De vuelta a casa y al empleo
Ver¨®nica, de 29 a?os, regresa a Barcelona con trabajo despu¨¦s de su paso por Alemania Miguel ?ngel (44) y Andrei (21) han conseguido contrato en una consejer¨ªa y una churrer¨ªa
Ver¨®nica Garc¨ªa, 29 a?os: el regreso a Barcelona desde Fr¨¢ncfort
En 2009, termin¨® la carrera de Traducci¨®n e Interpretaci¨®n en Barcelona. Pasado el tiempo, las cosas no le terminaban de ir bien en un oficio dominado por el trabajo aut¨®nomo, as¨ª que, en 2012, se fue a Alemania ¡°con toda la desbandada¡±, dice. Ver¨®nica Garc¨ªa (29 a?os) explica por tel¨¦fono que nunca se lleg¨® a adaptar del todo a la vida en Fr¨¢ncfort, donde trabajaba en el departamento de traducci¨®n de una compa?¨ªa de videojuegos. Pero las cosas, en cualquier caso, iban razonablemente bien: ¡°La experiencia en general ha sido buena; he aprendido mucho¡±.
Pero el verano pasado, su empresa hizo un ajuste de plantilla que la devolvi¨® al paro el 1 de septiembre. As¨ª que intensific¨® una b¨²squeda de empleo que ya hab¨ªa empezado unos meses antes y que incluy¨® el env¨ªo de curr¨ªculos a pa¨ªses de toda Europa y a Estados Unidos. Pero la respuesta era una y otra vez que no; ella buscaba un contrato como trabajadora de plantilla, no como freelance; y de eso parec¨ªa no haber en ninguna parte, al menos, para ella.
Cuando ya ten¨ªa el billete de vuelta para regresar a Barcelona, le contestaron de una agencia internacional de traducci¨®n, precisamente en la capital catalana, para ofrecerle participar en un proceso de selecci¨®n. Tras varias pruebas y entrevistas (la ¨²ltima a finales de octubre), comenz¨® el pasado noviembre a trabajar como coordinadora de proyectos. Tiene un contrato temporal, de seis meses, pero con la promesa de que, tras otro contrato por otro medio a?o, ya pasar¨¢ a la categor¨ªa de trabajadora indefinida.
As¨ª, Ver¨®nica Garc¨ªa hizo el camino de vuelta poco antes de que se publicara una macroencuesta del Instituto para la Sociedad y las Comunicaciones de Vodafone en seis pa¨ªses europeos que dec¨ªa que un 58% de los j¨®venes espa?oles de 18 a 34 a?os planea marcharse a otro pa¨ªs en busca de trabajo. Tambi¨¦n presentaba el estudio a los j¨®venes espa?oles como los m¨¢s pesimistas: tres de cada cuatro consideraba que hay mejores oportunidades laborales en el extranjero.
Garc¨ªa, por su parte, est¨¢ contenta de estar de vuelta en Barcelona, aunque cobra ¡°un poco menos¡± que en Alemania (prefiere no decir exactamente cu¨¢nto, pero no es, en todo caso, un gran sueldo). De momento, ha vuelto a vivir en casa de sus padres: ¡°Mientras veo c¨®mo me van las cosas¡±, explica. Su madre, que trabaj¨® durante muchos a?os en una f¨¢brica, ahora est¨¢ en paro. Su padre, alba?il, aut¨®nomo, ha ido sorteando la crisis, con periodos de m¨¢s trabajo que han conseguido compensar los de inactividad.
Miguel ?ngel Garc¨ªa Morcillo, 44 a?os: cambiar dinero por calidad de vida
Ha pasado de cobrar 1.700 euros a 840. Entremedias, 16 meses de paro durante una tremenda crisis. Miguel ?ngel Garc¨ªa, de 44 a?os, tres hijas (de 4, 10 y 16 a?os), dice que nunca se dej¨® vencer por el des¨¢nimo y que siempre ha pensado lo que ahora le es obligado pensar: que est¨¢ bien tener ¡°m¨¢s calidad de vida a cambio de menos dinero¡±. Su mujer, que s¨ª ha mantenido durante todo este tiempo su empleo, opina igual, dice.
Ella trabaja en la misma gran empresa de equipamiento de hogar en Valencia en la que ¨¦l tambi¨¦n lo hizo durante 17 a?os, primero como vendedor y luego como cargo intermedio. Hasta que le despidieron, a mediados de 2013. Enseguida se repuso, asegura, a pesar de que las cosas estaban ¡°complicadas¡±, y decidi¨® no quedarse quieto: mand¨® curr¨ªculos, llam¨® a amigos, estudi¨®¡ Buscaba trabajo en un sector que no tuviera nada que ver con el comercio ¡ªeste suele tener horarios m¨¢s sacrificados¡ª, por aquello de la de calidad de vida.
Y por fin lo encontr¨® en septiembre de 2014: trabaja como conserje en un colegio, con un contrato de 31 horas que le permite organizarse muy bien con el horario de su mujer, de tal manera que siempre est¨¢ uno de los dos libres (ma?ana o tarde) para atender a sus hijas. El suyo es un contrato de relevo, a tiempo completo e indefinido, esto es, el que se firma para compensar la jubilaci¨®n parcial de un trabajador que puede reducirse jornada (y sueldo) hasta un 75% durante sus ¨²ltimos a?os de vida laboral. Durante cuatro a?os, las condiciones de Miguel ?ngel ser¨¢n las de relevista; a partir de ese momento, con su compa?ero ya retirado, pasar¨¢ a ser indefinido y a hacer la jornada completa.
Garc¨ªa ha pasado de un trabajo absorbente y estresante a otro ¡°tranquilo, con tareas m¨¢s sencillas¡±, que adem¨¢s le permite continuar atendiendo sus dos blogs (uno sobre motivaci¨®n y autoestima y otro sobre comercio y ventas) y continuar con la escritura de un libro.
Andrei Uta, 21 a?os: de un curso de formaci¨®n de Cruz Roja a la churrer¨ªa
Andrei Uta tiene 21 a?os, siete m¨¢s de los que ten¨ªa cuando lleg¨® a Espa?a procedente de Ruman¨ªa para reunirse con sus padres en Guadalajara. Termin¨® el instituto, pero nunca lleg¨® a acabar el t¨ªtulo de FP de electr¨®nica en el que se matricul¨® despu¨¦s: "No me gustaba mucho", dice. As¨ª que se lanz¨® al mercado laboral con el t¨ªtulo de educaci¨®n obligatoria como ¨²nica credencial, en unos tiempos en los que la precariedad de los trabajos no cualificados se hab¨ªa disparado.
Uno de los ¨²ltimos empleos que encontr¨® era de camarero en un bar. "El jefe no me pagaba, as¨ª que al final lo dej¨¦", explica. En aquel momento, le hablaron de un curso de cocina que ofrec¨ªa la Cruz Roja de Guadalajara a trav¨¦s de su Plan de Empleo. Era diciembre de 2013. "Fue como un mes y pico, y con pr¨¢cticas en un restaurante". Al terminar, empez¨® a repartir curr¨ªculos por todas partes, pero la respuesta positiva no lleg¨® hasta marzo; desde entonces trabaja en una churrer¨ªa, "haciendo churros, tortillas, llevando pedidos a domicilio...".?
Sus jefes le van haciendo, desde entonces, contratos temporales. El ¨²ltimo, de tres meses, firmado en octubre pasado, est¨¢ a punto de espirar. "Me han preguntado que si quiero renovar y les he dicho que s¨ª, claro". Cobra 1.000 euros al mes y dice que est¨¢ "muy contento".
De hecho, ese sueldo ha sido fundamental durante los ¨²ltimos meses: su hermano peque?o sigue estudiando (tiene 14 a?os), su madre es limpiadora del hogar, pero ahora mismo solo trabaja en una casa; y su padre ha estado muchos meses en paro, aunque acaba de conseguir de nuevo empleo como alba?il.???
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