Los bajos salarios entran en campa?a en Estados Unidos

La recuperaci¨®n suma ya seis a?os en Estados Unidos. Pero las empresas siguen mostr¨¢ndose reacias a elevar los salarios de sus empleados, y sin ese apoyo al consumo por el lado de los sueldos se hace complicado que la actividad econ¨®mica gane tracci¨®n. El estancamiento de las remuneraciones es, de hecho, uno de los factores que explica que el crecimiento econ¨®mico est¨¦ por debajo de su potencial.

Los bajos salarios se est¨¢n convirtiendo por eso en uno de los temas m¨¢s recurrentes de la campa?a a las presidenciales de noviembre de 2016. La atenci¨®n se dirige as¨ª a ciudades como San Francisco, Seattle y Los ?ngeles, donde ya se aprob¨® elevar el salario m¨ªnimo a los 15 d¨®lares (13,3 euros) por hora de trabajo. Es el doble de lo fijado por la legislaci¨®n federal (7,25 d¨®lares la hora).

De hecho, son los casos que se est¨¢n siguiendo en el resto del pa¨ªs como referencia en esta especie de experimento, al que se quiere sumar tambi¨¦n Nueva York. El senador dem¨®crata Bernie Sanders, que en su ambici¨®n para llegar a la Casa Blanca recurre a un mensaje m¨¢s progresista que el de Hillary Clinton, acaba de introducir una propuesta para que se establezca esa base en los 15 d¨®lares.

Pero incluso los analistas que se mostraban partidarios hace un a?o de esta medida consideran ahora que se est¨¢ llevando demasiado lejos. El presidente Barack Obama defiende este incremento bajo el argumento de que contribuir¨¢ a reducir la desigualdad. Pero quiere ir con m¨¢s calma. Hace un a?o un decreto limit¨® ese incremento para los funcionarios hasta los 10,10 d¨®lares. San Francisco y Santa Fe (Nuevo M¨¦xico) fueron los primeros. Seattle les sigui¨® en abril, con el objetivo de alcanzar los 15 d¨®lares en 2021. El Estado de Washington, donde est¨¢ Seattle, tiene el m¨ªnimo m¨¢s alto de la naci¨®n, 9,47 d¨®lares.Los ?ngeles, San Diego, Oakland, Chicago y Louisville han adoptado medidas similares, mientras que en Nueva York y Washington son propuestas. La iniciativa que se est¨¢ considerando en Nueva York se limita, sin embargo, al sector de los restaurantes. La propuesta que el gobernador Andrew Cuomo present¨® hace un mes contempla elevar el sueldo base a 15 d¨®lares para final de 2018 en la ciudad de los rascacielos y en el conjunto del Estado para julio de 2021. La industria amenaza con demandas.

Nigel Travis, consejero delegado de la cadena de cafeter¨ªas Dunkin¡¯ Donuts, es una de las voces m¨¢s cr¨ªticas contra este incremento. Considera que llevar el sueldo m¨ªnimo a los 15 d¨®lares en Nueva York tendr¨¢ efectos para la franquicia y el peque?o negocio en general. En su caso no habla de despidos, pero s¨ª anticipa que el incremento afectar¨¢ a la contrataci¨®n en el futuro.

La otra opci¨®n, explica, es pasar esa subida al cliente. El salario m¨ªnimo en Nueva York est¨¢ establecido en 8,75 d¨®lares a la hora. Travis dice que la industria del fast food podr¨ªa soportar que se elevara a los 12 d¨®lares. Pero deja claro que antes que nada lo que debe producirse es un debate en profundidad sobre c¨®mo hacer frente al problema de la desigualdad de ingresos.

Howard Schultz, fundador de la cadena rival Starbucks, asegura que la compa?¨ªa est¨¢ absorbiendo bien el incremento de los salarios en algunas ciudades. Sin embargo, los ¨²ltimos resultados trimestrales revelan un alza del 18% en los costes operativos en un a?o. Tambi¨¦n en su caso advierte de las consecuencias ¡°no intencionadas¡± en la competitividad de las peque?as empresas.

Los costes laborales subieron tambi¨¦n un 18% en los restaurantes Chipotle, aunque en eso no impidi¨® que el beneficio trimestral subiera casi un 30%. ¡°Es comprensible que haya preocupaci¨®n en la industria¡±, a?ad¨ªa Steve Easterbrook desde McDonald¡¯s, que al poco de hacerse con el puesto de consejero delegado anunci¨® un incremento de los sueldos para los empleados base en los locales de su propiedad. Wal-Mart tambi¨¦n transcurre por la misma senda: anunci¨® en julio una subida a sus 100.000 trabajadores.

Se est¨¦ a favor o en contra, la propuesta de Sanders tiene un problema pr¨¢ctico obvio. Si se uniforma el salario m¨ªnimo, el impacto en los ingresos ser¨¢ enorme en las peque?as ciudades mientras que en las grandes no ser¨¢ perceptible. Es decir, la medida se considera injusta. Por eso Travis y Schultz defienden una cifra que se ajuste mejor a la calidad de vida del empleado en cada mercado espec¨ªfico.