Los astilleros espa?oles salen a flote
La industria naval privada emerge tras tres a?os de reveses pol¨ªticos y econ¨®micos
Decir que sufrieron con la crisis es poco. Hace tres a?os los astilleros privados espa?oles parec¨ªan heridos de muerte. La decisi¨®n del comisario de Competencia de la UE, Joaqu¨ªn Almunia, de declarar ilegal el sistema de ayudas vigente hasta entonces (denominado tax lease) y obligar a los financiadores a devolver las ayudas a la construcci¨®n de ciertos tipos de barcos entre 2005 y 2011, sac¨® a la industria espa?ola del mapa mundial de la contrataci¨®n de nuevos barcos, sobre todo de los sofisticados buques de apoyo a las plataformas petrol¨ªferas. ¡°El efecto inmediato del procedimiento de la Comisi¨®n, justo cuando nuestra industria estaba en un buen momento, con una cartera de pedidos muy razonable, fue expulsarnos del mercado¡±, dice Almudena L¨®pez del Pozo, consejera delegada de Pymar, la sociedad que agrupa a los 19 astilleros privados espa?oles.
Alberto Iglesias, director de Metalships, un astillero gallego, recuerda que ¡°nada m¨¢s iniciarse el procedimiento y quedarnos sin las ayudas, tuvimos que empezar a hacer ofertas un 15% o 20% m¨¢s caras que nuestros competidores europeos¡±. Ofertas in¨²tiles pues los clientes contestaban que gracias, pero que los barcos eran muy caros. Entre 2011 y 2012 el astillero logr¨® un contrato, un barco offshore para un armador norteamericano, por un valor de casi 100 millones de euros. ¡°Eso porque quer¨ªa un plazo de entrega muy r¨¢pido y estaba dispuesto a pagar m¨¢s¡±, dice Iglesias.
Pero el problema no era solo el precio m¨¢s alto: tampoco los inversores (bancos, fondos¡), asustados ante la incertidumbre creada con la amenaza de tener que devolver las ayudas a los buques ya terminados o en curso, quer¨ªan financiar cualquier buque made in Spain.
En total, entre el procedimiento de la Comisi¨®n Europea, que dur¨® dos a?os, la crisis y la sequ¨ªa de cr¨¦dito, ¡°sufrimos la p¨¦rdida de la contrataci¨®n de m¨¢s de 50 nuevos buques, valorados en 2.000 millones de euros, que en parte fueron a parar a Holanda, el pa¨ªs que denunci¨® a Espa?a¡±, afirma L¨®pez del Pozo. La bajada de contrataciones provoc¨® que 2011 cerrara con una cartera un 60% inferior a la del a?o anterior. ¡°Solo se registraron siete contrataciones de nuevos buques¡±, afirman en Pymar. Entre 2010 y 2011, la cartera baj¨® de 80 buques a 39.
El sector calcula que la crisis y las sanciones europeas les han costado 2.000 millones en pedidos
La indignaci¨®n en el sector fue may¨²scula. Este se sinti¨® tratado de modo discriminatorio frente a otros pa¨ªses como Francia u Holanda. En Pymar se?alan que ¡°Holanda, un pa¨ªs que usa la pol¨ªtica de competencia de la UE como arma comercial y est¨¢ denunciado desde diciembre de 2012 por varias asociaciones europeas, no ha sufrido ning¨²n procedimiento por parte de la Comisi¨®n¡±. Tambi¨¦n escuece el que Francia, otro pa¨ªs investigado por la Comisi¨®n, no tuvo que devolver las ayudas a su industria naval. En Pymar opinan, adem¨¢s, que, ¡°en lugar de pelear entre nosotros, deb¨ªamos prestar atenci¨®n a la competencia de Asia, que ha asolado nuestra industria¡±. Hace 35 a?os Europa produc¨ªa el 30% del total mundial y ahora solo el 4%.
Si la situaci¨®n no acab¨® con los astilleros espa?oles, se debi¨® a varias razones, una de ellas es que algunos ten¨ªan buques ya en fase de construcci¨®n. ¡°A nosotros¡±, explican en Balenciaga, un astillero vasco, ¡°el procedimiento nos pill¨® con siete barcos en distintas fases, con lo que el problema no nos afect¨® tanto¡±. Los astilleros m¨¢s competitivos pudieron superar en parte las dificultades al firmar contratos de barcos no sujetos al tax lease, como los pesqueros o remolcadores de peque?o tonelaje. Adem¨¢s de los buques de apoyo a las plataformas offshore y de los pesqueros o remolcadores, la industria espa?ola produce tambi¨¦n buques escuela, oceanogr¨¢ficos, s¨ªsmicos, transbordadores, gaseros, congeladores y cruceros. ¡°Entre estos barcos y las reparaciones hemos podido mantener la carga de trabajo en el 80% de la capacidad¡±, dice Iglesias, de Metalships.
A todo ello habr¨ªa que a?adir que, al ser una industria de s¨ªntesis y que funciona con unas plantillas m¨ªnimas (los astilleros son ensambladores e integradores de estructuras y equipos construidos por proveedores), el impacto fue menor de lo esperado. ¡°En Metalships trabajamos con una plantilla de unas cien personas, y entre 400 y 800 trabajadores indirectos, de empresas auxiliares, seg¨²n la etapa en que est¨¦n los buques¡±, explica Iglesias. Aun as¨ª, seg¨²n informan en Pymar, ¡°en los dos a?os m¨¢s dif¨ªciles se han liquidado o entrado en concurso siete astilleros¡±. La mortandad fue a¨²n mayor en la industria auxiliar. ¡°En la zona de Vigo¡±, dice, ¡°cerraron la mitad de las empresas, lo que nos crea ahora muchos problemas, cuando las volvemos a necesitar¡±.
Dada la importancia del sector, los astilleros (a trav¨¦s de Pymar) y el Gobierno se implicaron a fondo para hacer aprobar un nuevo tax lease y suavizar al m¨¢ximo el impacto negativo de la devoluci¨®n de las ayudas. Se trata de un sector que exporta el 70% de su producci¨®n y da trabajo, directo e indirecto, a m¨¢s de 87.000 personas. Su importancia para el Estado es m¨¢xima. Su desaparici¨®n supondr¨ªa un gasto en prestaciones por desempleo de 637 millones de euros, una reducci¨®n de los ingresos de la Seguridad Social de 650 millones, una disminuci¨®n en la recaudaci¨®n por IRPF de 306 millones y un aumento del d¨¦ficit comercial espa?ol de 669 millones.
El naval privado da trabajo, directa o indirectamente, a 87.000 personas, y exporta el 70% de la producci¨®n
Lo m¨¢s extra?o es c¨®mo la Comisi¨®n Europea tard¨® tanto en solucionar un problema de esta envergadura, suscitado, adem¨¢s, por la misma instituci¨®n. Un primer intento de solucionarlo con la aprobaci¨®n del nuevo sistema de tax lease no tuvo efecto. Pese a que el nuevo modelo, aprobado por la Comisi¨®n Europea el 20 de noviembre de 2013 y que comenz¨® a aplicarse en Espa?a a partir del 1 de enero, inauguraba todo un nuevo sistema de incentivos,?la verdad es que sigui¨® sin desbloquear las contrataciones de nuevos buques. ¡°Dado que el expediente sobre las ayudas antiguas segu¨ªa ah¨ª, sin resolver, era imposible encontrar armadores e inversores dispuestos a contratar y financiar en Espa?a¡±, explica Iglesias.
En julio del a?o pasado, el departamento dirigido por Almunia aprob¨® una resoluci¨®n que dejaba en manos del Gobierno determinar la cifra de las devoluciones. La cifra en principio ser¨¢ de 126 millones de euros (frente a los miles de millones previstos inicialmente), pero lo probable es que acabe siendo bastante menor. A partir de ah¨ª el clima mejor¨® y el atolladero empez¨® a desbloquearse. ¡°Notamos la inflexi¨®n a finales de a?o de modo que empezamos a pasar ofertas con el nuevo tax lease a principios de este a?o¡±, apunta Iglesias.
Pese al destrozo causado por el procedimiento de la Comisi¨®n, los empresarios del sector prefieren apostar por una remontada que dan como segura m¨¢s que seguir lami¨¦ndose las heridas del pasado. Incluso se puede afirmar que el ambiente empieza a ser de claro optimismo. ¡°Empezamos a ver¡±, aseguran en Balenciaga, ¡°cada vez m¨¢s inter¨¦s por parte de los clientes¡±. Lo mismo dice Iglesias. ¡°Ahora s¨ª que se muestran interesados y te contestan. Nosotros estamos ya en la lista de varios armadores¡±.
De momento, dicen en Pymar, ¡°ya se han contratado con este sistema un total de nueve operaciones para la construcci¨®n de ocho nuevos buques por valor de 200 millones de euros, y se prev¨¦ en breve la formalizaci¨®n de ocho m¨¢s por un total de 524 millones de euros¡±. Y aun cuando la clave de la esperada recuperaci¨®n del sector se pueda atribuir en primer lugar a la soluci¨®n al procedimiento iniciado por la propia Comisi¨®n Europea, no hay que echar en saco roto otras razones de peso, como la mejora del clima en el mercado mundial de contrataci¨®n naval, el aumento de la cantidad y complejidad de las prospecciones y exploraciones petroleras (que exigen barcos cada vez m¨¢s equipados y tecnol¨®gicamente avanzados) y una mayor predisposici¨®n de la banca y los inversores a apostar por el sector naval espa?ol.
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