El frenazo de la eurozona presiona al BCE
Las dudas sobre el crecimiento de los socios del euro y una nueva ca¨ªda de precios en julio alimentan la tensi¨®n sobre Draghi para que tome medidas en septiembre
A la sombra de los decepcionantes datos de crecimiento de la eurozona ¡ªarrastrados por el discreto desempe?o de sus tres grandes econom¨ªas: Alemania, Francia e Italia¡ª, la oficina estad¨ªstica de la UE hizo p¨²blico otro dato igualmente alarmante para el club del euro. Los precios siguieron en julio su tendencia desinflacionista, es decir, con crecimiento excepcionalmente bajo (0,4%). Esta preocupante tendencia no llega a plasmarse en la temida deflaci¨®n (los precios a¨²n no se han instalado en la zona negativa) pero da muestras de un estancamiento claro. La combinaci¨®n de crecimiento d¨¦bil y baja inflaci¨®n es una de las espirales que m¨¢s aterran a los economistas y amenaza con extenderse definitivamente en una eurozona que no logra escapar a las comparaciones con el Jap¨®n de los noventa. En medio de esa tesitura, todos los focos vuelven a situarse sobre el Banco Central Europeo y sobre su presidente, Mario Draghi.
Uno de los primeros en volver a alzar la voz en favor de una acci¨®n urgente del BCE ha sido el ministro franc¨¦s de finanzas, Michel Sapin. El jueves, mientras Eurostat desgranaba el dato, Sapin alegaba en una entrevista radiof¨®nica que la situaci¨®n ¡°excepcional¡± de d¨¦bil crecimiento e inflaci¨®n deber¨ªa empujar a Fr¨¢ncfort a actuar y anunciaba, en un art¨ªculo en el diario galo Le Monde, que su pa¨ªs no cumplir¨¢ su objetivo de d¨¦ficit.
Fr¨¢ncfort puede optar por esperar a los ex¨¢menes de la banca en octubre
Kenneth Rogoff, ex economista jefe del FMI y profesor de la Universidad de Harvard, cree que es ¡°altamente recomendable¡± que el BCE se mueva pronto para revitalizar la inflaci¨®n y profundizar en la insuficiente depreciaci¨®n del euro ¡ªpese a los esfuerzos del BCE, desde mayo apenas se ha depreciado un 4% frente al d¨®lar¡ª, pero reconoce que las opciones son ¡°limitadas¡± hasta la recuperaci¨®n definitiva del sector financiero.
Desde octubre de 2009, cuando la econom¨ªa europea se encontraba sumida en el peor momento de su historia reciente, no se registraba un crecimiento tan bajo de los precios al consumo en la eurozona. La evoluci¨®n es negativa en cuatro de los 18 Estados del euro y hay un r¨¦cord en el n¨²mero de pa¨ªses (10) en los que la inflaci¨®n crece por debajo del 1%, el nivel en el que el presidente del BCE, Draghi, califica de ¡°zona de peligro¡±. Los productos que m¨¢s empujaron a la baja los precios fueron las frutas y las verduras, el sector que presumiblemente m¨¢s se ver¨¢ afectado por las sanciones agr¨ªcolas aprobadas por Rusia.
Los datos negativos se amontonan sobre la cacareada recuperaci¨®n europea. Al inadmisible nivel de paro en la periferia y la elevada deuda p¨²blica y privada, se suma el crecimiento nulo en el segundo trimestre, consecuencia directa del frenazo de las grandes econom¨ªas de la UE.
Paul de Grauwe, profesor de la London School of Economics, considera ¡°urgente¡± una acci¨®n coordinada de las pol¨ªticas monetarias y fiscales, que resume en ¡°un BCE m¨¢s proactivo y una Comisi¨®n Europea que abandone su dogmatismo y apueste por la inversi¨®n en un momento de dinero excepcionalmente barato¡±. Y pone el foco en el efecto positivo que tendr¨ªa sobre la disminuci¨®n de la abultada deuda privada de la periferia. ¡°Es la ¨²nica forma de digerirla¡±.
A pesar de las crecientes voces de aquellos que piden ahondar en las pol¨ªticas monetarias no convencionales, los m¨¢s cercanos al d¨ªa a d¨ªa del BCE inciden en la baja probabilidad de que se atreva a lanzar un quantitative easing (QE) ¡ªun programa de compra de activos a gran escala¡ª antes de que termine el a?o. Entre las razones que esgrimen, destacan dos: en primer lugar, que el BCE a¨²n cree que hay que esperar a que las medidas tomadas en junio (rebaja de tipos hasta su m¨ªnimo hist¨®rico, tasa de dep¨®sito negativa y m¨¢s barra libre de liquidez para la banca) den sus frutos. En segundo, los m¨¢s ortodoxos ¡ªque son mayor¨ªa en el ¨®rgano de Gobierno de la entidad que maneja los hilos de la pol¨ªtica monetaria europea¡ª temen que un movimiento prematuro desincentive a Par¨ªs y Roma en su cumplimiento de la agenda de reformas prometidas a Bruselas.
El problema es que Francia e Italia ya no son los ¨²nicos pa¨ªses del coraz¨®n de la zona euro que preocupan por su d¨¦bil crecimiento. Alemania, aut¨¦ntica locomotora europea sustentada sobre su potente sector exterior, ha frenado en seco en el segundo trimestre tras su buen desempe?o en los tres primeros meses de 2014. Y el peso de estas tres econom¨ªas es tan significativo ¡ªen conjunto suponen las dos terceras partes del PIB de la eurozona¡ª, que ha hecho rebrotar los temores de una tercera recesi¨®n.
Frente a las voces que exigen medidas cuantitativas, el director del think tank europeo CEPS, Daniel Gros, considera que la pol¨ªtica monetaria ha alcanzado su l¨ªmite. ¡°El QE tiene sentido si el coste de financiaci¨®n es elevado, y eso no es el caso de la eurozona¡±, remarca. Seg¨²n Gros, el factor que s¨ª podr¨ªa marcar la diferencia es un euro m¨¢s d¨¦bil. ¡°Pero el BCE se resistir¨¢ a acometer una intervenci¨®n cambiaria directa¡±, considera. Como Gros, Rogoff tambi¨¦n cree que Draghi no intervendr¨¢ por el momento y esperar¨¢ hasta tener en sus manos los ex¨¢menes de resistencia a la banca de octubre, en los que basa parte de sus esperanzas de revitalizaci¨®n del sector bancario y, por ende, de multiplicaci¨®n de la efectividad de la pol¨ªtica monetaria. ¡°Parece reticente a actuar hasta entonces¡±, concluye.
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