El petr¨®leo barato desata una revoluci¨®n energ¨¦tica
La ca¨ªda del crudo obliga a replantear los equilibrios geoestrat¨¦gicos mundiales y abre la puerta a reducir la dependencia de los combustibles f¨®siles.
A Espa?a le ha tocado el gordo en la loter¨ªa del petr¨®leo: unos 15.000 millones de euros, el equivalente al 1,5% del PIB, que el pa¨ªs se ahorrar¨¢ al a?o si el precio del crudo se mantiene en los actuales par¨¢metros. En el pa¨ªs de la ruina estructural energ¨¦tica, este es un raro golpe de fortuna para celebrar por partida doble; la ca¨ªda del barril de brent ¡ªde referencia en Europa¡ª arrastra al gas. ¡°Supondr¨¢ un gran alivio para nuestra desequilibrada balanza comercial que debe buena parte de su d¨¦ficit exterior a los m¨¢s de 40.000 millones de euros anuales, el 4% del PIB, que nos gastamos en la importaci¨®n de combustible¡±, se felicita Juan Luis L¨®pez Cardenete, profesor de la IESE Business School y ex director general de Uni¨®n Fenosa. Un petr¨®leo barato dar¨¢ un respiro a las rentas familiares y a las cuentas de resultados empresariales. Tambi¨¦n contribuir¨¢ al aumento de la recaudaci¨®n del IVA y del impuesto de sociedades. ?Cu¨¢nto nos durar¨¢ la racha?
Ahora que el Gobierno considera la reindustrializaci¨®n objetivo prioritario, ?no deber¨ªamos aprovechar para sumarnos a la revoluci¨®n tecnol¨®gica e industrial generada en torno a la energ¨ªa e implicarnos en la denominada transici¨®n energ¨¦tica: la progresiva sustituci¨®n de los combustibles f¨®siles por las energ¨ªas renovables? Porque si hay un pa¨ªs dependiente de la importaci¨®n de los combustibles f¨®siles, ese es Espa?a. Nuestro grado de dependencia exterior en petr¨®leo, gas y carb¨®n es del 70,5%, frente al 53,2% de media de la UE y del 25% de EE?UU. ¡°Asistimos a una catarsis energ¨¦tica y a movimientos geoestrat¨¦gicos en torno al petr¨®leo que no proceden del mercado, sino de intereses ocultos. Nada ser¨¢ igual a lo que fue¡±, apunta Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Mar¨ªn, fundador del Club Espa?ol de la Energ¨ªa.
La factura energ¨¦tica retomar¨¢ forzosamente su escalada ¡ªun a?o es el plazo por el que apuestan algunos entendidos¡ª, por mucho que la aplicaci¨®n de las discutidas t¨¦cnicas de fractura hidr¨¢ulica del subsuelo, el fracking ¡ªno competitivas, temporalmente, tras el desplome de precios¡ª, posibilite la extracci¨®n masiva de hidrocarburos y aleje en el tiempo el catastr¨®fico escenario te¨®rico del crash energ¨¦tico global. Gracias a la ¡°silenciosa revoluci¨®n energ¨¦tica¡± que emprendieron a?os atr¨¢s, Estados Unidos y Canad¨¢ han obtenido una notable ventaja competitiva sobre los pa¨ªses europeos. El objetivo primero sigue siendo asegurarse el suministro energ¨¦tico para las pr¨®ximas d¨¦cadas, aun a riesgo de contaminar acu¨ªferos y de desencadenar la sismicidad inducida. Pero eso no significa que las primeras potencias renuncien a desarrollar las energ¨ªas renovables. No lo hace China, el monstruo contaminante que puede arrastrar a la humanidad al desastre medioambiental, y tampoco EE?UU, el otro gran contaminador que roza la autosuficiencia en hidrocarburos.
?Qu¨¦ pasa en Espa?a, la otrora campeona mundial de las renovables que hace seis a?os atra¨ªa inversiones de medio mundo al calor de las primas establecidas por el Ejecutivo anterior? La transici¨®n energ¨¦tica encuentra a nuestro pa¨ªs con el paso cambiado, las arcas p¨²blicas vac¨ªas y el Gobierno ocupado en deshacer entuertos heredados. Las demandas de los inversores que se sienten perjudicados por los recortes aplicados a la retribuci¨®n de las renovables forman ya una avalancha, mientras las industrias de alto consumo energ¨¦tico denuncian que la elevada tarifa el¨¦ctrica espa?ola les hace poco competitivas. La amenaza, luego levantada, de la multinacional del aluminio Alcoa de cerrar sus plantas de Avil¨¦s y A Coru?a por ¡°la imposibilidad de acceder a una energ¨ªa a precios competitivos¡± es sintom¨¢tica. ¡°Espa?a tiene una de las tarifas el¨¦ctricas m¨¢s caras de Europa y eso sin tener en cuenta el enorme d¨¦ficit tarifario¡±, destaca Natalia Fabra, profesora de Econom¨ªa en la Universidad Carlos III.
El Gobierno da por cumplido el objetivo de congelar la escalada de precios de la electricidad, que entre 2002 y 2012 tuvo un incremento del 5,9% anual. Seg¨²n el ministro de Industria y Energ¨ªa, Jos¨¦ Manuel Soria, la nueva regulaci¨®n del sector el¨¦ctrico ha conseguido que el d¨¦ficit tarifario correspondiente a 2013 haya quedado reducido a 3.500 millones de euros ¡ªfrente a los 10.500 previstos¡ª. Tambi¨¦n, dejar en cero el de 2014. Es un alivio, desde luego, que el monstruo de los 25.000 millones de d¨¦ficit neto acumulado haya dejado de crecer. Vista con perspectiva, la gesti¨®n pol¨ªtica de las primas a las renovables se revela como un desastre may¨²sculo que obligar¨ªa a preguntarse por las causas y responsabilidades. ¡°Al contrario que en la solar, en la e¨®lica se acert¨® bastante, se aprovech¨® el conocimiento de la danesa Vestas para desarrollar una tecnolog¨ªa y unas industrias propias mod¨¦licas. Las primas fueron generosas, pero la cosa funcion¨®. Hoy la producci¨®n e¨®lica es superior a la fotovoltaica y, sin embargo, se pagan m¨¢s primas por las fotovoltaicas que por las e¨®licas¡±, se?ala Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez Arriaga, profesor de Regulaci¨®n Energ¨¦tica en el MIT (Massachusetts Institute of Technology).
El grado de dependencia exterior en petr¨®leo, gas y carb¨®n es del 70%, frente al 53% de la media de la UE y el 25% de EE?UU
¡°M¨¢s que en las primas, efectivamente muy generosas, el problema con las renovables es que no hubo disciplina y se permiti¨® la producci¨®n de mucha m¨¢s potencia de la que estaba prevista y era necesaria para cubrir la curva de aprendizaje¡±, explica el director del Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas, Medioambientales y Tecnol¨®gicas (CIEMAT), Cayetano L¨®pez Mart¨ªnez. ¡°Lo que deb¨ªa ser un incentivo para la experimentaci¨®n y desarrollo de las nuevas energ¨ªas pas¨® a convertirse¡±, subraya, ¡°en un producto de inversi¨®n m¨¢s y una operaci¨®n ruinosa para el erario p¨²blico¡±. Vistas las demandas que presentan ahora contra Espa?a los propios consorcios energ¨¦ticos internacionales que tambi¨¦n invirtieron en nuestras renovables, no puede decirse que hayan agradecido el esfuerzo de financiar con cargo a los consumidores pasados y futuros la ¡°curva de aprendizaje¡±. ¡°La cuesti¨®n no est¨¢ en llegar el primero a clase, sino en sacar la mejor nota. Nos precipitamos: lo que deb¨ªa haberse hecho en quince a?os se hizo en dos¡±, alecciona Mariano Marzo, catedr¨¢tico de Recursos Energ¨¦ticos de la Universidad de Barcelona. Al igual que otros expertos, tambi¨¦n ¨¦l cree que este es el momento propicio para promover las renovables ¡ªproducir un vatio fotovoltaico cuesta siete veces menos que antes¡ª, aunque especifica: ¡°Sin subvenciones ni ayudas y solo las que ya son competitivas y maduras: la e¨®lica, la solar fotovoltaica¡¡±.
Pero el Gobierno parece volcar todos sus esfuerzos en tratar de sacar los pies del charco legal y soslayar aquellos compromisos de primas firmados para 20-25 a?os que pesan como una losa sobre el erario p¨²blico. La pregunta es si lo conseguir¨¢ y el problema es la inseguridad jur¨ªdica y la merma de la reputaci¨®n que implican los bruscos cambios de criterios de la Administraci¨®n espa?ola. ¡°En esta materia, hay pocos pa¨ªses con tan alto grado de inseguridad jur¨ªdica; de ah¨ª que las inversiones en e¨®lica y solar est¨¦n paralizadas. Si no hubiera esa incertidumbre, estoy seguro de que esas dos renovables habr¨ªan despegado porque cada vez ser¨¢n m¨¢s fundamentales. Y como no tenemos un plan estrat¨¦gico como pa¨ªs, una visi¨®n a largo plazo, no podemos aplicar una pol¨ªtica de transici¨®n energ¨¦tica. Menos mal que estamos en la UE y al menos Bruselas nos va marcando un camino¡±, apunta Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez Arriaga.
Nadie, entre los expertos, critica el empe?o en impedir que la espiral del d¨¦ficit tarifario siga creciendo, pero s¨ª la paralizaci¨®n y abandono de todo lo renovable. A decir de estos entendidos, la ¨²nica energ¨ªa que no necesitamos importar ha pasado a convertirse en tab¨². Hay un coro de voces con experiencia y conocimiento que sostiene que, fieles a nuestra peor tradici¨®n, nos hemos ido de un extremo a otro, sin considerar que hay industrias de ¨¦xito y con futuro. En las discusiones del Plan de Energ¨ªa Estrat¨¦gica para Europa (SEP Plan) en las que se fijan las prioridades de desarrollo tecnol¨®gico industrial, algunos representantes espa?oles han mostrado desinter¨¦s en los proyectos asociados a las renovables. Y eso que, como apunta Cayetano L¨®pez, ha empezado a crearse un potente sector industrial. ¡°La mayor¨ªa de las empresas de fabricaci¨®n de paneles fotovoltaicos han ca¨ªdo en manos chinas, pero en la solar de concentraci¨®n somos los mejores del mundo, y en el campo e¨®lico, Gamesa, Acciona o Iberdrola son empresas muy potentes¡±, indica.
¡°Los centros tecnol¨®gicos y las industrias energ¨¦ticas tienen que ir de la mano¡±, dice un experto
Es un lugar com¨²n entre los especialistas que en Espa?a no ha habido, ni hay, una pol¨ªtica energ¨¦tica que merezca tal nombre. He aqu¨ª un somero muestrario de opiniones: ¡°Somos uno de los pocos pa¨ªses de la OCDE que no tiene una prospecci¨®n a 2040, nos limitamos a ir a remolque de la estrategia europea del 20/20/20/ (20% de reducci¨®n de los gases de efecto invernadero; aumento hasta el 20% del peso de las renovables en la energ¨ªa total; mejora en un 20% de la eficiencia energ¨¦tica) establecida para el a?o 2020 y que dif¨ªcilmente vamos a cumplir¡± (¡) ¡°Lo alucinante es que la pol¨ªtica energ¨¦tica no est¨¢ dise?ada para la reducci¨®n del coste de la factura de abastecimiento, de la dependencia y de las emisiones¡± (¡) ¡°Nadie sabe qu¨¦ mix energ¨¦tico (combinaci¨®n de energ¨ªas) pretende nuestro pa¨ªs¡± (¡) ¡°Pol¨ªtica energ¨¦tica es pensar en el transporte de mercanc¨ªas y en las viviendas, y resulta que en los ¨²ltimos tiempos hemos construido cinco millones de viviendas sin el adecuado aislamiento t¨¦rmico¡± (¡) ¡°El transporte se lleva el 31% del consumo energ¨¦tico y el 70% del combustible se quema en la ciudad. ?Qu¨¦ pasa con la peatonalizaci¨®n, la bici, el coche el¨¦ctrico? En Alemania, el ferrocarril se usa tres veces m¨¢s que en Espa?a¡± (¡) ¡°Hay que disminuir la dependencia del petr¨®leo, ir a la electrificaci¨®n de ferrocarriles, trenes y autobuses y decidir qu¨¦ hacer con las nucleares porque, si vamos a seguir contando con ellas, habr¨ªa que invertir ya en su renovaci¨®n. No vaya a ocurrirnos como a Alemania, que ha cerrado sus nucleares y tiene que volver al carb¨®n, con toda su carga contaminante¡±.
Plantear un pacto de Estado sobre la energ¨ªa sigue siendo un brindis al sol, pese a que la catarsis que est¨¢ teniendo lugar dejar¨¢ poco margen de decisi¨®n sobre cuestiones como las prospecciones marinas de yacimientos de petr¨®leo y gas y la aplicaci¨®n del fracking que enfrentan hoy a los dos grandes partidos pol¨ªticos. En el libro blanco sobre pol¨ªtica energ¨¦tica que elabor¨® por encargo gubernamental, en 2005, Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez Arriaga pon¨ªa el ¨¦nfasis en la necesidad de que la pol¨ªtica energ¨¦tica fuera consensuada. ¡°Las inversiones en energ¨ªa son costosas y para muchos a?os. No puede ser que un Gobierno apueste por lo nuclear o se comprometa a pagar por las renovables y el siguiente no. Les recomend¨¦ que la pol¨ªtica energ¨¦tica estuviera en manos de expertos y no de simpatizantes o militantes del partido en el poder de turno, pero no me hicieron caso. Los Gobiernos de distinto signo no han hecho nada para evitar que el d¨¦ficit tarifario crezca y crezca. Optaron por echarse las culpas unos a otros y solo han reaccionado cuando se han visto en la boca del lobo¡±, afirma.
Por coyuntural que resulte, el desplome del precio del barril de brent acarrear¨¢, previsiblemente, un aumento del consumo de los hidrocarburos, y cabe preguntarse si el Gobierno no deber¨ªa aumentar los impuestos sobre la gasolina para reducir el incremento del consumo e invertir ese dinero en la transici¨®n energ¨¦tica. Natalia Fabra cree que s¨ª. ¡°Los precios del petr¨®leo son vol¨¢tiles e imprevisibles. Hay que liberar a la tarifa el¨¦ctrica de las excesivas retribuciones a las nucleares y las hidroel¨¦ctricas, aumentar el peso de las renovables en el mix energ¨¦tico, buscar la eficiencia y dotarse de una estrategia como la que tienen Alemania, Francia, Reino Unido¡¡±. A eso, el catedr¨¢tico Mariano Marzo le a?ade un punto de pedagog¨ªa general. ¡°La gente tiene que entender que la energ¨ªa no es solo una cuesti¨®n de dinero, ni una mercanc¨ªa m¨¢s; tiene que comprender que es un bien escaso y de importancia capital, que es poder y la base misma de la sociedad del bienestar¡±, enfatiza. Dice que volveremos a los tiempos del ¡°ni?o, apaga la luz¡± y que tener coche o segunda residencia ser¨¢ un lujo.
¡°O Espa?a elabora su propia pol¨ªtica o se la impondr¨¢n desde fuera¡±, asegura Emiliano L¨®pez Atxurra, presidente de la c¨¢tedra de energ¨ªa del Instituto Vasco de Competitividad. ¡°Pol¨ªtica energ¨¦tica¡±, subraya, ¡°es integrarse en el proyecto del eje franco-alem¨¢n que busca el renacimiento tecnol¨®gico e industrial europeo sobre la base de la innovaci¨®n y la eficiencia energ¨¦tica. Hay que considerar a la energ¨ªa como motor industrial y tecnol¨®gico. Si Europa no quiere perder el paso, deber¨¢ refundarse sobre una pol¨ªtica energ¨¦tica y hacer que sus empresas de bienes el¨¦ctricos vayan a procesos de integraci¨®n y adquieran m¨²sculo¡±. L¨®pez Atxurra piensa que el foco de lo imprescindible se desplaza a lo tecnol¨®gico industrial, como lo demostrar¨ªa la sustituci¨®n de directivos financieros por industriales en las c¨²pulas de los grandes consorcios energ¨¦ticos. ¡°Los centros tecnol¨®gicos y las industrias energ¨¦ticas tienen que ir de la mano¡±, sostiene.
La otra buena noticia es que Europa va a apoyar los esfuerzos espa?oles para dejar de ser una isla energ¨¦tica y reforzar sus interconexiones de electricidad y gas con el continente. Eso le permitir¨¢ comercializar sus excedentes de producci¨®n el¨¦ctrica y aprovechar sus poderosas instalaciones de ciclos combinados de gas. Precisamente, en febrero pasado se inaugur¨® una nueva conexi¨®n el¨¦ctrica con Francia, que estar¨¢ en periodo de pruebas hasta junio. Esta permitir¨¢ duplicar la capacidad de intercambio entre ambos pa¨ªses, de 1.400 a 2.800 megavatios (MW), o, lo que es lo mismo, del 3% actual de la demanda al 6%.
Con sus fortalezas y miserias, Espa?a no puede desconectarse del proceso de transici¨®n energ¨¦tica que cambiar¨¢ nuestras vidas.
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