Robots al rescate de las f¨¢bricas
Las nuevas tecnolog¨ªas se extienden en la carrera por la producci¨®n de autom¨®viles
La irrupci¨®n de la todopoderosa Apple en el mundo del autom¨®vil, con sus planes para lanzar uno el¨¦ctrico, es probablemente una de las mejores im¨¢genes para ilustrar dos peque?as certezas que planean en el viejo negocio de fabricar coches: que este puede seguir siendo un yacimiento en las econom¨ªas desarrolladas ¡ªcapaz de atraer al gigante de Cupertino¡ª y que el modo de crear los modelos estar¨¢ cada vez m¨¢s unido a las nuevas tecnolog¨ªas. Y que dentro de unos a?os no habr¨¢ tanta diferencia entre concebir un iPhone o una motocicleta.
Hoy a¨²n la hay, pero conceptos como la inteligencia artificial, impresoras 3D o las aplicaciones se hacen un hueco cada vez mayor en las factor¨ªas. Coches el¨¦ctricos, h¨ªbridos, coches que se aparcan solos e incluso autodirigidos¡ Hay serias dudas sobre cu¨¢nto de esto se consolidar¨¢, de si responden a necesidades reales de la gente, pero, como dijo Henry Ford ¡ªo as¨ª se le atribuye¡ª ¡°si le hubiera preguntado a la gente qu¨¦ quer¨ªa, me hubiesen contestado que un caballo m¨¢s r¨¢pido¡±.
M¨¢s de la mitad de las innovaciones que logran los coches tiene que ver con el software y la electr¨®nica, pero, adem¨¢s, las nuevas tecnolog¨ªas y el ahorro de costes que pueden llegar a generar en el proceso de producci¨®n parecen hoy por hoy el ¨²ltimo recurso para que potencias como Estados Unidos o Europa puedan competir con los pa¨ªses asi¨¢ticos como plazas fabriles.
China es el primer fabricante de autom¨®viles del mundo y EE?UU, que un d¨ªa domin¨® el sector, le sigue detr¨¢s pero con menos de la mitad de unidades, seg¨²n los datos de 2014. Aun as¨ª, la ciudad del motor por excelencia, Detroit, rezuma optimismo. ¡°Tanto si est¨¢s construyendo un avi¨®n, un autom¨®vil o un iPhone?6, el ritmo de la demanda es incre¨ªble y las compa?¨ªas manufactureras est¨¢n logrando grandes avances en productividad tanto con el hardware como con el software¡±, se?ala John Billings, responsable de automoci¨®n de Siemens, en el marco del Simposio Manufacturing in America, el pasado marzo, que tuvo lugar en la capital de Michigan.
La multinacional alemana, que invit¨® a EL PA?S entre otros medios al simposio, ha tomado como bandera lo que le gusta llamar ¡°la cuarta revoluci¨®n industrial¡± o ¡°la f¨¢brica 4.0¡±. Desde 2007, la compa?¨ªa alemana ha invertido de 4.000 millones de d¨®lares en adquisiciones en el ¨¢mbito de la f¨¢brica digital. ¡°La premisa de la f¨¢brica del futuro, lo que muchos llaman las f¨¢bricas digitales, es la fusi¨®n de la automoci¨®n con el software de dise?o, el resultado es la uni¨®n del mundo f¨ªsico y el virtual¡±, a?ade Billings.
La cuesti¨®n es si esto servir¨¢ para dar suficiente trabajo a las personas que creen en ese ¡°renacimiento industrial¡± que tanto se invoca tambi¨¦n en Europa. El instituto de investigaci¨®n Pew Research pregunt¨® en 2014 a 1.896 expertos si cre¨ªan que la rob¨®tica, la inteligencia artificial o las aplicaciones desterrar¨ªan m¨¢s empleos de los que han creado en un plazo de hasta 2025 y casi la mitad (48%) consideraba que los robots y los agentes digitales apear¨ªan m¨¢s profesionales (operarios y de alta formaci¨®n) de los que emplear¨ªan.
En el mismo simposio de Detroit, Brian Beaulieu, experto de la firma de an¨¢lisis ITR, explic¨® en el mismo sentido y con crudeza los efectos que, a menos en el corto plazo, tienen algunos avances en las f¨¢bricas. ¡°Para producir el mismo n¨²mero de coches ya no hacen falta tantos trabajadores¡±, algo que, a su juicio, resulta imprescindible para que pa¨ªses con niveles de vida m¨¢s altos que Asia puedan seguir en la carrera de la automoci¨®n. ¡°Soy un economista¡ ya saben que eso significa que no tengo sentimientos, pero estos son los n¨²meros, y los costes laborales est¨¢n empezando a crecer¡±, dijo socarr¨®n ante un amplio auditorio.
No obstante, a su juicio, el futuro de las f¨¢bricas no depende de qui¨¦n tiene los menores costes, sino de qui¨¦n sabe utilizar mejor el capital, de qui¨¦n le saca m¨¢s provecho.
Hay pastel para repartir: el a?o pasado en todo el mundo el sector del autom¨®vil creci¨® en dos millones de unidades, hasta casi los 90 millones de veh¨ªculos. En EE?UU se vendieron 16,4 millones, la cifra m¨¢s alta de los ¨²ltimos nueve ejercicios. Y compa?¨ªas como BMW, Volkswagen o General Motors han llevado a cabo importantes inversiones en sus factor¨ªas en los ¨²ltimos a?os, el motor es uno de los sectores m¨¢s creyentes de esta revoluci¨®n de la industria digital.
Paslin, una empresa que naci¨® hace casi 80 a?os en Warren, una localidad de Michigan cercana a Detroit, asegura que est¨¢ viviendo una etapa dorada. Por el suelo de la factor¨ªa dan vueltas diferentes muestras de los robots que fabrican. La compa?¨ªa dise?a y produce sistemas de soldadura y estampaciones y otra maquinaria autom¨¢tica para firmas como GM, Ford o Tesla. Carl Battista, poco despu¨¦s de mostrar orgulloso las instalaciones de la compa?¨ªa, explica que la firma piensa reforzar su personal este a?o con aproximadamente un centenar de empleados de alta cualificaci¨®n: ¡°Si tuvi¨¦ramos disponibles ahora 200 ingenieros, les podr¨ªamos dar trabajo ahora mismo en todo el pa¨ªs¡±, se?ala.
Para Paslin, la robotizaci¨®n llegar¨¢ a cada vez a m¨¢s fases de producci¨®n de los autom¨®viles, estos robots ser¨¢n m¨¢s f¨¢ciles de mover y ya no se dedicar¨¢n solo al trabajo m¨¢s mec¨¢nico de la fabricaci¨®n, sino que ser¨¢n una suerte de ¡°asistentes¡± para los t¨¦cnicos y sus tareas ser¨¢n flexibles y adaptables.
Est¨¢ en la l¨ªnea de lo que sostiene Raj Batra, el presidente de la divisi¨®n de F¨¢brica Digital de Siemens en EE UU, quien destaca como avance que los sistemas que desarrollan ¡°cubran todo el sistema de producci¨®n¡±, desde el dise?o hasta su ¨²ltima aplicaci¨®n. Esos ser¨¢n los caballos del futuro de los que hablaba Henry Ford.?
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