Cambio en Atenas, para que siga igual
Una estrategia pol¨ªtica antisistema puede ser popular, pero no sirve para gobernar un pa¨ªs
Tras cinco a?os de depresi¨®n econ¨®mica y un enorme ajuste fiscal que ha reducido a la mitad el nivel del gasto p¨²blico desde 2009, el pueblo griego ha hablado, alto y claro: no puede soportar m¨¢s austeridad y ha votado por el partido que promete una pol¨ªtica econ¨®mica diferente. La victoria de Syriza ha creado un importante dilema para una Europa que claramente necesita una nueva estrategia econ¨®mica, pero donde los partidos del sistema est¨¢n demasiado comprometidos con el pasado como para poder, de repente, cambiar de rumbo. Esto facilita la aparici¨®n de partidos nuevos, sin un legado que defender, que usan la estrategia antisistema como baza electoral.
A su vez, es posible que Syriza, en su empe?o por potenciar sus credenciales antisistema para maximizar su ¨¦xito electoral, haya creado un problema de dif¨ªcil soluci¨®n. Sus propuestas electorales, centradas en torno al incumplimiento de los compromisos existentes y la exigencia de una restructuraci¨®n de su deuda con la uni¨®n europea, son irreales y contraproducentes. M¨¢s all¨¢ de las apariencias de chantaje y la preocupaci¨®n que pueda causar en t¨¦rminos de riesgo moral y de equidad, el alivio de la deuda demandado por Syriza no es posible ni deseable en este momento. La zona euro est¨¢ empezando a repuntar tras una larga recesi¨®n, y la mayor¨ªa de sus pa¨ªses se enfrentan todav¨ªa a un importante ajuste fiscal a medio plazo. En estas condiciones, ?tiene sentido que los parlamentos de la zona euro legislen el perd¨®n de la deuda griega, mientras que al mismo tiempo se niegan a aumentar los salarios del sector p¨²blico o mejorar el poder adquisitivo de sus pensionistas?
El alivio expl¨ªcito de la deuda griega no es necesario en estos momentos. La iron¨ªa de la crisis actual es que, hasta que se hizo evidente que podr¨ªa haber un gobierno liderado por Syriza, los mercados parec¨ªan ignorar el problema de la sostenibilidad de la deuda. Los tipos de inter¨¦s griegos a 10 a?os hab¨ªan ca¨ªdo hasta el 5,5%, y hab¨ªa consenso de que en 2015 Grecia podria mantenerse con tan s¨®lo una l¨ªnea de cr¨¦dito precautoria, avalada por el retorno a una senda de crecimiento positivo del PIB y el super¨¢vit fiscal primario. En tan solo unos meses, todo ha cambiado: los mercados estiman un 75% de probabilidad de restructuraci¨®n de la deuda en manos del sector privado durante los pr¨®ximos cinco a?os. El mensaje est¨¢ claro: el pueblo griego quiere cambio, pero los mercados no parecen confiar en aquellos que han sido elegidos para llevar a cabo el cambio.
Podemos es un partido pol¨ªtico que quiere reestructurar la deuda espa?ola. Si la voluntad de pagar se pone en duda, el coste para todos los espa?oles ser¨¢ muy alto?para gobernar un pa¨ªs
Es posible que los mercados fueran demasiado complacientes. Pero tambi¨¦n es posible que estuvieran valorando la deuda griega de una manera diferente. Del 175% del PIB que representa la deuda griega, unos 100 puntos porcentuales es deuda contra¨ªda con los pa¨ªses europeos. Esta deuda tiene un perfil de vencimiento promedio muy largo, de m¨¢s de 25 a?os, a un tipo de inter¨¦s muy bajo, y los reembolsos no comienzan hasta la pr¨®xima d¨¦cada. Otros 30 puntos porcentuales son pr¨¦stamos del FMI y bonos en el balance del BCE. Por tanto, la deuda en manos del sector privado es reducida como porcentaje del PIB y es senior con respecto a la mayor parte de la deuda oficial, ya que es a m¨¢s corto plazo y su vencimiento es anterior. A la hora de evaluar la capacidad de pago de los bonos griegos en manos privadas, el ¡°verdadero¡± ratio deuda/PIB a corto plazo es de tan s¨®lo un 50% del PIB, en un pa¨ªs que se hab¨ªa comprometido a un super¨¢vit fiscal primario.
Esta evaluaci¨®n de la deuda griega ha cambiado con las elecciones y el advenimiento de un gobierno liderado por Syriza. La agitaci¨®n del mercado no se debe a un cambio repentino del panorama econ¨®mico griego, sino a un cambio repentino de su panorama pol¨ªtico. No es la capacidad de pagar la deuda, sino la voluntad de pagar la deuda, lo que se est¨¢ poniendo en duda. El nuevo gobierno griego podr¨ªa estar cometiendo un grave error buscando la confrontaci¨®n con Europa. Las primeras medidas anunciadas, como la restauraci¨®n del antiguo sistema de negociaci¨®n salarial y la suspensi¨®n de las privatizaciones, van en la direcci¨®n equivocada.
La pol¨ªtica econ¨®mica de la zona euro tiene que cambiar y adoptar una combinaci¨®n equilibrada de est¨ªmulo de demanda y reformas que aumenten el crecimiento potencial. Grecia puede ser un problema si sigue por la senda de la confrontaci¨®n, o puede ser parte de la soluci¨®n si coopera productivamente con sus socios europeos y contribuye a impulsar una nueva agenda econ¨®mica. Los plazos y los tipos de inter¨¦s de la deuda con Europa se pueden revisar de nuevo para hacerla, a efectos pr¨¢cticos, inexistente durante las pr¨®ximas d¨¦cadas. El BCE puede transferir a Grecia los beneficios resultantes de sus compras de deuda griega. Todo esto crear¨ªa espacio para reducir el super¨¢vit fiscal necesario. El gobierno griego puede canalizar sus energ¨ªas hacia la liberalizaci¨®n de los oligopolios y la lucha contra la corrupci¨®n que todav¨ªa atenazan la econom¨ªa griega. Este paquete de medidas, junto con el programa de expansi¨®n cuantitativa del BCE (si Grecia hace lo necesario para poder formar parte del mismo), servir¨ªa para estimular el crecimiento. La troika se puede reestructurar para dar una victoria pol¨ªtica a Syriza y acabar con un apa?o institucional que no satisface a nadie. Grecia necesita crecimiento y, para ello, estabilidad pol¨ªtica y confianza en su futuro dentro del euro, no necesita una revoluci¨®n.
En conferencias y reuniones por todo el mundo la pregunta es que implica la victoria de Syriza para Espa?a. Estas semanas deber¨ªan servir de ensayo general para los simpatizantes de Podemos. Mi predicci¨®n es que Syriza acabar¨¢ haciendo muy poco de lo que ha prometido en la campa?a, seguir¨¢ habiendo programa, condicionalidad y troika pero se llamaran de otra manera, el ajuste fiscal seguir¨¢ pero m¨¢s suave, las reformas continuar¨¢n ¡ªes decir, lo mismo que hubiera sucedido con el gobierno de Samar¨¢s, pero con caras distintas en los ministerios y tras varios meses de negativa incertidumbre¡ª. La estrategia antisistema da popularidad, pero no sirve para gobernar. Como Syriza, Podemos est¨¢ demostrando que es un partido pol¨ªtico como cualquier otro, sus l¨ªderes buscan conquistar el poder a base de inteligentes estrategias medi¨¢ticas, y no dudan en cambiar de rumbo constantemente para consolidar su posici¨®n - como muestran los m¨²ltiples vaivenes de sus confusas y equivocadas propuestas econ¨®micas. Como Syriza, dudo que puedan cumplir casi nada de lo que prometen si llegaran a gobernar. En Espa?a se ve como una l¨®gica alternativa al bipartidismo que tanta decepci¨®n ha generado. Sin embargo, para la opini¨®n p¨²blica extranjera y para los mercados, Podemos es un partido pol¨ªtico que quiere reestructurar la deuda espa?ola. Si la voluntad de pagar se pone en duda, el coste para todos los espa?oles ser¨¢ muy alto. Ser¨ªa un grav¨ªsimo error. Con la confianza no se juega.?
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