La inflaci¨®n se enquista en la zona 0% y obliga a Draghi a ampliar est¨ªmulos
El IPC de la eurozona sigue en el 0,1%, y el subyacente cae por debajo del 1% en octubre
"Por debajo pero cerca del 2%". El BCE incumple sistem¨¢ticamente desde hace casi tres a?os su primer, ¨²nico y sacrosanto mandato: la inflaci¨®n de la eurozona sigue enquistada en la zona 0%. Eurostat, la oficina estad¨ªstica de la Uni¨®n Europea, estima que el IPC del euro sigui¨® intacto en el 0,1% en noviembre. Pero el ¨ªndice general ha dejado de ser el m¨¢s significativo: la inflaci¨®n estructural (sin los elementos m¨¢s vol¨¢tiles), cay¨® dos d¨¦cimas el mes pasado, y se sit¨²a de nuevo por debajo del list¨®n del 1%: concretamente, en el 0,9%. Una inflaci¨®n baja o negativa tiene elementos beneficiosos sobre la econom¨ªa: permite recuperar competitividad. Pero a la vez esa zona 0% es un dolor de cabeza fenomenal para los banqueros centrales: el BCE teme que Europa est¨¦ cayendo en una trampa a la japonesa, con un empacho de deuda, un estancamiento para mucho tiempo, un paro cerca de m¨¢ximos (y con picos dignos de r¨¦cords ol¨ªmpicos en Espa?a y Grecia) y, en fin un jaleo fenomenal en el que ni siquiera se pueden excluir los riesgos de deflaci¨®n si las familias y las empresas empiezan a incorporar esos niveles de precios a sus expectativas: empiezan a posponer sus compras e inversiones pensando que los precios pueden caer m¨¢s.
Eurostat apenas ha dado esta ma?ana un pu?ado de datos estimativos: la inflaci¨®n general y los datos desagregados, por sectores, donde destaca un desplome de los precios energ¨¦ticos. Pero esa sencilla cifra impone una enorme presi¨®n sobre los hombros del jefe del BCE, Mario Draghi, que lleva semanas alimentando el hambre del mercado por una ampliaci¨®n del programa de compras de activos, la versi¨®n europea del Quantitative Easing (QE), que consiste poco m¨¢s o menos en darle a la impresora de billetes para adquirir activos privados y sobre todo p¨²blicos: deuda p¨²blica, a pesar de los temores de Alemania.
Los analistas especulan ma?ana con un men¨² de opciones. Lo m¨¢s probable es que el BCE rompa una de sus promesas y rebaje a¨²n m¨¢s los tipos de inter¨¦s, que al igual que la inflaci¨®n est¨¢n en la zona 0% desde hace tiempo: cortes¨ªas de la Gran Recesi¨®n. El Eurobanco ha insinuado que rebajar¨¢ el tipo de inter¨¦s de la facilidad de dep¨®sito, que ya est¨¢ en zona negativa, en el -0,2%: los bancos pagan por dejar su dinero en la ventanilla de Fr¨¢ncfort. Si ese tipo se sit¨²a ahora en el 0,3%, habr¨¢ dos efectos claros: por un lado, la banca tendr¨¢ a¨²n m¨¢s incentivos por usar sus fondos en lugar de dejarlos a buen recaudo en el BCE. Por otro, Draghi se dar¨¢ m¨¢s margen para comprar deuda p¨²blica.
El actual QE supone comprar 60.000 millones de euros mensuales hasta 2016. Pero el BCE no puede comprar deuda con tipos de inter¨¦s inferiores a la de su facilidad de dep¨®sito: con los bonos de muchos pa¨ªses en zona negativa, ese movimiento da m¨¢s margen al Eurobanco para aplicar su pol¨ªtica monetaria ultraexpansiva. Es muy posible, adem¨¢s, que el BCE aumente el importe de las compras mensuales, o que ampl¨ªe los plazos hasta que la inflaci¨®n vuelva a acercarse al 2%. Pueden pasar a?os hasta que eso ocurra.
Las Bolsas esperaban al BCE con ligeras subidas durante la ma?ana. Pero los mercados medir¨¢n con lupa tanto las medidas como las palabras de Draghi tras la reuni¨®n del consejo de gobierno del BCE de ma?ana: el italiano se ha puesto el list¨®n muy alto con sus ¨²ltimas declaraciones, y se enfrenta a una situaci¨®n in¨¦dita a lo largo de la Gran Recesi¨®n, que encara su octavo a?o en plena forma: la Reserva Federal estadounidense est¨¢ a punto de iniciar las subidas de tipos de inter¨¦s e ir¨¢ cerrando progresivamente sus medidas extraordinarias, mientras que el BCE, que ha llegado sistem¨¢ticamente tarde, se ve obligado a ampliar su arsenal ante la ca¨ªda de la inflaci¨®n y con la econom¨ªa dando tumbos, sin una recuperaci¨®n digna a¨²n de ese nombre. A la vez, se avecina tormenta en algunos emergentes: China muestra signos preocupantes, y Brasil se ha estampado contra las rocas de la recesi¨®n, con una ca¨ªda del 4,5% del PIB en el ¨²ltimo trimestre. Vienen curvas. Y vienen por varios lados.
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