Neoindustria
En los pr¨®ximos 20 a?os se producir¨¢n m¨¢s bienes y servicios que en los ¨²ltimos 50
Todos los neologismos enga?an. Puede que el que da t¨ªtulo a esta tribuna tambi¨¦n. Pero las sociedades avanzadas actuales est¨¢n descubriendo, una vez m¨¢s, la industria.
Ha vuelto a suceder. La ¡°industria¡± l¨ªtica dio paso a la industria de los metales, esta a las primeras manufacturas artesanales producidas en peque?as series, o a las manufacturas industriales basadas en la divisi¨®n del trabajo y la producci¨®n masiva, a la fabricaci¨®n fordista, a la toyotista¡ A, por fin, la fabricaci¨®n avanzada (fabricaci¨®n aditiva o ¡°impresi¨®n 3D¡±). Este ciclo, que se desarrolla incesantemente a lomos de oleadas de ¡°tecnolog¨ªa-basada-en-el-conocimiento-a-su-vez-basado-en-la-tecnolog¨ªa-a-su-vez¡¡±, es tan imparable como evidente. ?Por qu¨¦ hablamos entonces de ¡°desindustrializaci¨®n¡± o de ¡°reindustrializaci¨®n¡±?
Junto a la industria, la agricultura y el comercio (u otros servicios) han sufrido este tipo de ciclos, por lo general estrechamente asociados al ciclo industrial.
El discurso sobre la ¡°desindustrializaci¨®n¡± falla a menudo al desconocer el hecho de que hoy ya no denominamos ¡°industriales¡± a muchas actividades desintegradas de la industria, como los servicios avanzados, que, sin embargo, siguen estrechamente vinculados a la misma.
Hay muchos motivos para pensar que en Espa?a no solo no se ha producido la desindustrializaci¨®n con la intensidad que se cree, sino que, parad¨®jicamente, se ha producido una extraordinaria revitalizaci¨®n de los sectores de servicios avanzados vinculados a las actividades industriales. La emergencia, hace lustros ya, de un vigoroso sector de servicios de ingenier¨ªa o de log¨ªstica al servicio de la industria y fuertemente internacionalizados, demuestra esta reformulaci¨®n de las cadenas de valor industriales.
En los pr¨®ximos 20 a?os se producir¨¢n m¨¢s bienes y servicios que en los ¨²ltimos 50
Igualmente, el discurso sobre la ¡°reindustrializaci¨®n¡± falla cuando se utiliza este t¨¦rmino de forma a?orante y un tanto derrotista. La nueva industrializaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola no consistir¨¢ en un retorno a la industria que conocimos, ni en las cuencas industriales del pasado. Una y otras se han ido para siempre.
La industria espa?ola, sin embargo, ha demostrado una amplia capacidad de adaptaci¨®n a las intensas fases de liberalizaci¨®n y competencia global que se han producido desde los a?os ochenta. Es cierto que la reestructuraci¨®n industrial de la primera mitad de esta d¨¦cada fue devastadora para ciertos sectores industriales espa?oles, pero no para otros. Las empresas industriales espa?olas superaron admirablemente bien la liberalizaci¨®n inmediatamente posterior al acceso de Espa?a al mercado Com¨²n, hace ya treinta a?os, teniendo que afrontar, adem¨¢s, una recesi¨®n severa. Pasada esa recesi¨®n, se produjo la r¨¢pida emergencia de las empresas globales espa?olas en multitud de sectores.
En los pr¨®ximos veinte a?os se producir¨¢n m¨¢s bienes y servicios que en los ¨²ltimos 50. Nadie sabe muy bien c¨®mo ser¨¢n esos bienes y servicios, qu¨¦ materiales o protocolos los constituir¨¢n, o que modelos de negocio o financieros los impulsar¨¢n. No hay sectores maduros, solo hay conocimiento. Como ha sucedido siempre que la humanidad ha dado un salto adelante.
Proponemos el t¨¦rmino ¡°neoindustria¡± para referirnos a la nueva oleada de industrializaci¨®n que se est¨¢ desplegando ante nuestros ojos y a la que Espa?a debe asociarse, pues no le faltan mimbres para ello. La neoindustria se caracteriza por el uso intensivo de conocimiento, la asociaci¨®n de servicios avanzados a las actividades industriales, la digitalizaci¨®n, las ¡°neofinanzas¡± y el ¡°neoemprendimiento¡±. Pero sobre todo se caracteriza por la producci¨®n de conocimiento por medio de conocimiento,¡±.
Diego Vizca¨ªno es socio de AFI y Jos¨¦ A. Herce es director asociado.
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