Banco de Madrid, querencia de catalanes
La entidad, que vehicul¨® el dinero negro de Pujol, fue fundada por Jaume Castell
Es lo que tiene el dinero negro, que te junta con otros que tambi¨¦n ocultan dinero negro. Aunque el suyo sea negr¨ªsimo, y el tuyo, solo negrito.
Es lo que le pasa a la ¨ªnclita familia Pujol. Ve, de repente, c¨®mo el Banco de Madrid/Grupo Banca Privada d'Andorra que le vehiculaba los trapos sucios, lo hac¨ªa tambi¨¦n con otras familias muy familiares, chinas, venezolanas, rusas, de ag¨¢rrate. Y ahora est¨¢ intervenido.
Y ahora quiz¨¢ no pueda beneficiarse de la adorable juez de Andorra que proteg¨ªa sus manejos con el secreto bancario declinante del ex-para¨ªso-infierno fiscal al que los Pujol ¡ªy tantos menestrales ricachos de su cuerda¡ª les llevaban su dinero sucio.
Esta querencia de algunas ¨¦lites catalanas por el Banco de Madrid no es, sin embargo, reciente. Como que quien lo fund¨® en los primeros cincuenta fue el sofisticado pr¨®cer de Manlleu Jaume Castell Lastortras, industrial textil, editor del Tele-Expr¨¦s, autor teatral hasta en franc¨¦s (Nuestro marido, Une femme aim¨¦e). Castell no fue solo. Le apoyaron sus compadres de la ¡°brigada del amanecer¡±.
Era una brigada falangista de hora pronta no por disparar al alba, sino por alargar sus juergas. Brigada de vencedores, prueba cabal de que Catalu?a no perdi¨® en bloque la guerra, contra lo que propala el nacionalismo perif¨¦rico: algunos catalanes la ganaron.
Eran los Juan Antonio Samaranch, los Paco Godia (financiero, corredor de coches, coleccionista de arte), los Federico Gallo (el periodista), los Mariano Calvi?o. El jefe, este Calvi?o, de familia militar manresana, merece menci¨®n propia: entra en Barcelona en 1939 como jefe provincial de FET y de las JONS, (y su financiador: Jos¨¦ Fontana, Los catalanes en la guerra de Espa?a, Acervo, 1951), voluntario en la Divisi¨®n Azul, virrey de Banesto en Catalu?a durante decenios. Era de los pocos que cruzaban la verja de El Pardo sin anuncio ni permiso previo.
Castell, un lince, vio en 1953 en la peque?a Banca Su?er, de Ripoll, la oportunidad de pasar de la industria a la finanza, de la finanza local a la global. La compr¨® por 7,5 millones de pesetas.
Con apoyos, claro. Y no solo de Calvi?o. Castell hab¨ªa intimado con el marqu¨¦s de Villaverde, un pelanas que no ten¨ªa con qu¨¦ cortejar a Carmen, la hija del Caudillo. Le dej¨® el dinero. Y se lo cobr¨® tiempo despu¨¦s en especies obteniendo el pl¨¢cet del Pardo a la licencia bancaria. Dijo, cruel, Franco al yerno:
¡ªQue lo compren tus amigos catalanes. Con una condici¨®n, se llamar¨¢ Banco de Madrid.
As¨ª fue. Otro peaje fue el acceso al consejo del consuegro del dictador, Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªnez Ortega, conde de Argillo, y de su hijo el bar¨®n de Gotor, gente arruinadita (Francesc Cabana, 37 anys de franquisme a Catalunya, P¨°rtic, 2000; Boix&Espada, Vida y milagro de Juan Antonio Samaranch, Temas de Hoy, 1991).
Castell perdi¨® el banco por la concentraci¨®n de riesgo en el grupo matriz, como los otros catalanes de la ¨¦poca: Condal, del porciolismo; Atl¨¢ntico, del Opus; Catalana, de Pujol. Se vendi¨® al todopoderoso Banesto de 1960; luego al Deutsche en 1993; a la Kutxa, en 2001; a Banca Privada d¡¯Andorra (ex Cassany) en 2010/11... Casi siempre como entidad de banca privada/gestora de patrimonios. Primero, del falangismo juerguista. Al final, de los antifranquistas/nacionalistas. Vivir para ver.
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