Victoria p¨ªrrica de los piratas
Si el BCE recurre o cambia sus estatutos podr¨¢ vencer a los manipuladores
Entre otras, el Banco Central Europeo (BCE) tiene encomendada la tarea de "promover el buen funcionamiento del sistema de pagos" (art. 3.1 de sus estatutos, incluidos en un Protocolo del Tratado). Y en consecuencia, "podr¨¢" la instituci¨®n "dictar reglamentos destinados a garantizar unos sistemas de compensaci¨®n y liquidaci¨®n eficientes y solventes" (art. 22).
Lo segundo deriva de lo primero porque la compensaci¨®n no es m¨¢s que un sistema de liquidar las deudas entre los bancos comerciales, a trav¨¦s de los dep¨®sitos que mantienen en el sistema de bancos centrales. Por eso, garantizar que el sistema de pagos funcione requiere controlar la compensaci¨®n. Como argumenta Fr¨¢ncfort, una manipulaci¨®n de los pagos compensados realizada desde fuera de la eurozona le impedir¨ªa actuar, pues su ¨¢mbito de competencias se limita a esta.
Ya se sabe lo que ocurre en la City, tantas veces castigada por manipular no solo operaciones concretas, sino incluso los baremos sobre las que se realizan, como los tipos de cambio del l¨ªbor y el eur¨ªbor.
El riesgo de manipulaci¨®n es enorme. Las centrales de contrapartida externas a la eurozona exhiben una exposici¨®n diaria superior a 5.000 millones de euros ?diarios! Y a fe que el pirata act¨²a como pirata cuando dispone de patente de corso. Lo hizo la principal de estas c¨¢maras, pose¨ªda por la Bolsa de Londres, LCH.Clearnet, en un momento ¨¢lgido de la crisis de la deuda perif¨¦rica. Espa?oles, portugueses, italianos e irlandeses tienen buenos motivos para recordar su infausto nombre.
En esas c¨¢maras de compensaci¨®n o contrapartida, una entidad presta dinero a otra a cambio de un aval, garant¨ªa, prenda o colateral, por ejemplo, bonos del Tesoro espa?ol. LCH.Clearnet (u otra) garantiza cobros y pagos, y endurece y relaja a su placer las condiciones. Si las agrava, exige m¨¢s bonos a cambio del mismo dinero, deprecia la deuda espa?ola y la hunde. LCH Clearnet hizo de Drake.
La City, representada por el Gobierno brit¨¢nico, le ha ganado una primera manga judicial al BCE (apoyado por Espa?a y Francia). El Tribunal General ha dictaminado que el banco central no puede exigir que las c¨¢maras de compensaci¨®n est¨¦n domiciliadas en el per¨ªmetro de la eurozona. El ministro George Osborne lo ha celebrado como una "gran victoria"
No lo es. Es un logro p¨ªrrico, por Pirro, rey del Epiro, que ganaba batallas a costes desmesurados, y pues, perd¨ªa en t¨¦rminos coste-beneficio. Se trata de una victoria p¨ªrrica, porque es reversible. Porque la sentencia (asunto T-496/11) del Tribunal General (as¨ª se llama ahora al de Primera Instancia) es recurrible ante la instancia superior, el Tribunal de Justicia de la UE.
Y porque adem¨¢s, la sala cuarta simpatiza con el que condena, al aconsejarle que subsane su insuficiencia jur¨ªdica precisando mejor su competencia mediante la reforma del art¨ªculo 22 de sus estatutos. Una reforma del Tratado que sin embargo no exige unanimidad, sino "procedimiento legislativo ordinario". O sea, puede aprobarla la mayor¨ªa interesada (la eurozona en peso lo est¨¢), minorizando al Reino Unido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.