¡°Madrid est¨¢ llena de posibilidades¡±
Sara Sabag y Luis Navarro, m¨²sicos, se marcharon a la capital en busca de trabajo. ?l ha encontrado empleo en Albacete
El pasado mes de febrero, un matrimonio de m¨²sicos llegaba a Madrid con muchas expectativas y el bolsillo muy menguado. Sara Sabag, 35 a?os, y su marido, Luis Navarro, de 32 a?os, llevaban meses encadenando empleos precarios y mal pagados. Ella, originaria de Bolivia (aunque residente en Espa?a desde hace 16 a?os), es soprano. ?l, nacido en Elche (Alicante) es licenciado en Filolog¨ªa Alemana y en Composici¨®n Musical.
¡°B¨¢sicamente lo que consegu¨ªamos en Valencia, donde viv¨ªamos, eran trabajos para estudiante, en los que haces pocas horas y cobras menos¡±, dice Navarro. ¡°Te dan para una vida normal con ayuda de tus padres¡±. Hace dos a?os se casaron y se mudaron juntos pero, con sus empleos en academias, les costaba llegar a fin de mes. ¡°No sal¨ªamos nunca. Y si sal¨ªamos con amigos, qued¨¢bamos como mucho a tomar un caf¨¦¡±.
En junio del a?o pasado Luis se qued¨® en el paro y decidieron dar el salto a Madrid. Sara hab¨ªa tenido experiencia unos a?os antes y hab¨ªa trabajado una temporada en el Teatro Real con el programa J¨®venes Cantantes. Decidieron hacer la maleta. ¡°En Madrid hay m¨¢s posibilidades y m¨¢s movimiento¡±, dice ella.
Como apenas ten¨ªan dinero y no sab¨ªan si iban a tener suerte, decidieron empezar compartiendo piso con estudiantes. Encontraron habitaci¨®n a trav¨¦s de la empresa Spotahome, que ayuda a encontrar vivienda a personas de otros pa¨ªses y a espa?oles. As¨ª que al principio compartieron casa con estudiantes varios a?os m¨¢s j¨®venes que ellos: un ingl¨¦s, una estadounidense, un boliviano y un andaluz. ¡°Perdimos en intimidad y limpieza, porque la cocina con tanta gente imagina c¨®mo estaba, pero fue divertido¡±, dice Navarro.
Ahora, nueve meses m¨¢s tarde, han hecho lo mismo que muchas parejas j¨®venes: apretujarse en una vivienda diminuta, en su caso de treinta metros cuadrados. Viven cerca del Centro Cultural Conde Duque, donde adem¨¢s estudian a veces.
Y la mudanza ha dado sus frutos: Navarro ha encontrado trabajo. Pero no en Madrid, sino en Albacete. En su caso, tras una primera movilidad laboral, llegaba la segunda. Ahora da clases en el Conservatorio Superior de M¨²sica de Castilla La Mancha. Los martes coge un autob¨²s que tarda tres horas en llegar a Albacete, imparte M¨²sicas del mundo y Educaci¨®n auditiva, y duerme en casa de su hermana, ¡°una suerte, porque no tengo que gastar y veo a mi sobrino crecer¡±. El resto de los d¨ªas imparte en Madrid clases particulares de Armon¨ªa y Lenguaje musical. Sabag, por su parte, est¨¢ trabajando en el Coro Nacional, pero es una colaboraci¨®n de solo dos semanas. Tambi¨¦n ha impartido clases de piano y solfeo como sustituta en un colegio.
¡°Hemos hecho bien mud¨¢ndonos a Madrid, una ciudad llena de posibilidades y de cultura¡±, dice Navarro. ¡°Hay tanta actividad y gente. Nos encanta¡±.
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