Lo que de verdad importa
La ca¨ªda del precio del petr¨®leo ha abierto un debate sobre qui¨¦nes son los ganadores y los perdedores del mercado
El abrupto descenso del precio del petr¨®leo en los ¨²ltimos meses ha suscitado un debate sobre qui¨¦nes son los ganadores y los perdedores del mercado energ¨¦tico actual y c¨®mo afectar¨¢ el nuevo escenario a la balanza entre consumo y producci¨®n de muchas econom¨ªas. Los analistas explican, de forma gen¨¦rica, que los importadores netos de petr¨®leo gozar¨¢n de un crecimiento m¨¢s r¨¢pido, una inflaci¨®n contenida y mejor posici¨®n externa. Para los pa¨ªses productores, por el contrario, la p¨¦rdida de ingresos puede forzar ajustes del gasto p¨²blico, un frenazo a su crecimiento y una balanza externa debilitada.
La realidad es mucho m¨¢s difusa de lo que esos an¨¢lisis pudieran hacer creer. Un gran n¨²mero de pa¨ªses productores que se ven perjudicados por la ca¨ªda del precio del petr¨®leo pueden compensar parte de las p¨¦rdidas gracias al impacto positivo de la depreciaci¨®n de sus divisas sobre otros sectores, como puede ser el caso de Brasil. Para otros, la ca¨ªda del precio del petr¨®leo y la devaluaci¨®n de su moneda se ven acompa?adas de un elevado endeudamiento en divisa extranjera, lo que complica seriamente la situaci¨®n financiera del pa¨ªs. Eso sucede con Rusia, duramente golpeada por las sanciones internacionales. Pero no son pocos los pa¨ªses a los que la abundancia de a?os de elevados precios del petr¨®leo les ha permitido posponer reformas y ajustes que hubieran necesitado mucho tiempo atr¨¢s y que ahora se revelan urgentes.
Los pa¨ªses productores, perjudicados por la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, pueden compensar las p¨¦rdidas gracias a la depreciaci¨®n de sus divisas
En un reciente informe, el Fondo Monetario Internacional (FMI) abordaba los beneficios que la reforma energ¨¦tica aprobada en 2013 en M¨¦xico puede propiciar a la econom¨ªa local una vez puesta plenamente en marcha. Dicho informe augura que la producci¨®n del sector manufacturero podr¨ªa aumentar un 3,6% y el PIB hasta un 0,6%, como consecuencia de la disminuci¨®n de los precios de la energ¨ªa. Lo m¨¢s llamativo del informe es la constataci¨®n de un hecho: el coste de la electricidad industrial en M¨¦xico pr¨¢cticamente duplica el de Estados Unidos, dado que la generaci¨®n de electricidad depende mucho m¨¢s de los derivados del petr¨®leo. Eso supone que para que los productos mexicanos resulten competitivos frente a los estadounidenses ¡ªy a nivel global¡ª el resto de los costes de producci¨®n, b¨¢sicamente el coste de la mano de obra, tienen que desplomarse para compensar semejante diferencia. Una pol¨ªtica que agudizar¨¢ las diferencias de renta y desarrollo que ya existen entre ambos pa¨ªses. Seg¨²n los datos del FMI correspondientes a 2014, la renta per c¨¢pita de M¨¦xico ronda los 10.836 d¨®lares frente a los 54.678 d¨®lares en el de EE UU.
En el fondo, es el mismo problema que se le plantea a buena parte de la industria europea, que ha visto c¨®mo algunas de sus empresas m¨¢s intensivas en consumo energ¨¦tico han decidido trasladar parte de su producci¨®n a Estados Unidos, animados por el escenario de menores costes energ¨¦ticos. Empresas como las alemanas Siemens y BASF y la austriaca Voestalpine, entre otras, han abierto plantas en diferentes zonas de EE UU a lo largo de los ¨²ltimos meses. Europa ha dicho no a la extracci¨®n de gas y petr¨®leo de esquisto y esa decisi¨®n, absolutamente leg¨ªtima, acarrea importantes consecuencias para sus empresas y que sus responsables deben abordar con la implementaci¨®n de otro tipo de pol¨ªticas, como la mejora de la eficiencia y el desarrollo de tecnolog¨ªa dirigida al ahorro energ¨¦tico.
Los bajos precios del petr¨®leo parecen haber llegado para quedarse una larga temporada, para lo bueno y para lo malo. En t¨¦rminos de competitividad, los costes energ¨¦ticos suponen en estos momentos lo que los costes laborales representaron hace unas d¨¦cadas para la econom¨ªa global, al calor de la irrupci¨®n de China en la escala productiva. Cada pa¨ªs debe encontrar su v¨ªa para hacer frente a ese nuevo escenario. Sin duda, la reducci¨®n de los costes salariales para compensar la diferencia, como en el caso de M¨¦xico, tiene claros l¨ªmites. El propio FMI acaba de publicar otro trabajo que alerta sobre las consecuencias econ¨®micas y sociales de una recuperaci¨®n basada en los bajos salarios. Pero la respuesta no se puede aplazar por m¨¢s tiempo.
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