El nuevo orden comercial
Los acuerdos en negociaci¨®n dibujan un escenario de pactos regionales sin China
Los ¨²ltimos datos sobre la evoluci¨®n del comercio internacional constatan la debilidad de la econom¨ªa global desde comienzos de a?o. Por tercer mes consecutivo, los vol¨²menes de mercanc¨ªas que se negociaron en marzo registraron un descenso, lo que sit¨²a la tasa anual de crecimiento en el 2,3%, su nivel m¨¢s bajo desde julio de 2013.
La debilidad del sector exterior es especialmente acusada en las peque?as econom¨ªas asi¨¢ticas, arrastradas por el frenazo en el crecimiento de China. Las ventas al exterior de Estados Unidos repuntaron de forma temporal en marzo, tras el par¨®n que sufrieron los puertos de la costa Oeste, mientras que la debilidad del euro en el ¨²ltimo a?o finalmente se ha dejado sentir en las exportaciones europeas, con un ligero repunte.
En esas circunstancias, no parece que el comercio mundial vaya a recuperar la senda anterior a la crisis, cuando los intercambios comerciales crec¨ªan a un ritmo varios puntos por encima del PIB global. Y eso tiene importantes consecuencias para todas las econom¨ªas. Eso permite explicar el empe?o de la actual Administraci¨®n estadounidense por impulsar su agenda comercial en la recta final del mandato de Barack Obama, aunque el resto de mundo debe preguntarse si ¨¦se es el modelo a seguir.
La TPA es una condici¨®n imprescindible para que EE UU logre cerrar las negociaciones comerciales
Obama ha logrado un importante respaldo del Senado, al conseguir que le concediera la Autoridad para la Promoci¨®n Comercial (TPA, por sus siglas en ingl¨¦s). El presidente a¨²n debe lograr la aprobaci¨®n de la C¨¢mara de Representantes y no ser¨¢ f¨¢cil. Pero la TPA es una condici¨®n imprescindible para que EE UU logre cerrar las negociaciones comerciales que tiene abiertas con otros 11 pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico y el acuerdo de asociaci¨®n con la Uni¨®n Europea, en un estadio mucho menos avanzado de negociaci¨®n.
Nadie quiere arriesgarse a que, despu¨¦s de una ardua negociaci¨®n, el Congreso de EE UU pueda a?adir enmiendas a un acuerdo comercial, que solo podr¨ªa aprobar o rechazar en bloque. El Senado ha otorgado la TPA a Obama por tres a?os, con posibilidad de prorrogar su vigencia otros tres a?os m¨¢s, lo que extender¨ªa el poder negociador al pr¨®ximo presidente estadounidense.
Washington insiste en que esos dos grandes acuerdos en negociaci¨®n van a convertirse en el modelo de pactos comerciales para el siglo XXI, los que marcar¨¢n las normas comerciales para el nuevo siglo, que supondr¨¢n un importante incentivo para el comercio y, con ello, un impulso al crecimiento mundial. Pero se trata de acuerdos que definen un nuevo modelo comercial, con pactos de car¨¢cter regional ¡ªaunque cubran un elevado porcentaje de la poblaci¨®n mundial¡ª; que van dejando de lado un modelo de comercio multilateral como el que representa la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC) y en los que China, la gran potencia econ¨®mica emergida, no tiene cabida. Una pol¨ªtica comercial con ventajas evidentes, ya que de partida el acuerdo parece posible y la agenda, realista pero que tambi¨¦n comporta riesgos que no se pueden ignorar.
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