Insuficientes propuestas

A pocos d¨ªas de las elecciones generales es dif¨ªcil sustraerse al an¨¢lisis de propuestas econ¨®micas de los partidos y pasarlas por filtros econ¨®micos de corto y largo plazo. Espa?a es una econom¨ªa desarrollada pero no es una econom¨ªa completamente madura, desde luego no desde una perspectiva institucional. Muchos estamos convencidos de que se precisa una mejora estructural con dos prop¨®sitos: hacer sostenible la llamada sociedad del bienestar y alcanzar nuevas fronteras. En los debates, en los m¨ªtines, en los an¨¢lisis de prensa sobre los partidos pol¨ªticos tienen un elevado peso cuestiones como la ¨²ltima metedura de pata sobre un tema coyuntural, los impuestos del a?o que viene o qu¨¦ pasar¨¢ con alguna asignatura en los planes de estudio. Aunque los programas electorales incluyen cuestiones de largo plazo, estas quedan fuera del debate, se emplazan a pactos de Estado y, entre tanto, se venden con adornos m¨¢s de marketing que de fondo.

Ser¨ªa bueno romper el t¨®pico en el futuro y apostar no por las siguientes elecciones, sino por las siguientes generaciones. Pensar en nuestros hijos m¨¢s all¨¢ de los cuatro pr¨®ximos a?os. A pesar de todo, estoy convencido de que la econom¨ªa espa?ola puede sorprender positivamente en 2016 si no hay una desgracia por medio. Ah¨ª est¨¢ la clave: ?cu¨¢l es la capacidad y resistencia de Espa?a a vaivenes ex¨®genos? Hoy por hoy, a¨²n no es muy diferente a la de antes de la crisis. Y eso a pesar de que probablemente se han hecho m¨¢s reformas por exigencia externa en los ¨²ltimos a?os que en mucho tiempo.

Si a muchos espa?oles les preguntan si alguna vez se sintieron decepcionados con el partido al que votaron en alguna de las elecciones en democracia, un porcentaje muy importante contestar¨ªa afirmativamente. Sin embargo, casi todos concluir¨ªan que la Espa?a de hoy es mejor que la de hace veinte a?os. La pregunta es si estamos seguros de que nuestros hijos disfrutar¨¢n de una Espa?a mejor en otros veinte. En el corto plazo, el turismo y un renovado y m¨¢s moderado ciclo de la construcci¨®n ayudar¨¢n a seguir avanzando. Por supuesto, tambi¨¦n lo har¨¢ esa franja muy competitiva de nuestras empresas innovadoras y exportadoras. Sin embargo, entre tanto, suceden cosas que se convierten en un mal cuasiend¨¦mico que preocupa en todo el mundo y del que Espa?a no puede abstraerse: la desigualdad aumenta y las clases medias menguan.

Es dif¨ªcil entender, por ejemplo, algunas propuestas electorales sobre pensiones, que a¨²n precisan de m¨¢s reformas para poder garantizar su sostenibilidad. Tambi¨¦n es complicado discernir c¨®mo puede mejorarse el mercado de trabajo sin cambiar la universidad y con una inversi¨®n p¨ªrrica en innovaci¨®n. Y se habla mucho del cambio clim¨¢tico pero el pa¨ªs no tiene una clara pol¨ªtica energ¨¦tica ni su papel ha sido clave en la cumbre de Par¨ªs. Por otro lado, la mayor parte de los espa?oles quisieran unas Administraciones p¨²blicas reformadas conforme a la eficiencia y el m¨¦rito, y las propuestas m¨¢s ambiciosas pasan por suprimir las Diputaciones, que ser¨ªa quedarse a medias y, aun as¨ª, causa rechazo. Todas ellas cuestiones que rinden poco electoralmente pero refuerzan el futuro del pa¨ªs.