Cl¨¢usulas suelo, las m¨¢s resistentes
Unos dos millones de hipotecas mantienen condiciones que la justicia est¨¢ declarando abusivas. Los bancos defienden que son legales a priori y estudian caso a caso
A M¨®nica Grillo, de 38 a?os, le agobia la idea de estar pagando hipoteca hasta bien pasados los sesenta. Cada vez que junta unos pocos ahorros, los dedica a ir amortizando la deuda del piso en el que vive con sus dos hijos en un barrio de reciente construcci¨®n en Legan¨¦s (Madrid). Por eso cuenta que sinti¨® mucha rabia cuando escuch¨® hablar de las cl¨¢usulas suelo, esas que establecen un m¨ªnimo a pagar en las letras de la casa por mucho que bajen los tipos de inter¨¦s. Ella las est¨¢ pagando, y por su culpa se le encarece la letra unos 2.000 euros al a?o. Seg¨²n ha le¨ªdo, no tiene por qu¨¦ hacerlo. La justicia est¨¢ declarando casi todas esas cl¨¢usulas nulas por abusivas, porque la mayor¨ªa de la gente no fue informada con claridad de lo que estaba firmando.
A ella, que se hab¨ªa subrogado en la hipoteca contra¨ªda por el promotor, nadie le hab¨ªa hablado de ning¨²n suelo. Y cuando hace unos meses fue a su banco, Caja Espa?a, a reclamar, le hicieron una oferta: ¡°Me dijeron que me la rebajaban del 3,15% al 2,8%, y solo si adem¨¢s contrataba el seguro de la casa con ellos¡±, asegura. ¡°Me est¨¢n choriceando¡±, se queja. Les dijo que no y ha acudido a los tribunales. "Nuestra entidad analiza caso a caso. Cada uno tiene sus circunstancias, somos sensibles a ellas, y actuamos en consecuencia cuando as¨ª procede", se?ala una portavoz de Banco Ceiss (Caja Espa?a- Duero).
Han pasado ya dos a?os desde que el Tribunal Supremo dio un golpe, que parec¨ªa de muerte, a esas cl¨¢usulas suelo. Pero a¨²n aguantan en vigor en unos dos millones de hipotecas, seg¨²n la asociaci¨®n de usuarios ADICAE. Los usuarios, adem¨¢s, siguen desconcertados. No saben d¨®nde ni c¨®mo tienen que reclamar y cuando van al banco a pedir que les retiren esa condici¨®n, lo que suelen encontrar es una contraoferta como la que recibi¨® Grillo o, directamente, un rotundo no, asegura Javier Gast¨®n, socio fundador de Denunciascolectivas.com, una de las plataformas m¨¢s combativas.
El proceso de reclamaci¨®n
En ese momento el consumidor puede poner una queja ante el servicio de atenci¨®n al cliente del banco, que tiene dos meses para responder. Despu¨¦s, si no est¨¢ conforme, puede recurrir al servicio de reclamaciones del Banco de Espa?a. Estas quejas, aunque menos que en 2013, alcanzaron la cifra de 15.479 en 2014. La contestaci¨®n, en el plazo de seis meses, no es vinculante para el banco, as¨ª que el siguiente paso, si no se consigue el resultado esperado, ser¨ªan los tribunales.
De hecho, las demandas van en aumento, aseguran fuentes jur¨ªdicas. Por ejemplo, el Juzgado de lo Mercantil de Segovia recibi¨® 92 en el primer trimestre del a?o, las mismas que en todo 2013; en el de M¨¢laga, fueron 984 hasta abril (en todo 2014, fueron 2010); el de Le¨®n, 350 entre enero y febrero; en el de Burgos hay un juez de refuerzo que se encarga casi exclusivamente de estos casos y en Sevilla tambi¨¦n hay refuerzos...
La sentencia del Supremo que dio origen a todo esto, de mayo de 2013, declar¨® nulos los suelos fijados por el BBVA, Cajas Rurales Unidas y NovaGalicia (entidades que retiraron las cl¨¢usulas). El alto tribunal dijo que esas condiciones, en abstracto, son l¨ªcitas, pero que son abusivas si el proceso no fue transparente, es decir, si no se le explic¨® bien al cliente qu¨¦ estaba firmando. Fij¨® adem¨¢s unas condiciones para establecer esa transparencia que muy pocas entidades cumplen o pueden demostrar que cumplieron. Por ejemplo, que ofrecieron informaci¨®n suficientemente clara de que se trata de un elemento definitorio del contrato y simulaciones concretas de escenarios si los tipos de inter¨¦s suben o bajan mucho.
Condiciones l¨ªcitas
Los bancos se aferran desde entonces a esa parte de la sentencia que determina la licitud de las cl¨¢usulas salvo que se demuestre lo contrario. Han negociado con sus clientes en ocasiones, pero no de forma generalizada, a pesar de que, cuando el usuario ha acudido a los tribunales, casi siempre le han dado la raz¨®n. Tambi¨¦n recuerdan que el Banco de Espa?a dijo en un informe de 2010 que esa cobertura de riesgo ¡ªque asegura un beneficio al banco en ¨¦poca de vacas flacas¡ª permiti¨® durante muchos a?os al consumidor acceder en mejores condiciones a una hipoteca. ¡°Son positivas desde el punto de vista del coste medio para los clientes bancarios del cr¨¦dito hipotecario a lo largo de la vida del contrato¡±, dice aquel trabajo.
Para Javier Gast¨®n, los gastos en peleas judiciales generalmente perdidas y el da?o de imagen se compensan porque muy poca gente acaba denunciando por los gastos que acarrea o por falta de informaci¨®n (entre el 3% y el 5% de los afectados lo ha hecho hasta ahora) y porque, mientras se mantengan en vigor, suponen un beneficio muy importante para las entidades bancarias. Por ejemplo, su eliminaci¨®n se traducir¨ªa en un roto de 129 millones euros en 2015 para el Banco Popular.
A Carlos Villaseca, de 39 a?os, tambi¨¦n le han dicho en su entidad que no le quitan su cl¨¢usula. Las condiciones generales de su cr¨¦dito para comprar una casa en Aranjuez establecen un techo m¨¢ximo a pagar de un 20% y, como contraprestaci¨®n, el cliente aceptaba un suelo del 3,75%. ?l ni se enter¨® de que lo hac¨ªa. Desde hace unos a?os est¨¢ pagando 959 euros al mes, hasta 300 euros m¨¢s de lo que le habr¨ªa correspondido sin ese suelo.
En 2006, cuando se reuni¨® en la inmobiliaria con el comercial de Credifimo (perteneciente entonces a Cajasol, hoy de Caixabank), lo ¨²nico que le dijeron sobre esas condiciones fue: ¡°Eso significa que solo vais a pagar lo que pod¨¢is pagar, entre 900 y 1.000 euros al mes. Es una de las mejores hipotecas del mercado; se adapta perfectamente a vuestras necesidades¡±.?Villaseca, entonces, acept¨® la explicaci¨®n, entre otras cosas porque les estaban dando el dinero con sus n¨®minas como ¨²nico aval.
Un portavoz de Caixabank explica que este caso es muy particular. Credifimo ha titulizado una parte de las hipotecas (las ha convertido en t¨ªtulos que los inversores compran en el mercado), lo que no permite margen de maniobra. En las que dependen directamente de ellos, asegura el mismo portavoz, se revisa caso por caso y, en general, intentan llegar a alg¨²n tipo de acuerdo.
En Denunciascolectivas.com, y en muchos bufetes de abogados, admiten que en muchos casos los bancos efectivamente, negocian y acuerdan. Pero, eso s¨ª, una vez que se ha presentado una denuncia judicial. As¨ª, la situaci¨®n hoy es de lo m¨¢s heterog¨¦nea: algunas negociaciones sin publicidad en los bancos; cientos de contenciosos judiciales parados hasta que resuelva una macrodemanda de 15.000 afectados a 101 entidades interpuesta por la asociaci¨®n de usuarios ADICAE; sentencias que siguen saliendo y aplican lo fijado por el Supremo (si hay falta de transparencia se declaran nulas y se exige la devoluci¨®n desde 2013); y otras que no le hacen caso y exigen que se restituya absolutamente todo el dinero.
?Devoluciones?
La doctrina del Supremo
La primera sentencia del Tribunal Supremo sobre cl¨¢usulas suelo, en mayo de 2013, no conden¨® a devolver el dinero cobrado de m¨¢s porque entendi¨® que no hab¨ªa mala fe y por "el trastorno grave para el orden p¨²blico econ¨®mico" que podr¨ªa causar, es decir, por la enorme cantidad de dinero que tendr¨ªan que desembolsar bancos y cajas, que podr¨ªa poner a algunas en grave riesgo.
Qued¨® abierta entonces la pregunta de qu¨¦ pasaba con el resto de bancos que perdieran juicios, as¨ª que el Supremo dijo el pasado marzo que los bancos solo tendr¨¢n que devolver el dinero desde mayo de 2013, fecha de la primera sentencia. Entienden los jueces que aquel primer fallo dej¨® claro que eran abusivas si no eran transparentes, por lo que a partir de ese momento ya no se puede hablar de buena fe.
"No se puede limitar las consecuencias de la nulidad. El Supremo tiene que aplicar la ley, no dictarla", opina la catedr¨¢tica de Derecho Civil de la Universidad de M¨¢laga Ana Ca?izares. Adem¨¢s, cree que las denuncias ir¨¢n en aumento, ahora que se han eliminado las tasas judiciales.
Los juicios, salvo en pocas ocasiones, suelen dan la raz¨®n al consumidor, anulan los suelos y, siguiendo la doctrina del Supremo, condenan a devolver el dinero de mayo de 2013. Sin embargo, algunos jueces no le hacen caso y exigen que se restituya absolutamente todo el dinero, desde el d¨ªa en que se empez¨® a aplicar la cl¨¢usula.
Esto ¨²ltimo es lo que mandan dos recientes sentencias de juzgados de primera instancia de Murcia y Zaragoza ganadas por el despacho de abogados UNIVE. La de Zaragoza, en concreto, argumenta que ha de atenerse, antes que al criterio del tribunal espa?ol, a la normativa de la Uni¨®n Europea, y esta establece claramente ¡°la no vinculaci¨®n de las cl¨¢usulas abusivas¡±. Y eso, dice la sentencia del Juzgado de lo mercantil n¨²mero 2 de Zaragoza el pasado 27 de abril, ¡°ha de tener proyecci¨®n hacia el futuro, que se conseguir¨¢ con su nulidad, y hacia el pasado, eliminando cualquier huella de su existencia, y ello solo se conseguir¨¢ si se hacen desaparecer sus efectos, es decir, restituyendo las cantidades¡±.
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