La estirpe de los Bot¨ªn: presente y futuro
La nueva presidenta del Banco Santander encarna la quinta generaci¨®n ligada al banco
Seis hijos y 16 nietos, adem¨¢s de cinco sobrinos, hijos de su ¨²nico hermano, Jaime, ha dejado Emilio Bot¨ªn. Forman la estirpe Bot¨ªn, de la que queda como matriarca Ana Patricia Bot¨ªn Sanz de Sautuola O¡¯Shea. La nueva presidenta del Banco Santander, que cumplir¨¢ 54 a?os el pr¨®ximo 4 de octubre (dos m¨¢s que cuando su padre sucedi¨® a su abuelo), asume la responsabilidad de mantener la entidad en lo m¨¢s alto de la jerarqu¨ªa bancaria y, de paso, el linaje familiar. Emilio Bot¨ªn ¡ªquien ten¨ªa como referencia a su padre, que dej¨® el cargo a los 83 a?os¡ª no pensaba en retirarse a¨²n, pero ten¨ªa en la cabeza a su hija mayor para sucederle. Naci¨® en el banco y se prepar¨® para ser banquera. Su padre se incorpor¨® a la entidad a los 24 a?os; ella, con 27, tras estudiar en EE UU (se licenci¨® en Econ¨®micas en Harvard), hacerse pol¨ªglota y trabajar en JPMorgan en Nueva York.
Mujer de car¨¢cter, subraya que nadie le ha regalado nada. Y, aunque el apellido la catapult¨® desde el inicio de su carrera, ha trabajado su curr¨ªculo. Tras JPMorgan, a los 32 a?os alcanz¨® la Direcci¨®n General, que abandon¨® en 1999 tras la integraci¨®n con el Central Hispano, que dio lugar al BSCH. Un encontronazo con el copresidente de la nueva entidad, Jos¨¦ Mar¨ªa Amus¨¢tegui, por el reparto de poder llev¨® a Emilio Bot¨ªn a prescindir de su hija, que entonces fund¨® una firma de tecnolog¨ªa, que dej¨® en 2002 para presidir Banesto. Alfredo S¨¢enz se convirti¨® en consejero delegado del Santander al irse ?ngel Corc¨®stegui y dejaba el hueco para que Bot¨ªn recuperara a su hija.
Adem¨¢s, Ana Bot¨ªn nunca dej¨® de ser consejera, puesto que asumi¨® en 1989, a los 29 a?os. Son los que tiene ahora su hijo mayor, Felipe Moren¨¦s Bot¨ªn, que ha estudiado Pol¨ªtica Econ¨®mica en Georgetown y trabaja en el fondo inmobiliario Lone Star en EE UU. Es el nieto mayor de Bot¨ªn y Paloma O¡¯Shea y, como su madre, es pol¨ªglota. Su hermano mediano, Javier, trabaja en un banco suizo en Nueva York, y el peque?o, Pablo, es analista del Credit Suisse.
Forman la siguiente generaci¨®n de Bot¨ªn, aunque lleven delante el apellido de su padre, Guillermo Moren¨¦s, el menor de los hijos de los marqueses de Borguetto. Pero el primog¨¦nito, al contrario de su madre cuando ten¨ªa su edad, de momento no est¨¢ vinculado contractualmente al banco. Tampoco sus hermanos ni sus primos. El futuro deparar¨¢ si, con el tiempo, alguno de ellos se perfila para presidente.
S¨ª est¨¢ en la ¨®rbita directiva el hermano peque?o de Ana Bot¨ªn, Javier, de 41 a?os, licenciado en Derecho, propietario de JB Capital Markets y presidente del Club de Golf de Pedre?a, que fund¨® su abuelo. Considerado como el as en la manga que se guardaba Emilio Bot¨ªn, es consejero del banco desde que su hermano Emilio se desmarcara para centrarse en su empresa de inversi¨®n (Renta Markets), que cre¨® con su cu?ado Moren¨¦s. El quinto Bot¨ªn O¡¯Shea se cas¨® con la noble francesa Elizabeth D¡¯Ornano, cuya familia posee la firma de cosm¨¦ticos Sisley.
La familia ya solo posee alrededor del 2%, y el 57% est¨¢ en manos for¨¢neas
Las hermanas (Carolina, Paloma y Carmen) est¨¢n desligadas del d¨ªa a d¨ªa del banco, aunque no de la Fundaci¨®n Bot¨ªn, que garantiza la raigambre c¨¢ntabra. Carolina, casada con el m¨¦dico alem¨¢n de origen coreano Christian Shin, es especialista en Arte y se encarga de las Relaciones Internacionales de la Fundaci¨®n; Paloma, casada con Ricardo G¨®mez-Acebo, marqu¨¦s de la Deleitosa, (familia ligada al antiguo Banesto), gestiona la fundaci¨®n y es el alma del futuro Centro Bot¨ªn. Carmen, que se cas¨® con Severiano Ballesteros, del que se separ¨®, es vocal de la fundaci¨®n.
Ana Bot¨ªn llega al puesto como hab¨ªa previsto su padre y quer¨ªa su abuelo, quien, quiz¨¢ por ser la nieta mayor, sent¨ªa una especial predilecci¨®n. Compart¨ªa con ellos la afici¨®n al golf, les acompa?aba en la pesca de bonito y en algunos safaris. La primog¨¦nita hab¨ªa inoculado, casi sin querer, las directrices del banco, lo que permit¨ªa aventurar que ser¨ªa el cuarto presidente con apellido Bot¨ªn que ¡ªcon la interrupci¨®n del periodo en que estuvo el indiano lebaniego Saturnino Briz (de 1923 a 1950)¡ª tiene el Banco Santander desde 1904. Ese a?o, su bisabuelo (tambi¨¦n Emilio y casado con Mar¨ªa Sanz de Suatuola, descubridora de ni?a de las Cuevas de Altamira) asumi¨® el cargo. No obstante, la primera generaci¨®n ligada al banco fue la de su tatarabuelo, Emilio Bot¨ªn Aguirre, cuyo hermano, Rafael, fue director gerente. Ambos eran hijos de Jos¨¦ Mar¨ªa Bot¨ªn, un m¨¦dico de la Armada destinado a Santander en la segunda mitad del siglo XIX.
Aunque no hab¨ªa ning¨²n Bot¨ªn entre los 32 socios fundadores del banco en 1857, el apellido fue dando al banco un car¨¢cter familiar. El gran salto lo dio el abuelo de la actual presidenta con la compra del Mercantil, enconado competidor local, y la entrada en el club de los siete grandes de la banca espa?ola. Cuando lleg¨® su hijo a la c¨²pula, segu¨ªa teniendo mucho peso familiar. Los Bot¨ªn siguen siendo los principales accionistas individuales con una participaci¨®n de alrededor del 2%, pero el peso internacional (el 57% de su capital es extranjero) reduce mucho aquel car¨¢cter familiar. Es decir, lo suficiente como para poner a debate el nombramiento hereditario de la presidencia para esta y futuras ocasiones.
La siguiente generaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ vinculada al mundo financiero
Pero la nueva presidenta parece contar con la confianza de la comunidad financiera, gracias sobre todo a su paso por la filial brit¨¢nica, Santander UK, y por el desaparecido Banesto. La reacci¨®n de la Bolsa, que lleg¨® a caer cerca del 2% al conocerse la muerte de Bot¨ªn, no fue negativa (solo retrocedi¨® un 0,63%). Ana Bot¨ªn debe ahora mantener el banco entre los mayores del mundo.
Cuando su padre asumi¨® la presidencia en 1986 pocos daban un duro por ¨¦l. Se consideraba que no ten¨ªa la capacidad de mando y visi¨®n estrat¨¦gica del viejo Bot¨ªn y que el banco acabar¨ªa absorbido en el creciente mercado europeo al que se hab¨ªa integrado Espa?a. Pero a la sombra del padre, se hab¨ªa preparado a conciencia. Lo demostr¨® pronto. Revolucion¨® la banca con las supercuentas e inici¨® una expansi¨®n imparable, engullendo bancos mucho mayores (en Espa?a: Banesto, Central e Hispano). Se lo ha dejado dif¨ªcil a su hija, que seguramente aplicar¨¢ su librillo y, tal vez, echar¨¢ mano de El Arte de la Guerra, del fil¨®sofo chino Sun Tzu. Era el libro de cabecera de su padre y, entre otras m¨¢ximas, dice que cuando se es ¡°capaz de ver lo sutil y de darse cuenta de lo oculto antes de la batalla, la victoria es f¨¢cil¡±.
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