El ajuste del sector p¨²blico, una obra inacabada
A pesar del crecimiento, ni siquiera se ha cumplido el objetivo del Programa de Estabilidad
La informaci¨®n m¨¢s interesante conocida en las ¨²ltimas semanas ha sido las cuentas de los sectores institucionales del cuarto trimestre del pasado a?o, que permiten tener una visi¨®n completa del mismo. Dedicaremos hoy el comentario a las cuentas de las administraciones p¨²blicas.
Como es conocido, la crisis pill¨® al sector p¨²blico espa?ol en una situaci¨®n (afortunadamente) saneada. Entre 2005 y 2007 el saldo de las cuentas registr¨® super¨¢vits del orden del 2% del PIB y la deuda bruta en ese ¨²ltimo a?o fue del 35,5% del PIB, una de las m¨¢s bajas de la zona euro. Puede decirse que ello era debido a los cuantiosos ingresos que proporcionaba el fuerte crecimiento econ¨®mico de aquellos a?os, pero ello es verdad s¨®lo en parte, ya que el saldo estructural, que se obtiene corrigiendo los ingresos y gastos del efecto del ciclo, tambi¨¦n registraba ligeros super¨¢vits, seg¨²n las ¨²ltimas estimaciones de la Comisi¨®n Europea (gr¨¢fico inferior derecho).
A pesar de esta situaci¨®n, la crisis golpe¨® tan duramente al sector p¨²blico que en s¨®lo dos a?os el super¨¢vit se convirti¨® en un d¨¦ficit del 11% del PIB. Los ingresos se hundieron, pasando del 40,9% del PIB en 2007 al 34,8% en 2009 (algo que no ocurri¨® con tal intensidad en ning¨²n pa¨ªs de la UE). Mientras, los gastos ascendieron casi siete puntos porcentuales del PIB, hasta el 45,8%, debido a la ca¨ªda del PIB, a la inercia creciente de la mayor¨ªa de los mismos (educaci¨®n, sanidad, pensiones) y, en menor grado y s¨®lo de forma pasajera, a las pol¨ªticas contrac¨ªclicas puestas en marcha para paliar la fuerte ca¨ªda de la demanda privada. Al estallar la crisis fiscal griega y contagiar a los pa¨ªses de la zona euro m¨¢s vulnerables, entre ellos Espa?a, tal d¨¦ficit era insostenible, ya que era muy dif¨ªcil (si no imposible) financiarlo. Ello provoc¨® el giro de 180 grados de la pol¨ªtica fiscal a partir de 2010, al igual que en el resto de pa¨ªses de la zona euro, fij¨¢ndose una hoja de ruta de reducci¨®n del d¨¦ficit en la que todav¨ªa estamos inmersos. Para ello no ha habido m¨¢s remedio que aumentar los impuestos y reducir o contener los gastos. Ello, como la quimioterapia en el organismo humano, ha tenido efectos secundarios sobre el crecimiento de la econom¨ªa, pero se trata de salvar la vida del enfermo.
?C¨®mo va el proceso de ajuste de las cuentas p¨²blicas? Si excluimos las p¨¦rdidas por ayudas a instituciones financieras, en los dos ¨²ltimos a?os de la anterior legislatura el d¨¦ficit se redujo en 2,1 puntos porcentuales del PIB y en el primero de la actual, en 2,3 puntos, hasta el 6,6%. En total, 4,4 puntos en tres a?os. No parece mucho, aunque en realidad el esfuerzo fue mayor, ya que se hizo durante la recesi¨®n de la econom¨ªa. Si corregimos el efecto del ciclo, la reducci¨®n en t¨¦rminos estructurales en estos a?os fue de 6,4 puntos. A partir de 2013, y a la vista de la fuerte y duradera recesi¨®n, las instituciones europeas permiten a Espa?a aminorar el ritmo del ajuste. En ese a?o, el d¨¦ficit se redujo s¨®lo en tres d¨¦cimas (seis en t¨¦rminos estructurales).
En 2014 la reducci¨®n ha sido de seis d¨¦cimas, hasta el 5,7% del PIB, si bien, el saldo estructural se ha deteriorado dos d¨¦cimas, hasta el 2,4% del PIB. Es m¨¢s, ni siquiera se ha cumplido con el objetivo establecido en el Programa de Estabilidad del 5,5% del PIB, a pesar de que la econom¨ªa ha crecido m¨¢s de lo previsto, que las corporaciones locales han vuelto a tener un super¨¢vit de 5.700 millones en vez del equilibrio previsto y que los intereses pagados por la deuda y las prestaciones por desempleo han sido unos 5.000 millones en cada caso inferiores a lo presupuestado. Las previsiones para 2015 apuntan a un nuevo deterioro del saldo estructural. La facilidad para financiar el d¨¦ficit y refinanciar la deuda y la proximidad de las elecciones parecen haber relajado considerablemente el esfuerzo de ajuste fiscal.
Sin embargo, los n¨²meros son muy tozudos. Un d¨¦ficit del 5,7% del PIB sigue siendo muy elevado, por dos razones. La primera, que mantiene la deuda en una tendencia creciente (este a?o se sobrepasar¨¢ el 100% del PIB), olvidando que nuestras leyes obligan a reducirla al 60% del PIB en 2020. La segunda, que el d¨¦ficit estructural, tambi¨¦n por ley, hay que reducirlo a cero, lo que supone un aumento estructural pendiente de ingresos y/o recortes de gasto de unos 30.000 millones de euros. Lo dicho, una obra inacabada.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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