¡°La fortaleza alemana es la de Europa¡±
"Poco a poco notamos los efectos de las reformas estructurales que fomentan el crecimiento, como en Espa?a", asegura el pol¨ªtico alem¨¢n
Dos fotos en el despacho de J?rg Asmussen (Flensburg, 1966) resumen las dos vidas de este pol¨ªtico socialdem¨®crata. En una aparece con Mario Draghi, con el que trabaj¨® en 2012 y 2013 como miembro del Consejo de Gobierno del BCE. En la otra est¨¢ con su actual jefa y compa?era de partido, la ministra Andrea Nahles. El actual secretario de Estado del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que sorprendi¨® hace dos a?os al abandonar uno de los puestos con m¨¢s poder del mundo financiero, se refugia en su condici¨®n de miembro del Gobierno para no opinar sobre Grecia.
Asmussen despliega un discurso en el que a veces se aleja de los sectores m¨¢s ortodoxos de su pa¨ªs ¡ªen su defensa del BCE¡ª. Cuando tienen que valorar asuntos por los que Alemania acapara cr¨ªticas internacionales ¡ªcomo su enorme super¨¢vit comercial¡ª no se mueve ni un mil¨ªmetro.
Pregunta. Un comit¨¦ de expertos acaba de recomendar al Gobierno que aproveche la buena marcha de la econom¨ªa para invertir m¨¢s y bajar impuestos. ?Tienen margen para hacer esto y mantener el compromiso de no endeudarse?
Respuesta. Un presupuesto equilibrado y m¨¢s inversi¨®n no son excluyentes en la situaci¨®n actual. El Gobierno, que prev¨¦ un crecimiento del 1,8% para este a?o y el pr¨®ximo, ya anunci¨® una inversi¨®n extra de 10.000 millones para el periodo 2016-2018. La ¨²ltima estimaci¨®n arroja unos ingresos presupuestarios superiores a los previstos, que nos permiten reducir el impuesto sobre la renta.
P. Pero el d¨¦ficit inversor de los ¨²ltimos a?os sigue siendo enorme y pone en riesgo la competitividad. ?No ser¨ªa de ayuda para Alemania y para el resto de Europa una mayor inversi¨®n?
R. Necesitamos m¨¢s inversi¨®n, p¨²blica y privada. Las inversiones p¨²blicas tienen una relaci¨®n respecto a la privada de una a diez aproximadamente. Un reciente estudio del Ministerio de Econom¨ªa da nuevas ideas para canalizar ahorro privado con el que financiar infraestructuras p¨²blicas. Es un camino interesante.
P. Instituciones como la Comisi¨®n Europea o el FMI critican el d¨¦ficit por cuenta corriente alem¨¢n. ?Es sostenible a medio plazo?
R. El saldo se debe a la competitividad de las empresas privadas alemanas. Estas producen bienes que son demandados en todo el mundo, sobre todo en los pa¨ªses emergentes. El super¨¢vit con la zona euro se ha reducido, pero ha seguido creciendo respecto al resto del mundo. Junto a las exportaciones, el consumo privado es el gran sost¨¦n de nuestra econom¨ªa.
P. ?Este desequilibrio es sostenible en una uni¨®n monetaria?
R. Las empresas alemanas est¨¢n ancladas en las cadenas globales y europeas de producci¨®n. Si en Alemania producimos algo, tambi¨¦n se benefician de ello los proveedores de, por ejemplo, Polonia, Eslovaquia o Portugal. Esta fortaleza alemana es tambi¨¦n una fortaleza de Europa. Lo hemos visto claramente en la industria del autom¨®vil.
P. Tras a?os de moderaci¨®n, los salarios crecen a buen ritmo. ?Qu¨¦ impacto puede tener?
R. La fuerza motora de nuestro crecimiento es ahora el consumo privado, que durante muchos a?os fue d¨¦bil. Ahora crece con fuerza porque la gente no tiene miedo de perder su empleo y consume m¨¢s. Y beneficia tambi¨¦n a nuestros vecinos, por los bienes de consumo que importamos y por el turismo.
P. Pero la bonanza se debe a motivos coyunturales. ?Ve riesgos a medio plazo?
R. La Comisi¨®n Europea present¨® el martes unas previsiones que, por primera vez en muchos a?os, incluyen crecimiento real positivo para toda la UE. El repunte en toda Europa se debe a los bajos precios del petr¨®leo y a la depreciaci¨®n del euro. Pero tambi¨¦n influye una orientaci¨®n europea: la pol¨ªtica monetaria del BCE y la pol¨ªtica fiscal neutra, ni expansiva ni restrictiva. Y poco a poco notamos los efectos de las reformas estructurales que fomentan el crecimiento, como en Espa?a.
P. La pol¨ªtica del BCE, tan duramente criticada en Alemania, beneficia ahora a su econom¨ªa.
R. Como secretario de Estado no puedo comentar la pol¨ªtica actual del BCE. Pero cuando estaba en su consejo de Gobierno, apoy¨¦ el mandato del BCE para salvaguardar la estabilidad de precios a medio plazo. La BCE hace pol¨ªtica monetaria para toda Europa: desde Portugal a Finlandia y de Irlanda a Chipre. No solo para Alemania. Est¨¢bamos en una situaci¨®n en la que se pod¨ªa fallar en el objetivo de una inflaci¨®n cerca pero por debajo del 2%. Un banco central tiene que reaccionar para mantener su credibilidad. Y eso es exactamente lo que hizo el BCE.
P. ?Le parecen injustas las cr¨ªticas alemanas?
R. No existe un pa¨ªs en el mundo que observe con tanta atenci¨®n a su banco central como Alemania. Es algo que tiene que ver con aspectos como el papel del Bundesbank en la antigua Alemania Occidental y la hiperinflaci¨®n de los a?os veinte del siglo pasado. Tras la Segunda Guerra Mundial, los alemanes solo confiaban en dos instituciones: el Bundesbank y el Tribunal Constitucional. Pero desde hace a?os somos parte de una uni¨®n monetaria para toda la zona euro, no espec¨ªfica para Alemania. El BCE ha actuado en tiempos dif¨ªciles como una instituci¨®n realmente europea.
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