Una sociedad de bajo coste
La econom¨ªa que sale de la crisis perfila sus nuevos consumidores ¡®low cost¡¯
La costumbre del Black Friday (rebajas prenavide?as el ¨²ltimo viernes de cada noviembre) parece haber arraigado definitivamente en Espa?a. Es m¨¢s, este a?o, en muchos lugares se han extendido hasta cuatro d¨ªas, un largo fin de semana, las ofertas ventajosas de precios en bastantes tiendas. De manera que probablemente ya no se podr¨¢ hablar de esta experiencia tan solo como una tendencia importada de EE UU, sino asentada entre los consumidores de nuestro pa¨ªs.
No es por casualidad. La ampliaci¨®n de las rebajas es en buena parte consecuencia de la crisis econ¨®mica y del empobrecimiento de las clases medias. La econom¨ªa de mercado ha ido perfilando sus nuevos consumidores. Muchos productos y servicios ya no van dirigidos a aquella clase media de principios de siglo, orgullosa, influyente y con un poder adquisitivo creciente, sino que son fabricados o atendidos por empresas low cost.
Las clases medias que atraviesan la crisis han perdido progresivamente sus se?as de identidad de grupo, ya que cada vez m¨¢s representan a la mayor parte del cuerpo social, del que estar¨ªan excluidos por abajo los parados, los precarios y los "trabajadores pobres", y por arriba unas capas reducidas que se benefician de la riqueza generada por el patrimonio heredado, el conocimiento, o por haber sido los beneficiarios de la coyuntura. Esta clase media se caracteriza ¡ªy busca¡ª por las rebajas y por el consumo de bajo coste: Ikea, Ryanair, Ahorra M¨¢s, Primark, HM, Zara... un universo en expansi¨®n de marcas y empresas planetarias low cost.
Los estudiosos Massimo Gaggi y Edoardo Narduzzi (El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste, Lengua de Trapo) hablan de cuatro segmentos sociales:
1) Una aristocracia muy patrimonializada (riqueza) y acaudalada (renta), capaz de asegurar consumos significativos de bienes de lujo.
2) Una peque?a ¨¦lite de tecn¨®cratas del conocimiento con rentas medias-altas y notable capacidad de consumo; raramente ascienden al Olimpo de los millonarios sino que, con m¨¢s facilidad, pueden encontrarse "degrad¨¢ndose" en la masa.
3) Una sociedad masificada de rentas medias-bajas, a la que la industria de bajo coste y las rebajas garantizan el acceso a bienes y servicios en otro tiempo reservados a las clases m¨¢s acomodadas. Son la denominada ryanair society, o sociedad de bajo coste: elementos de decoraci¨®n dise?ados por Philippe Starck pero a precios de Ikea, o cruceros en naves nodriza que parecen rascacielos flotantes.
4) Una clase precarizada y con escaso poder adquisitivo, que consume bienes de primera necesidad, sustituye el coche particular por el transporte p¨²blico, y vive de servicios sociales esenciales cada vez m¨¢s pr¨®ximos a modelos del Tercer Mundo.
Las capas 3) y 4) echan a temblar cada vez que llegan nuevos gobernantes y oyen hablar de flexibilidad. Para aquellos, flexibilidad salarial significa siempre ajustar lo que ganan a la baja; la flexibilidad del empleo es aumentar la capacidad, f¨¢cilmente y con menores costes, de ser despedidos o de cambiar su nivel profesional, lo que significa una reducci¨®n de la seguridad y la protecci¨®n al desempleo. Se han retra¨ªdo las conquistas construidas desde la Segunda Guerra Mundial. La flexibilidad equivale a aumentar de modo sistem¨¢tico la vulnerabilidad de los ciudadanos como precio a pagar, supuestamente necesario, para mantener la inversi¨®n y el empleo. Cada retroceso econ¨®mico se atribuye a la falta de flexibilidad y a la tardanza en emprender una nueva "reforma estructural del mercado de trabajo".
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