Sit ei terra levis
No le importaba nada el dinero aunque naci¨® con el talento de multiplicarlo
Tuvo la facultad de quitarse importancia lo que le granje¨® el cari?o de sus allegados y la inicial tranquilidad de sus oponentes. Comprend¨ªa antes que nadie la relevancia, o falta de ella, de cualquier hecho o noticia lo que, a mi juicio, revela una capacidad especial para relacionar ideas entre s¨ª, una entre varias definiciones posibles de la inteligencia. De esta ten¨ªa para usar y regalar, como aprendieron algunos a quienes desorient¨® la facultad aludida al comienzo.
Pod¨ªa estar en desacuerdo conmigo, o con otros, pero su oposici¨®n nunca era absoluta, ni eterna. Despu¨¦s de discutir, si no le correspond¨ªa la decisi¨®n apoyaba sin reservas el camino elegido por el responsable de tomarla. A esta cualidad iba unida una manga muy ancha con los pecados o errores de su gente y tambi¨¦n, cosa esta muy rara, con los de gente ajena. Puedo asegurar que nunca conoc¨ª a nadie que olvidara antes las afrentas. A menudo me pregunt¨¦ si ello era consecuencia de su escaso aprecio por sus propias virtudes o del desprecio por los improperios ajenos.
Lo hubiera dado todo por la prosperidad del Banco, de su ciudad y de su pa¨ªs
Siempre ten¨ªa prisa. Un colaborador suyo de los primeros d¨ªas, que le ve¨ªa salir del banco a la hora del almuerzo para regresar a las dos horas escasas despu¨¦s de haber jugado nueve hoyos de golf, trayecto a trav¨¦s de la bah¨ªa de Santander incluido, me dijo un d¨ªa: "Tu hermano juega un golf de urgencia". Ten¨ªa paciencia para todo menos para escuchar explicaciones superfluas, como sab¨ªan muy bien sus colaboradores.
Siempre tuvo claro cu¨¢les eran sus obligaciones y cu¨¢les sus devociones. A ambas fue fiel hasta el ¨²ltimo d¨ªa como atestiguar¨¢n los que le trataron. No le importaba nada el dinero aunque naci¨® con el talento de multiplicarlo. Lo hubiera dado todo por la prosperidad del Banco, de su ciudad y de su pa¨ªs. Fue muy superior a nuestro padre (que no era manco) en perspicacia para los negocios y, aunque no ejerci¨® de profeta, ten¨ªa, en la medida que es dable a los mortales, el don que Zeus concedi¨® a Tiresias, leer el futuro. Los hados, por su parte, le han concedido otro inestimable: el de morir a tiempo, para dolor de los suyos pero con ventaja para ¨¦l y, tal vez, de las devociones y obligaciones aludidas.
Jaime Bot¨ªn Sanz de Sautuola es hermano del fallecido Emilio Bot¨ªn.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.