La guerra contra la corrupci¨®n hunde al sector del lujo en China
La campa?a que el presidente Xi Jinping ha lanzado para limpiar el Partido Comunista afecta a las empresas de bienes exclusivos.
La cruzada contra la corrupci¨®n que ha lanzado el presidente chino, Xi Jinping, va en serio. Da fe de ello la creciente lista de dirigentes que han sido destituidos, investigados, y encarcelado. No obstante, existe un indicador todav¨ªa m¨¢s preciso para determinar el inesperado alcance que est¨¢ teniendo esta peculiar campa?a de limpieza: el efecto que tiene sobre las empresas del sector del lujo.
Cuando Xi se puso al frente de China el a?o pasado advirti¨® a sus camaradas del Partido de que no tolerar¨ªa desmanes. Y no era un farol. Se acabaron todas las muestras de ostentaci¨®n, los regalos que sirven de tapadera para sobornos, y los op¨ªparos banquetes regados con baijiu, el fort¨ªsimo licor tradicional de arroz cuyas botellas m¨¢s preciadas pueden superar los mil euros. Es m¨¢s, en los ¨²ltimos meses, aquellos funcionarios que tienen familiares residiendo fuera del pa¨ªs, y que est¨¢n en el punto de mira por multitud de casos de evasi¨®n de capitales y blanqueo de dinero, se han visto enfrentados a la disyuntiva de pedir a sus allegados que regresen a la patria o abandonar sus empleos.
Luis Gal¨¢n, director de la consultor¨ªa 2Open en Shangh¨¢i, ¡°est¨¢ siendo tan notable que mercados aleda?os, como el de los productos de regalo, lujo o bebidas, se est¨¢n viendo claramente afectados¡±. Todos los empresarios consultados por EL PA?S reconocen que as¨ª es. Alberto Fern¨¢ndez, director general en China de la bodega catalana Torres y uno de los espa?oles con m¨¢s experiencia en el gigante asi¨¢tico, asegura que las ventas de los vinos m¨¢s caros se han desplomado un 80%, mientras que los caldos m¨¢s modestos contin¨²an creciendo gracias al aumento del inter¨¦s entre el p¨²blico general y equilibran las cuentas.
¡°En Shangh¨¢i, la principal puerta de acceso al pa¨ªs, las importaciones de vino han ca¨ªdo en la primera mitad del a?o, tanto en volumen como en valor, y el precio medio por botella ha bajado un 18%¡±, constata Gal¨¢n.
El cambio de actitud en pol¨ªticos y responsables de empresas p¨²blicas, as¨ª como entre quienes hacen negocios con ellos, se ha notado tambi¨¦n en el sector de la hosteler¨ªa. ¡°Antes no faltaban quienes llegaban, se met¨ªan en un reservado, y ped¨ªan una botella de vino de 2.000 euros. Eso parece que ha acabado. Personalmente, hemos notado un importante baj¨®n en el consumo, relacionado tambi¨¦n con el menor crecimiento econ¨®mico, y somos conscientes de que los enormes crecimientos que se vivieron durante la gran burbuja china no van a volver¡±, a?ade Guillermo Trull¨¢s, un cocinero que ya cuenta con siete restaurantes y bares en Shangh¨¢i y Hong Kong.
El cambio es tan dram¨¢tico que se refleja incluso en la construcci¨®n de nuevos edificios. ¡°Es evidente que se ha impuesto la austeridad¡±, comenta Javier Castrillo, arquitecto y director del estudio ADOS en la capital econ¨®mica de China. ¡°Se nota en todos los segmentos: los m¨¢s adinerados han dejado de construir grandes casas de lujo, los restaurantes ya apenas piden cuartos destinados a espacios privados, e incluso hay hoteles que fueron dise?ados con est¨¢ndares de cinco estrellas y que ahora han pasado a ser de cuatro¡±.
Los sobres por debajo de la mesa han sido generalizados, y a muchos funcionarios de rangos bajo y medio eso les ha permitido completar sus m¨ªseros sueldos para llevar una vida digna. Su abrupta desaparici¨®n puede crearle innumerables enemigos a Xi, que ha prometido combatir tanto a tigres como a moscas, y provocar cierta inestabilidad en China. De momento, un informe del Bank of America Merril Lynch publicado el pasado mes de abril ya vaticina que la factura va a ser importante: concretamente, la campa?a anticorrupci¨®n puede costarle a la econom¨ªa china unos 77.000 millones de euros y una reducci¨®n del crecimiento de entre un 0,6% y un 1,5%.
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