Hispasat impulsa los sat¨¦lites marca Espa?a
La operadora est¨¢ entre la veintena de empresas de la industria aeron¨¢utica espa?ola, que emplea a 3.422 personas y factura 736 millones de euros
En Espa?a no se fabrican sat¨¦lites. Construir uno de estos mastodontes del espacio no es f¨¢cil ni barato. EE UU, Francia o China se encargan de ponerlos en ¨®rbita. Pero un sat¨¦lite es tambi¨¦n la suma de sus componentes: antenas, radiadores, herramientas de comunicaci¨®n, gesti¨®n de carga. Es cada una de estas partes la que lleva escrita la marca Espa?a. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la asociaci¨®n de la industria aeroespacial, la invenci¨®n y fabricaci¨®n de este tipo de tecnolog¨ªa da empleo a 3.422 trabajadores (de ellos, un 65% son ingenieros y licenciados) y factura hasta 736 millones de euros. Unas 20 empresas punteras en innovaci¨®n y la operadora Hispasat son sus estrellas.
Pero a menudo el espacio tiene el estigma de ser muy caro y no tener uso real. ?C¨®mo se convence de que esto no es as¨ª? ¡°Fabricar un sat¨¦lite vale mucho dinero¡±, reconoce Antonio Abad Mart¨ªn, director t¨¦cnico de Hispasat: ¡°Operar un sat¨¦lite cuesta entre 150 millones a 300 millones y tarda quince a?os en amortizarse pero el retorno es alto¡±. Un 14% del presupuesto est¨¢, sin embargo, destinado a investigaci¨®n y desarrollo. Un espa?ol utiliza un sat¨¦lite en su d¨ªa a d¨ªa casi sin darse cuenta, al ver la televisi¨®n, conectarse a Internet o hablar por el m¨®vil. Pero la industria aeron¨¢utica ha creado tambi¨¦n algunos de los inventos m¨¢s curiosos: desde el velcro ideado para presurizar los trajes de astronautas a las mantas doradas utilizadas para aislar el calor de los sat¨¦lites pero tambi¨¦n para proteger a enfermos y evitar contagios.
Un sector que vive de la exportaci¨®n
Espa?a es ya el quinto pa¨ªs de Europa en cuanto a tama?o de industria espacial. Entre las empresas m¨¢s punteras se incluyen compa?¨ªas como Airbus, Thales Alemia, Rymsa, Mier, GMV, Indra o Iberespacio. Cada una se especializa en un componente independiente. Lo perfeccionan y controlan. Y tambi¨¦n hay nuevos competidores, que buscan soluciones para adaptar los sat¨¦lites a la pr¨®xima generaci¨®n, con Internet incorporado. Todas ellas basan su ¨¦xito en la exportaci¨®n. Venden m¨¢s del 72% de lo que fabrican al extranjero. Hispasat obliga a todos los contratos que opera a trabajar con componentes de fabricantes espa?oles.
El espacio orbital est¨¢ cada vez m¨¢s copado. Sus servicios son cada vez m¨¢s demandados desde la Tierra, y la competencia cada vez es m¨¢s dura. Astra, por ejemplo, opera 55 sat¨¦lites. Frente a ella, Hispasat es solo una operadora mediana, la octava en el mundo, pero su crecimiento en los ¨²ltimos a?os es notable. Ten¨ªa cuatro sat¨¦lites en ¨®rbita en 2013, hoy tiene siete y prepara el lanzamiento de otros tres.
¡°Tener uno cuesta m¨¢s que 20. Con cada uno alcanzamos nuevos mercados¡±, asegura Abad. Latinoam¨¦rica, donde operan sus sat¨¦lites Amazonas, es su principal objetivo. ¡°En mercados emergentes, el sat¨¦lite se encarga de infraestructuras b¨¢sicas de telecomunicaciones todav¨ªa no cubiertas. Se abren v¨ªas en lugares como la Amazonia, donde es imposible poner fibra¡±, explica Abad.
Vivir en un pueblo peque?o en Espa?a sigue siendo casi garant¨ªa de no tener una buena conexi¨®n a Internet. En 2015, unos 800.000 hogares, el 4,4% del total, y m¨¢s de dos millones de ciudadanos no tienen acceso a Internet de al menos 2 megas de velocidad por ninguna tecnolog¨ªa fija (ADSL, cable o fibra), seg¨²n el primer informe sobre Internet rural publicado este a?o por el Ministerio de Industria.
El remedio para dar cobertura a esa poblaci¨®n es el sat¨¦lite, seg¨²n Aquilino Antu?a, director general de Quantis, un operador de telecomunicaciones por sat¨¦lite que ofrece servicios corporativos a empresas y en pa¨ªses africanos. ¡°No es rentable tender una red de fibra o de ADSL para llegar a poblaciones apartadas de 20 habitantes¡±.
Antu?a se?ala que el sat¨¦lite permite disfrutar de velocidades de 20 megabites por segundo, aunque reconoce que ser¨ªa necesario subvencionar con fondos p¨²blicos a los abonados, como se ha hecho en Galicia.
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