Sin cambios en la tendencia creciente del empleo
La informaci¨®n coyuntural m¨¢s relevante de esta semana ha sido la de afiliaciones a la Seguridad Social y paro registrado del mes de enero, por lo que respecta a la econom¨ªa espa?ola, y a un nivel superior, las previsiones de invierno de la Comisi¨®n Europea (CE). Comenzado por esto ¨²ltimo, entre los datos m¨¢s llamativos yo apuntar¨ªa, en primer lugar, la revisi¨®n al alza (seis d¨¦cimas porcentuales) respecto a las anteriores previsiones de oto?o en el crecimiento del PIB espa?ol para 2015, hasta el 2,3%. Es una buena revisi¨®n, pero que muy probablemente se quedar¨¢ corta, pues con la informaci¨®n disponible hoy por hoy dicho crecimiento puede situarse entre el 2,5% y el 3%.
Datos contradictorios en la industria
Esta semana conocimos los indicadores PMI de los sectores de manufacturas y de servicios del pasado mes de enero. Los dos mejoraron notablemente, lo que est¨¢ indicando que el crecimiento de estos sectores se extender¨¢, incluso aumentando su ritmo, durante el primer trimestre de este a?o. Tambi¨¦n esta semana el INE public¨® el ?ndice de Producci¨®n Industrial (IPI) de diciembre, y aqu¨ª vienen las contradicciones. Como se ve en el gr¨¢fico inferior derecho, este indicador y el PMI manufacturero van muy pegados en su evoluci¨®n, pero desde el tercer trimestre del pasado a?o se ha abierto una brecha entre ambos, ya que el PMI se sit¨²a en zona de expansi¨®n y crecimiento y el IPI registr¨® tasas trimestrales negativas en el tercer y cuarto trimestre. Otros indicadores, como las afiliaciones a la Seguridad Social en la industria o las ventas declaradas por las grandes empresas a la AEAT, dan se?ales de crecimiento, pero modestas. Parece, por tanto, que en la industria las expectativas y la confianza van por delante de la realidad.
En el resto de Europa tambi¨¦n hay datos muy interesantes a comentar referidos a Grecia y a Alemania. La CE prev¨¦ que Grecia crezca este a?o un 2,5% y el pr¨®ximo, un 3,6%. Es decir, este pa¨ªs est¨¢ empezando a salir del profundo agujero en el que le ha sumido la crisis. Lo m¨¢s importante ahora es afianzar el crecimiento y la creaci¨®n de empleo, y es a lo que deber¨ªan dedicarse las autoridades griegas con la ayuda del resto de Europa. Su deuda p¨²blica, aunque muy elevada, no es ahora el problema, ya que el 80% de la misma est¨¢ financiada por los contribuyentes europeos y el FMI (no por los mercados) a plazos de amortizaci¨®n muy largos, con varios a?os de carencia y a tipos de inter¨¦s bajos (que ciertamente podr¨ªan rebajarse m¨¢s, lo que dar¨ªa un respiro en sus cuentas p¨²blicas), que dejan la carga de intereses prevista para 2015 en un 3,7% de su PIB, por debajo de la de Irlanda, Italia o Portugal y no muy superior a la espa?ola (3,2% del PIB).
Respecto a Alemania, hay un dato que explica la anemia de la econom¨ªa de ese pa¨ªs y, como consecuencia, de toda Europa: su super¨¢vit por cuenta corriente asciende al 8% del PIB. Mientras, los crecimientos previstos del consumo y la inversi¨®n en capital productivo son muy bajos, del orden del 2% en ambos casos, lo que hace que el PIB no crezca m¨¢s que un 1,5%. Esto es una enfermedad igual que lo era la situaci¨®n contraria, el d¨¦ficit espa?ol del 10% del PIB antes de la crisis, aunque ciertamente con consecuencias financieras nefastas en este ¨²ltimo caso, como bien sabemos los espa?oles. Este enorme super¨¢vit quiere decir que los alemanes dejan de gastar en consumo e inversi¨®n un 8% de los ingresos que generan. Las empresas no invierten suficientemente y los hogares prefieren perder dinero invirtiendo sus ahorros en bonos p¨²blicos a intereses negativos antes que aumentar su consumo. Esto, en vez de ser una virtud, como piensan la mayor¨ªa de alemanes y su Gobierno, es una enfermedad, con consecuencias negativas para toda Europa.
Volviendo a la econom¨ªa espa?ola, los datos de afiliaciones y paro de enero fueron aparentemente malos, en cuanto que las primeras disminuyeron en 200.000 y el paro aument¨® en 78.000 personas. Pero, como insistentemente se?alamos en esta p¨¢gina de coyuntura, hay que separar el grano de la paja antes de valorar los datos. Enero es un mes muy influido por factores estacionales, por lo que los datos originales dicen poco de cu¨¢l es la tendencia de estos indicadores. Si desestacionalizamos los datos, obtenemos que el paro descendi¨® en unas 40.000 personas (20.000 m¨¢s que la media de los seis meses precedentes) y las afiliaciones aumentaron en 12.000. Esta ¨²ltima cifra se queda notablemente por debajo de la media de los seis meses precedentes, pero hay un hecho irregular a tener en cuenta: la campa?a agr¨ªcola de la aceituna y c¨ªtricos ha sido mala por motivos meteorol¨®gicos, lo que ha provocado una disminuci¨®n de 41.000 afiliaciones en el sector agrario. Si excluimos este sector, las afiliaciones corregidas de estacionalidad aumentan en 50.000 y el crecimiento anualizado de los tres ¨²ltimos meses sobre los tres precedentes se eleva al 3,5%. Por tanto, los datos de enero no empeoran, m¨¢s bien al contrario, la tendencia al alza de este importante indicador. Al analizar los datos por grandes sectores productivos, destaca el ritmo de crecimiento que est¨¢ tomando el sector de la construcci¨®n.
Dentro de esta tendencia positiva del empleo, hay, sin embargo, algunos datos que no van bien y que deber¨ªan incitar a reformas y medidas a las autoridades: el abuso de los contratos temporales y los 2,6 millones de parados de larga duraci¨®n que ya han agotado el periodo de cobro de prestaciones por desempleo.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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