Lo que no va bien con la recuperaci¨®n
El mejor escenario ser¨ªa uno en el que las inversiones crecieran a¨²n m¨¢s r¨¢pido que los beneficios
La econom¨ªa espa?ola est¨¢ sorprendiendo a propios y extra?os. De ser el ¡°enfermo de Europa¡± en el inicio de la crisis ha pasado a ser considerada el alumno aventajado de la recuperaci¨®n europea. Tanto es as¨ª, que hasta el l¨ªder de Podemos coincide con el presidente del Gobierno en que ¡°Espa?a no es Grecia¡±.
Su comportamiento en los dos primeros trimestres de 2015 est¨¢ obligando a los organismos de previsi¨®n a corregir al alza de forma continuada sus proyecciones para 2015 y 2016. La tasa de crecimiento intertrimestral anualizada es del cuatro por ciento. En t¨¦rminos marineros, se podr¨ªa decir que la econom¨ªa espa?ola va ¡°viento en popa y a toda vela¡±.
Tambi¨¦n hay buenas noticias para el empleo. Est¨¢ creciendo a un ritmo similar al de la econom¨ªa. Adem¨¢s, crece en todos los sectores, incluido el industrial. Y en todos los segmentos de edad. Aumentan tambi¨¦n ligeramente los contratos indefinidos. Y se reduce el subempleo; es decir, aumenta el n¨²mero de horas trabajadas por los que est¨¢n empleados. Esta cara amable viene, sin embargo, acompa?ada por otra m¨¢s amarga: la continuidad de un elevad¨ªsimo paro de larga duraci¨®n (m¨¢s de tres a?os).
Esta mejora del empleo est¨¢ tirando fuertemente del consumo. Pero, al contrario que en anteriores recuperaciones, la mejora de la demanda interna no est¨¢ disminuyendo las exportaciones, que contin¨²an creciendo a buen ritmo. Parece que estamos, por tanto, ante un ciclo bondadoso de crecimiento-empleo-consumo-exportaciones-crecimiento.
?No hay nada que vaya mal con esta recuperaci¨®n y que nos haga temer que no sea sostenible m¨¢s all¨¢ de 2016? Lo hay. Tiene que ver con el comportamiento de la inversi¨®n empresarial.
Una recuperaci¨®n es duradera cuando su motor principal es la inversi¨®n. Si avanza a buen ritmo se puede esperar que el crecimiento y el empleo no sean un rebote ef¨ªmero impulsado s¨®lo por el viento de cola de los bajos tipos de inter¨¦s del BCE, de la devaluaci¨®n del euro y de la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo. ?En que medida es as¨ª?
Para tratar de responder a esta cuesti¨®n, el Gabinete de Estudios Econ¨®micos de la C¨¢mara de Comercio de Barcelona acaba de publicar un documento de trabajo en el que analiza el comportamiento de la ¡°sala de m¨¢quinas¡± de la econom¨ªa: la evoluci¨®n de las cuentas de resultados, de los balances y de las inversiones del sector empresarial no financiero de la econom¨ªa espa?ola en el per¨ªodo 2007-2014. Dos de sus resultados son relevantes para lo que aqu¨ª me interesa.
Primero. El sector empresarial espa?ol se encuentra a la salida de la crisis con unos m¨¢rgenes de beneficios brutos significativamente m¨¢s elevados no solo a los obtenidos durante el periodo anterior a la crisis, sino superiores incluso a los registrados antes de la entrada en el euro. En t¨¦rminos de valor a?adido bruto (VAB) los m¨¢rgenes han pasado del 36,2 en 2003 al 41 % en 2014.
Naturalmente, la contrapartida es la ca¨ªda continuada de los salarios y de los impuestos sobre la producci¨®n, los otros dos componentes en que se distribuye el VAB. El coste del trabajo necesario para obtener un euro de VAB (coste laboral unitario real) era de 64 c¨¦ntimos en 2003; en 2014 se ha reducido al 58%. Representa una mejora de competitividad del 9%.
Aun cuando haya que ir con cuidado con las comparaciones, esta trayectoria alcista de los m¨¢rgenes empresariales espa?oles no se observa en ning¨²n otro pa¨ªs grande de la UE: Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.
Segundo. En principio, estos elevados m¨¢rgenes har¨ªan presumir un aumento de la inversi¨®n empresarial. De hecho, en la econom¨ªa espa?ola y en otras econom¨ªas desarrolladas se observa una pauta coincidente entre la evoluci¨®n de los m¨¢rgenes y de la inversi¨®n. Pero lo que ahora estamos viendo es que la inversi¨®n est¨¢ muy por debajo de lo que era habitual antes de la crisis. Y adem¨¢s, que mantienen un ¡°gap¡± [brecha] creciente con los m¨¢rgenes.
Sean cuales sean las causas, esta falta de inversiones representa una amenaza para la consolidaci¨®n de la recuperaci¨®n y la continuidad del crecimiento a largo plazo.
El an¨¢lisis de la C¨¢mara de Barcelona es rico en matices. Su conclusi¨®n es que lo m¨¢s deseable para consolidar la recuperaci¨®n ser¨ªa un escenario en el que las inversiones vuelvan a crecer al mismo ritmo que los beneficios; y, a¨²n mejor, m¨¢s r¨¢pidamente que los beneficios, como est¨¢ ocurriendo en el Reino Unido. Pero no ve claro que lo deseable sea lo probable.
?Qu¨¦ hacer para revertir lo que no va bien con la recuperaci¨®n? Dos cosas.
Por un lado, la pol¨ªtica econ¨®mica debe virar su foco desde el est¨ªmulo de la rentabilidad a corto plazo ¡ªv¨ªa devaluaci¨®n salarial, condiciones laxas de contrataci¨®n y despido y reducciones de impuestos¡ª hacia el fomento de la productividad a largo plazo.
Por otra parte, los empresarios tienen que demostrar que saben mejorar la rentabilidad sin hacerla descansar ¨²nicamente en la reducci¨®n continuada de salarios e impuestos. No hay que olvidar que la rentabilidad es el resultado de multiplicar los m¨¢rgenes por la productividad del capital. Por tanto, una reducci¨®n de los m¨¢rgenes acompa?ada por una mejora de la productividad permite obtener rentabilidades adecuadas.
Dicho en los t¨¦rminos marineros que utilic¨¦ m¨¢s arriba, el barco va viento en popa y a toda vela; los marineros han demostrado que saben esforzarse para remar m¨¢s fuerte; ahora lo que se necesita es que los patrones del barco demuestren que tienen habilidades para llevarlo a buen puerto.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona y presidente del C¨ªrculo de Econom¨ªa.
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