir financiaci¨®n tras a?os de dar la espalda al mercado y maquillar o intentar ocultar las cifras macroecon¨®micas. La dif¨ªcil vida entre el desabastecimiento y el nivel de precios m¨¢s alto del mundo (59,3%) ha disparado una protesta social en Venezuela que se ha cobrado la vida de m¨¢s de 40 personas en lo que va de a?o. Argentina ha tenido que blanquear sus estad¨ªsticas y reconciliarse con los acreedores externos para reinsertarse en el sistema financiero internacional y obtener dinero en el exterior. La jugada le ha servido para aliviar un poco el llamado riesgo-pa¨ªs, que es el m¨¢s alto de la regi¨®n tras Venezuela, pero llega un poco tarde para revertir de pleno la delicada situaci¨®n del pa¨ªs a poco m¨¢s de un a?o de las elecciones. Tanto el FMI como el Banco Mundial prev¨¦n el estancamiento tanto de la econom¨ªa venezolana como de la argentina para este a?o.
¡°Muchos analistas suelen tratarlos juntos, pero el caso argentino no es tan negativo. En ambos ha habido mala gesti¨®n econ¨®mica, pero en Argentina nunca hubo el grado de distorsi¨®n de Venezuela, donde no se entiende que con un barril de petr¨®leo a 100 d¨®lares haya crisis cambiaria¡±, opina el economista colombiano Jos¨¦ Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia y coautor junto con el Nobel Joseph Stiglitz del libro Tiempo de una mano visible: lecciones de la crisis financiera mundial de 2008. Este experto coincide con el informe del Banco Mundial en que Argentina ha adoptado este a?o medidas para revertir su situaci¨®n, como la devaluaci¨®n del peso, la normalizaci¨®n de las estad¨ªsticas p¨²blicas, el acuerdo para el pago de la deuda con el Club de Par¨ªs (grupo de 19 pa¨ªses acreedores), y la indemnizaci¨®n a Repsol por la expropiaci¨®n de YPF. ¡°Pero debe hacer m¨¢s ajustes¡±, se?ala Ocampo.
¡°Son medidas de estabilizaci¨®n, pero no de est¨ªmulo¡±, advierte Weller sobre Argentina, un pa¨ªs donde las manufacturas suponen el 32,6% de las exportaciones y donde precisamente las f¨¢bricas de coches y sus componentes son las que est¨¢n suspendiendo o directamente despidiendo trabajadores. Venezuela, donde las exportaciones no petroleras son apenas el 4,7% del total, est¨¢ m¨¢s lejos que Argentina de resolver su escasez de divisas. El pa¨ªs caribe?o enfrenta un alto d¨¦ficit de energ¨ªa el¨¦ctrica que afecta al sector productivo y problemas para tornar eficientes las numerosas empresas nacionalizadas por el chavismo.
En el bloque de la Alianza del Pac¨ªfico a todos les va mejor que a los del Atl¨¢ntico, pero entre sus asociados hay tambi¨¦n bastantes diferencias. En el informe del Banco Mundial aparecido el mi¨¦rcoles, Colombia es la ¨²nica de las grandes econom¨ªas que va a crecer m¨¢s en 2014 que el a?o pasado. Pa¨ªs exportador de petr¨®leo y minerales (solo el 22,8% de sus ventas externas son manufacturas), ¡°Colombia se ha visto impulsada por un ambicioso programa de inversi¨®n p¨²blica en infraestructuras y vivienda, y por el auge de un nuevo sector de materias primas, el del carb¨®n¡±, explica Weller.
A la hora de juzgar a los dos bloques por sus progresos sociales, los resultados son diferentes de los datos macroecon¨®micos
Hace unas semanas, el embajador colombiano en Madrid, Fernando Carrillo, aventur¨® ante los empresarios canarios que un acuerdo de paz entre el Gobierno y las guerrillas de las FARC y del ELN podr¨¢ a?adir hasta dos puntos porcentuales al PIB si los recursos de la guerra se destinan a servicios p¨²blicos que apuntalen el desarrollo, seg¨²n la agencia Efe.
El segundo grupo dentro de la Alianza es el de los pa¨ªses que moderan su crecimiento por la ca¨ªda de la demanda de productos mineros: Per¨² y Chile. El primero de estos pa¨ªses va a soportar mejor la desaceleraci¨®n de la demanda porque el precio de los hidrocarburos y de los metales preciosos se mantiene fuerte. ¡°Adem¨¢s, Per¨²¡±, dice Weller, ¡°crece un poco m¨¢s porque viene de fortalecer el mercado interno con el surgimiento de una nueva clase media. En Chile eso hab¨ªa ocurrido ya en los noventa¡±. La presidenta chilena Michelle Bachelet, que regres¨® al poder en marzo pasado, impulsa una reforma para mejorar las oportunidades educativas y otra para diversificar una econom¨ªa en la que las exportaciones industriales suponen solamente el 13,5% del total. En Per¨² son el 14,7%.
M¨¦xico se expande m¨¢s que el a?o pasado, pero a un paso m¨¢s lento de lo esperado tras las reformas que el presidente Enrique Pe?a Nieto emprendi¨® en 2013, como la que abrir¨¢ el negocio petrolero al capital privado y extranjero. ¡°El Gobierno identific¨® los cuellos de botella que hab¨ªan provocado un crecimiento d¨¦bil en a?os anteriores, hizo las reformas, pero quiz¨¢s se generaron expectativas exageradas de un efecto inmediato. Adem¨¢s, en M¨¦xico, en contraste con Sudam¨¦rica, se foment¨® la competitividad con un control de los costes laborales que hizo bajar el salario m¨ªnimo en los noventa y mantenerlo congelado en 2000. En cambio, en Sudam¨¦rica se foment¨® la demanda con subidas del salario m¨ªnimo, y esto dio dinamismo en el mercado interno, que ahora est¨¢ llegando a su fin porque se financiaba gracias a la demanda externa [de productos b¨¢sicos]¡±, dice el experto de CEPAL.
A la hora de juzgar a los dos bloques por sus progresos sociales, los resultados son diferentes de los datos que trazan el comportamiento macroecon¨®mico. Entre 2005 y 2013, la pobreza baj¨® en Brasil a la mitad, del 36% al 18%; en Argentina, un tercio, del 30% al 20%, seg¨²n la cifra del a?o pasado que esta semana recalcularon los t¨¦cnicos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, neg¨¢ndose a practicar cualquier manipulaci¨®n de las cifras. Mientras, en Venezuela, se redujo del 37% al 27%. Sin embargo, tanto en Buenos Aires como en Caracas se teme que el flagelo de la pobreza vuelva a dispararse este a?o de la mano de la alta inflaci¨®n. Mientras tanto, en la Alianza del Pac¨ªfico, Colombia logr¨® disminuirla del 45% al 32% y Per¨², a la mitad, del 52% al 25%; pero M¨¦xico sufri¨® un retroceso, del 31% al 37%, y Chile, que part¨ªa de una mejor situaci¨®n, la redujo del 13% al 11%, seg¨²n el ¨²ltimo informe social de CEPAL.
La desigualdad de ingresos entre el 20% m¨¢s rico de la poblaci¨®n y el 20% m¨¢s pobre entre 2002 y 2012 baj¨® m¨¢s de 10 puntos en Brasil, entre cinco y diez en Argentina, Venezuela y Per¨², y menos de cinco en Colombia, Chile y M¨¦xico. La regi¨®n m¨¢s injusta del mundo en lo que se refiere a redistribuci¨®n de la renta logr¨® progresos en esta materia, en contraposici¨®n con el resto del planeta, pero esas mejoras est¨¢n estanc¨¢ndose, seg¨²n un informe de George Grey Molina, economista jefe para Latinoam¨¦rica del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
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