Efectos econ¨®micos de las pandemias
La creciente resistencia a los antibi¨®ticos puede tener consecuencias en la productividad
Cuando el primer ministro brit¨¢nico David Cameron me pidi¨® en julio que encabezara una iniciativa para encontrar soluciones al creciente problema global de la resistencia antimicrobiana, mi primera pregunta fue: "?Y qu¨¦ es eso?" Pronto aprend¨ª que, a medida que las bacterias y los par¨¢sitos desarrollan resistencias a los medicamentos actuales, como los antibi¨®ticos y antipal¨²dicos, el mundo se halla en riesgo de perder la batalla contra las enfermedades infecciosas. As¨ª que mi siguiente pregunta fue: "?Por qu¨¦ yo? ?No ser¨ªa mejor un cient¨ªfico?"
Resulta que el problema de la creciente resistencia antimicrobiana gira tanto en torno a la econom¨ªa como a la ciencia o la medicina. Si no se le hace frente, acabar¨¢ causando la muerte de millones de personas al a?o, con graves consecuencias econ¨®micas para el planeta. El riesgo es especialmente grande para las econom¨ªas en desarrollo, como la mayor parte de los pa¨ªses agrupados bajo las siglas BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y MINT (M¨¦xico, Indonesia, Nigeria y Turqu¨ªa). Los estudios que recientemente ha realizado un comit¨¦ independiente sobre resistencia antimicrobiana, que presido, han simulado el probable impacto de este fen¨®meno sobre la econom¨ªa mundial: los resultados sugieren que, si no lo abordamos hoy, no har¨¢ m¨¢s que empeorar.
Si permitimos que la resistencia se eleve en un 40%, el producto bruto mundial (PIB mundial) ser¨¢ 0,5 puntos porcentuales y 1,4 puntos menor en 2020 y 2030, respectivamente. Y para 2050 la baja ser¨ªa de unos tres puntos. La p¨¦rdida acumulada de producto mundial a lo largo de los pr¨®ximos 35 a?os llegar¨¢ a los 100 billones, m¨¢s de una vez y media el PIB mundial hoy. Cada a?o mueren ya 60.000 personas por causas relacionadas con la resistencia antimicrobiana en Estados Unidos y Europa, cerca de diez veces las muertes por la actual crisis por el ¨¦bola. Si se permite que el problema crezca, para 2050 la resistencia antimicrobiana har¨¢ causado la muerte de m¨¢s de 10 millones de personas al a?o, lo que representa m¨¢s que la cantidad de personas que mueren de c¨¢ncer, diabetes, accidentes de carretera, enfermedades diarreicas y sida. Los costes econ¨®micos del p¨¢nico resultante, como el colapso de los viajes y el comercio, ser¨ªan devastadores.
Los ¨ªndices de resistencia antimicrobiana en ascenso tendr¨¢n efectos graves en India, Indonesia y Nigeria (as¨ª como en el resto del ?frica subsahariana). Pa¨ªses como China y Brasil, que han conseguido reducir los ¨ªndices de malaria, podr¨ªan ver socavados sus grandes esfuerzos por un aumento de la resistencia a los medicamentos antipal¨²dicos.
¡°Si permitimos que los medicamentos pierdan un 40% de su efectividad, el PIB mundial perder¨¢ tres puntos para 2050¡±
El estudio que encargamos se bas¨® en la limitada informaci¨®n que hab¨ªa disponible y no toma en cuenta los da?os producidos por enfermedades resistentes a los medicamentos fuera de los hospitales ni los efectos del alza de los costos sanitarios. Tampoco incluye el descenso de la calidad de vida por la p¨¦rdida de intervenciones que la mejoran, como las pr¨®tesis de rodilla o cadera, tratamientos contra el c¨¢ncer o las ces¨¢reas, que dependen de los antibi¨®ticos para prevenir infecciones. El estudio muy general que llevamos a cabo muestra que esos tipos de tratamientos (muchos de los cuales ser¨ªan imposibles sin antibi¨®ticos) suman cerca de un 4% de beneficio en t¨¦rminos del PIB.
Uno de mis objetivos es persuadir a los miembros de la ONU para que acuerden una serie de normas y pol¨ªticas para detener el aumento de la resistencia antimicrobiana. Adem¨¢s de subrayar la escala del problema, el estudio busca maneras de reducir la resistencia a los medicamentos y estimular la producci¨®n de nuevos antibi¨®ticos para compensar los que han dejado o dejar¨¢n de ser eficaces.
En algunos casos, para reducir la resistencia ser¨¢ necesaria tecnolog¨ªa de vanguardia. Las autoridades deben apoyar el desarrollo de m¨¦todos de diagn¨®stico m¨¢s r¨¢pidos y precisos que permitan reducir la sobredependencia de los antibi¨®ticos, un elemento clave para combatir la resistencia. Asimismo, necesitamos contar con herramientas para identificar y detener a tiempo los brotes de enfermedades resistentes. La informaci¨®n que nos brinden los aparatos de diagn¨®stico podr¨ªa ser una potente arma para contenerlos. Otras soluciones no exigen mucha tecnolog¨ªa, sino un poco de sentido com¨²n, como lavarnos las manos a menudo y bien, o dejar de pedir antibi¨®ticos a nuestros m¨¦dicos. Y cuando debamos tomarlos, completar el tratamiento que nos hayan prescrito. Adem¨¢s, tenemos que examinar los efectos de los antibi¨®ticos en la agricultura.
Desarrollar nuevos antibi¨®ticos es todo un reto, porque las compa?¨ªas farmac¨¦uticas parecen necesitar incentivos para realizar los estudios de investigaci¨®n necesarios. El estudio evaluar¨¢ si es factible hacer cambios a los incentivos de mercado. De lo contrario, habr¨ªa que apuntar a alternativas m¨¢s dr¨¢sticas para fomentar la innovaci¨®n temprana por parte de los laboratorios de las universidades y peque?as empresas, quiz¨¢s mediante un fondo espec¨ªfico.
Como muestra el estudio, es mucho lo que est¨¢ en juego si no actuamos a tiempo frente a este problema. Hoy es el momento de buscarle soluciones atrevidas, claras y pr¨¢cticas en el largo plazo.
Jim O'Neill es presidente de Goldman Sachs Asset Management e investigador visitante del centro de estudios econ¨®micos Bruegel de Bruselas.
Traducci¨®n de David Mel¨¦ndez Tormen.
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