El Madrid que sigue aqu¨ª

Era un gran tipo mi amigo Adri¨¢n Piera. Un ejemplo de amor por la vida y por todo lo que la vida tiene de bueno: los libros, el arte, la gastronom¨ªa, la familia y la amistad¡­ Gozaba lo mismo tocando con delicadez una primera edici¨®n de un cl¨¢sico que cantando boleros de Mach¨ªn o dibujando sobre la marcha lo que se le pusiera delante. A todos esos palos jugaba y a alguno m¨¢s que seguro se me escapa, y los jugaba bien. Llevaba a Madrid en el coraz¨®n y el Madrid que aqu¨ª sigue tiene buena parte de ¨¦l, de la pasi¨®n que pon¨ªa en todas sus cosas, de su apertura a los nuevos tiempos desde un casticismo renovado y humanista.

En la firma que hab¨ªa creado su abuelo en 1841 dio sus primeros pasos profesionales, y nunca se olvid¨® ni de su abuelo, cuyas frases y consejos citaba con frecuencia, ni del mundo de la madera, que era la materia prima de aquella industria familiar. Recuerdo el bello y lujoso muestrario de maderas nobles que se llev¨® al palacio de la calle Huertas al ser nombrado presidente de la C¨¢mara de Madrid, instituci¨®n que vivi¨® una ¨¦poca de esplendor inusitado bajo su mandato. Fue all¨ª donde entr¨¦ en contacto con ¨¦l cuando sucedi¨® a Oriol en la presidencia de la Fundaci¨®n Universidad Empresa y se entreg¨® a la tarea con verdadero entusiasmo. Siempre, ya lo dije, lo hac¨ªa as¨ª, siempre pon¨ªa todo de su parte. Su esp¨ªritu conciliador, su tacto y su visi¨®n de futuro hicieron mucho para que aquella fundaci¨®n llegara a convertirse en una referencia obligada de las relaciones entre el mundo acad¨¦mico y el empresarial, cuyos intereses supo Piera representar con dignidad y altura de miras.

A partir de entonces estuve a su lado en muchos proyectos y aventuras. Por su visi¨®n moderna y actual del papel de la empresa, Piera hizo de la C¨¢mara de Madrid un semillero de ideas e iniciativas que lograron revitalizar la sociedad civil y la econom¨ªa madrile?as. Quiz¨¢s la m¨¢s importante, su gran obra o al menos la m¨¢s visible, fue la creaci¨®n de los Recintos Feriales de Ifema. Nadie cre¨ªa entonces que eso fuera posible ¡ªel predominio de Barcelona era apabullante¡ª, pero contra viento y marea (contra muchos vientos y muchas mareas) Adri¨¢n Piera consigui¨® hacer de nuestra capital una gran capital ferial, y ah¨ª sigue Ifema, viva y coleando, y disputada por unos y por otros.

Adri¨¢n Piera fue dejando muchos m¨¢s rastros de su incansable actividad social y cultural que ah¨ª quedan, sin que probablemente mucha gente joven de hoy sepa qui¨¦n fue uno de sus principales impulsores. Estuve muy a su lado y supe por ello lo que le cost¨® revitalizar el Club Siglo XXI a la muerte de Antonio Burgos y fui tambi¨¦n testigo ¡ªen este caso de excepci¨®n¡ª del papel fundamental que jug¨® en el lanzamiento de la Fundaci¨®n Cotec, impulsada por el rey Juan Carlos¡­. y de otras muchas cosas que no caben en estas l¨ªneas emocionadas de recuerdo y despedida.

Se nos fue muriendo poco a poco y solo gracias a su mujer, a esa ¡°buena Estrella¡± que ¨¦l siempre reconoci¨® que ten¨ªa, pod¨ªamos seguir vi¨¦ndole, sonriente y hecho un pincho, pero ya en otro mundo. Sufr¨ªamos pero le ten¨ªamos. Ahora se nos ha ido, pero el Madrid que aqu¨ª sigue tiene, ya lo dije, mucho de ¨¦l. Y no digamos sus amigos.