No es justo ni equitativo. ?Ser¨¢ eficaz?
?Acto de revancha y humillaci¨®n innecesaria y peligrosa??Simple aplicaci¨®n del principio de realidad? ?C¨®mo leer el acuerdo que el Consejo Europeo ha ofrecido al Gobierno de Grecia para tener acceso a un tercer rescate financiero que le salve de salir del euro? Y otras dos cuestiones quiz¨¢s m¨¢s importantes. Primera, ?ser¨¢ eficaz el programa de ajuste y reformas que se le impone a los griegos? Segunda, ?cu¨¢les ser¨¢n los efectos a medio plazo sobre el euro y sobre el proyecto de uni¨®n europea?
El acuerdo se parece, en su proceso y contenido, a muchas otras negociaciones entre acreedores y deudores que se han hecho en el pasado. En este tipo de negociaciones ambas partes acostumbran a jugar al llamado ¡°juego del gallina¡±. Recuerden la pel¨ªcula Rebelde sin causa, de Nicolas Ray, protagonizada por James Dean en la que los dos protagonistas hac¨ªan una carrera de coches hacia el precipicio para ver cual se asustaba antes y frenaba. A algo as¨ª han jugado Alexis Tsipras y Yanis Varoufakis, por un lado, y por otro, Wolfgang Sch?uble y Angela Merkel.
Probablemente Varoufakis cre¨ªa tener cartas para intimidar a Sch?uble en su particular juego de p¨®quer. Primera: Creer que el miedo a la rotura del euro har¨ªa ceder a los europeos. Segunda: Pensar que a Grecia le pod¨ªa ir mejor fuera que dentro del euro. Tercera: Suponer que flirteando con Putin har¨ªa que los estadounidenses presionasen a la Uni¨®n Europea para evitar tener un Estado fallido en el sur de Europa. Y una cuarta carta escondida en la manga: el refer¨¦ndum. Sch?uble y Merkel aguantaron el envite.
Al final, Tsipras ha retrocedido ante las primeras consecuencias: cierre de los bancos, corralito que impide a los griegos sacar sus ahorros y cobrar sus pensiones y suspensi¨®n de la circulaci¨®n de capitales que bloquea la importaci¨®n de los productos m¨¢s indispensables. Y ha dejado caer a Varoufakis.
La segunda propuesta es m¨¢s dura que la que se hab¨ªa ofrecido antes del refer¨¦ndum. ?Revancha y humillaci¨®n por la afrenta? ?La vieja pedagog¨ªa de ¡°si no quieres caldo, dos tazas¡±? No lo s¨¦. Lo cierto es que la econom¨ªa griega se deteriora a tal velocidad que cada d¨ªa que pasa Grecia requiere m¨¢s ayuda. Y, de acuerdo con las reglas de juego del euro, eso lleva aparejada la condici¨®n de un programa de ajuste y reformas m¨¢s exigente. Pero, para muchos ciudadanos griegos y europeos, ese programa es injusto.
Vayamos a las otras dos cuestiones. ?Funcionar¨¢ ese programa para impulsar el crecimiento, el empleo y lograr la correcci¨®n de los desequilibrios fiscales y comerciales de Grecia? Probablemente no. La raz¨®n no es s¨®lo t¨¦cnica, en el sentido de que el contenido del programa intensificar¨¢ la recesi¨®n. Es fundamentalmente por razones sociales y pol¨ªticas. La experiencia recopilada por el FMI se?ala que este tipo de programas s¨®lo son eficaces cuando los gobiernos nacionales se implican y los lideran. Y cuando la poblaci¨®n, mal que bien, los comprende y apoya. No es ¨¦ste el caso.
'Las consecuencias econ¨®micas de la paz', de Keynes, deber¨ªa ser lectura obligatoria para los pol¨ªticos europeos.
La investigaci¨®n acad¨¦mica apunta en este mismo sentido. Dos prestigiosos economistas, Daron Acemoglou y James Robinson ¡ªautores de la exitosa obra Por qu¨¦ fracasan los pa¨ªses¡ª han demostrado que el ¨¦xito de las reformas econ¨®micas depende de la segunda derivada. Es decir, no de sus efectos econ¨®micos en el PIB, sino de los efectos de segunda ronda en los equilibrios pol¨ªticos entre los diferentes grupos sociales dentro del pa¨ªs. Cuando las reformas alteran ese equilibrio pol¨ªtico en favor de los grupos m¨¢s favorecidos acaban fracasando por p¨¦rdida de legitimidad social. Y parece que este va a ser, de nuevo, el caso griego. Las reformas econ¨®micas que se perciben como injustas acaban no funcionando. No son eficaces. El problema es que muchos economistas y pol¨ªticos reformistas ignoran esta lecci¨®n. O la olvidan interesadamente. Vaya usted a saber.
Por ¨²ltimo, ?qu¨¦ efectos acabar¨¢ teniendo este drama griego sobre el futuro del euro y de Europa? Pueden ser tanto positivos como negativos. En la medida en que el euro es una moneda sin Estado, carece de los instrumentos propios del d¨®lar o la libra para hacer frente a crisis: un banco central como Dios manda, una Hacienda propia que le respalde y un mecanismo de rescate bancario. Esto hace que en situaciones como las que estamos viviendo el euro act¨²e como una camisa de fuerza sobre los m¨¢s d¨¦biles. La esperanza es que el drama griego lleve al euro a ir m¨¢s all¨¢ de su actual l¨®gica. No ser¨¢ f¨¢cil ni r¨¢pido. Pero hay que tener esperanza.
Los negativos vienen del sentimiento de injusticia, humillaci¨®n y rabia que sienten muchos ciudadanos, no s¨®lo griegos. Puede propiciar corrientes nacionalistas antieuropeas. El precedente es el Tratado de Versalles que puso fin a la pesadilla de la guerra. Disconforme con la dureza de las indemnizaciones que los aliados quer¨ªan imponer a Alemania, John Maynard Keynes, miembro de la delegaci¨®n brit¨¢nica en la conferencia de paz de Par¨ªs, escribi¨® un alegato premonitorio de la nueva pesadilla que esas duras condiciones traer¨ªan para Alemania y Europa: Las consecuencias econ¨®micas de la paz. Deber¨ªa ser lectura obligatoria para los pol¨ªticos europeos.
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