Herencia bancaria
Desde octubre de 2008 los gobiernos de la UE se han gastado cerca de 600.000 millones de euros en rescates bancarios. Tras lo sucedido con el Esp¨ªrito Santo en Portugal los ciudadanos se preguntan si esta situaci¨®n tiene fin y si se ha hecho algo para que no vuelva a suceder. Todo, antes de que el Banco Central Europeo (BCE) se estrene como supervisor com¨²n en noviembre. El de la supervisi¨®n ¨²nica ser¨¢ un reto fundamental pero tal vez el desaf¨ªo m¨¢s complicado sea el de la resoluci¨®n, el que define el marco de actuaci¨®n que deber¨ªa evitar que los contribuyentes se rasquen el bolsillo cuando las cosas se complican. En Estados Unidos, donde nos llevan algo de adelanto tanto en crear problemas como en solucionarlos, lo de simular como desmantelar conglomerados financieros es el debate de moda.
La realidad es que queda a¨²n mucha tela que cortar y hay riesgos en la UE. El marco de resoluci¨®n dise?ado sigue siendo muy descentralizado y tremendamente burocr¨¢tico, lo que compromete su sentido pr¨¢ctico. En este terreno, una de las medidas son los llamados planes de recuperaci¨®n y resoluci¨®n que las autoridades van a requerir a los bancos, los llamados ¡°testamentos vitales¡± (living wills). Con ellos, el regulador exige a las entidades financieras algo as¨ª como que expliquen c¨®mo se morir¨ªan ¡°ordenadamente¡± en caso de que su fin sea inevitable, a ser posible evitando un coste para el erario p¨²blico.
El marco de resoluci¨®n dise?ado sigue siendo muy descentralizado y tremendamente burocr¨¢tico, lo que compromete su sentido pr¨¢ctico
En la eurozona, los testamentos vitales son parte del mecanismo de resoluci¨®n. En Estados Unidos ya se exigen y la semana pasada ya hemos visto un episodio de su controvertida realidad. La Reserva Federal y la autoridad de garant¨ªa de dep¨®sitos (FDIC) han comunicado a once de las mayores entidades financieras del pa¨ªs que sus testamentos son poco realistas y dif¨ªcilmente cre¨ªbles.
Desde el sector, la queja es que realmente no se ha especificado de forma clara qu¨¦ deben contener estos planes. La idea de explicar c¨®mo morirse ordenadamente cuenta con la dificultad de que ese orden sea una opci¨®n. Especificar las ¨²ltimas voluntades bancarias es un concepto poderosamente atractivo pero muy complicado de implementar. Si se exige mucho detalle, el escenario proyectado podr¨ªa parecerse al real como un huevo a una casta?a. Mi opini¨®n es que estos planes deber¨ªan centrarse en c¨®mo se componen los activos y las redes de las entidades financieras y c¨®mo desmontarlos en caso de que sea necesario. En Espa?a, por ejemplo, algunos bancos fueron pioneras mundiales en lanzar estos planes en 2010, argumentando que el tama?o no tiene que suponer una complicaci¨®n arquitect¨®nica y que la simplicidad es compatible con la dimensi¨®n. Tal vez por eso el manual de actuaci¨®n para la evaluaci¨®n global de los bancos publicado estos d¨ªas por el BCE presta especial atenci¨®n a la importancia de valorar bien los activos.
Ir m¨¢s all¨¢ con estos planes resulta irrealista, demasiado pretencioso. M¨¢s a¨²n teniendo en cuenta otros problemas como los relacionados con la confidencialidad, los conflictos en las leyes de insolvencia cuando la operativa de la entidad es internacional e, incluso, la generaci¨®n involuntaria de una falsa sensaci¨®n de seguridad.
La idea de los testamentos vitales es muy buena, pero son lo que son y no m¨¢s. Tal vez el problema es m¨¢s de fondo. En la pretendida reforma financiera internacional que sigui¨® a la oleada de rescates de 2008 se sigue poniendo demasiado ¨¦nfasis en c¨®mo actuar cuando las crisis se producen y no tanto en c¨®mo evitarlas.
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