El ¡®padre¡¯ de la econom¨ªa compartida reniega de Uber y Airbnb
Neal Gorenflo, creador del fen¨®meno, aboga por un modelo distinto
Neal Gorenflo (Maine, 1963) nunca imagin¨® que su idea se convirtiese en la base de negocios como Airbnb o Uber, las grandes startups del momento. ?l pensaba m¨¢s en comunidades que comparten recursos de forma ordenada para mejorar el servicio y limitar el impacto en el medio ambiente. A Gorenflo se le considera el padre de la ¡®sharing economy¡¯, (la econom¨ªa compartida) el fen¨®meno que ha revolucionado la industria hotelera y del taxi en los ¨²ltimo cinco a?os. Airbnb tiene una valoraci¨®n superior a la cadena de hoteles Marriott, pero no posee una sola habitaci¨®n de hotel. Uber, el servicio de transporte entre particulares, vale ya m¨¢s de 45.000 millones de d¨®lares seg¨²n la ¨²ltima ronda de financiaci¨®n.
Gorenflo apunta al cambio clim¨¢tico y al reparto de la riqueza como los dos grandes problemas que la econom¨ªa compartida puede paliar. ¡°Compartir coche tiene un gran impacto ecol¨®gico. Por cada coche compartido se reducen un 30% la cantidad de veh¨ªculos que hay circulando en las carreteras¡±, apunta. Uno de los ejemplos que cita es la creaci¨®n de un sistema municipal en San Francisco para optimizar el uso de los autom¨®viles particulares, City Car Share. Aunque es consciente de que no es posible extenderlo a todas las ciudades: ¡°Las urbes que se crearon en los 50 y 60, como Houston o Los ?ngeles, lo tienen mucho m¨¢s dif¨ªcil. El lobby del motor estuvo muy metido, pero a trav¨¦s de aplicaciones se puede mejorar la salud de las ciudades y que sean menos dependientes del coche¡±.
Otro ejemplo interesante que cita, tambi¨¦n de San Francisco, es Scoot. Una startup que ofrece motocicletas el¨¦ctricas para moverse por la ciudad. Cuesta 2 d¨®lares por media hora, 25 c¨¦ntimos menos que un trayecto en bus, y cuenta con abundantes puntos para dejar las scooters una vez que se llega al destino.
Gorenflo cree que el reciente esc¨¢ndalo de Volkswagen dar¨¢ un gran impulso a sistemas alternativos y al coche el¨¦ctrico: ¡°El coche era parte del sue?o americano, de la liberaci¨®n. Hoy el m¨®vil ha ocupado ese lugar. Las grandes marcas no lo quieren ver, pero son tan poco fiables como los grandes bancos¡±. Uber, el emblema de la econom¨ªa compartida, tambi¨¦n tiene sus puntos d¨¦biles. Gorenflo, que es editor de la publicaci¨®n digital Shareable, pone como ejemplo a la ciudad de Denver, donde tras prohibir Uber, sacaron al mercado nuevas licencias de taxi. ¡°Los nuevos compradores se unieron, crearon una cooperativa y ahora es una de las ciudades con mejor servicio y precio m¨¢s bajo. Usan una aplicaci¨®n tambi¨¦n, por supuesto¡±, subraya.
Este verano, la dram¨¢tica experiencia de un cliente, intento de violaci¨®n incluido, con Airbnb fue portada en el diario The New York Times. En India son varias las denuncias por acoso o intento de rapto usando Uber. La seguridad se presenta como uno de los puntos negros de este sistema. Gorenflo va m¨¢s all¨¢: ¡°Son cuatro los riesgos: El tecnol¨®gico, la ejecuci¨®n de la idea, la regulaci¨®n y el mercado al que se enfrentan. Ahora mismo est¨¢n centrados en cambiar la regulaci¨®n pero los dem¨¢s los tienen aparcados. La tecnolog¨ªa es barata, la ejecuci¨®n sigue unos patrones y en el mercado se ha llegado un punto en que solo se quiere conseguir dinero, tanto como se pueda, para romper las reglas¡±. Su denuncia va m¨¢s all¨¢: ¡°Incluso cuando hay protestas contra ellos, Uber y Airbnb salen beneficiados. Cuanto m¨¢s salen en las noticias, m¨¢s usuarios consiguen. Y, en consecuencia, m¨¢s inversi¨®n¡±.
En el mundo que proyecta, el dinero tendr¨¢ cada vez un papel menor: ¡°Ser¨¢ una compra-venta de servicios, pero no vas a necesitar efectivo, sino algo que aportar. Si se genera la confianza necesaria, ser¨¢ m¨¢s seguro. Ahora solo estamos dando los primeros pasos¡±. Su modelo apuesta por prescindir de los inversores de capital riesgo. En su lugar, pide que se creen plataformas de financiaci¨®n colectiva. ¡°Lo ideal ser¨ªa que fu¨¦semos capaces de consensuar prioridades. Pienso en un FairBnb, con menos dinero para los intermediarios y m¨¢s beneficios y garant¨ªas para el que presta y el que recibe¡±, zanja con un juego de palabras para referirse a una versi¨®n justa de la startup que permite realquilar habitaciones en la vivienda habitual.
Gorenflo, que est¨¢ en Gij¨®n como invitado especial de Somero 2015, cree que en Europa hay muchas posibilidades para que su modelo prospere. Participar¨¢ hasta este domingo en el Shareable Lab.
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