?Que vienen los trepas!
El trabajador que busca su propio beneficio a expensas de sus compa?eros es uno de los m¨¢s t¨®xicos en cualquier firma
Es sibilino, manipulador, capaz de todo con tal de lograr sus objetivos... ?y se sienta a tu lado! Los trepas campan a sus anchas, medrando a costa de los dem¨¢s, en muchas organizaciones. Hacerle la pelota al jefe, presumir mucho y trabajar poco son algunas de sus se?as de identidad. Tener a uno de estos carro?eros del trabajo colectivo por compa?ero es una de las peores pesadillas que te puede tocar vivir. La buena noticia es que se puede identificar y combatir al trepa.
La RAE se refiere a trepa como forma coloquial del sustantivo arribista: "Persona que progresa en la vida por medios r¨¢pidos y sin escr¨²pulos". Para Elisa S¨¢nchez, profesora de Psicolog¨ªa en la Universidad a Distancia de Madrid (Udima) y coordinadora del grupo de trabajo de Psicolog¨ªa y Salud Laboral del Colegio de Psic¨®logos de Madrid, los trepas "son personas que priorizan el qu¨¦ y el cu¨¢nto sobre el c¨®mo. Tras un trepa suele existir un problema de autoestima y seguridad en uno mismo. Si alguien necesita robarle el m¨¦rito a otro es porque considera que por s¨ª mismo no va a ser capaz de lograrlo". Juan Francisco San Andr¨¦s, consultor en productividad, organizaci¨®n y factor humano, destaca la habilidad del trepa para desentenderse de las tareas poco lucidas e implicarse en aquellas que le reportar¨¢n mayor visibilidad ante los jefes. Tambi¨¦n son unos maestros en el arte de desenvolverse socialmente en su propio beneficio. "El trepa no es un compa?ero, es un competidor. No comparte su informaci¨®n , pero sabe extraer la que puedan tener los dem¨¢s. Cuando se habla entre compa?eros de problemas de trabajo y se discuten posibles soluciones, se las arregla para encontrarse con el jefe antes que nadie y cont¨¢rselas como si fueran de su cosecha", explica San Andr¨¦s.
Pero no todo lo que a priori puede parecer un comportamiento t¨®xico lo es. "Hay que diferenciar entre un jefe o compa?ero con liderazgo sano que nos motiva y nos persuade para conseguir un objetivo com¨²n y beneficioso para todos de un manipulador que nos usa para sus propios fines", aclara Elisa S¨¢nchez. Seg¨²n Pilar Jeric¨®, presidenta de Be-Up, la cultura tambi¨¦n tiene algo que decir sobre los distintos grados de tolerancia al trepismo. "En Espa?a tendemos a escandalizarnos y a penalizar a los que se mueven claramente por resultados. En cambio, en otros pa¨ªses como Estados Unidos la persona que tiene muy claro lo que quiere lo dice abiertamente. Se lanza a por ello, y m¨¢s que envidia eso genera admiraci¨®n".
Competencia
La tecnolog¨ªa, su aliada
Algunos analistas auguran que los trepas son una especie en extinci¨®n. Marta D¨ªaz Barrera, presidenta de Talentoscopio, apunta que "el valor hoy lo tienen perfiles creativos, comprometidos y enfocados al trabajo en equipo. Lo que se busca son talentos que sean motores de cambio de la sociedad". Por su parte, Pilar Jeric¨®, presidenta de Be-Up, opina que los trepas "tienen dif¨ªcil acomodo en la actual era de la coopetici¨®n y de la econom¨ªa colaborativa porque ellos representan la ant¨ªtesis de la colaboraci¨®n, y hoy es necesario cooperar hasta con tus competidores".
La tecnolog¨ªa y las redes sociales han tra¨ªdo m¨¢s transparencia al mundo de los negocios, dificult¨¢ndole la vida al arribista y a sus manejos subterr¨¢neos. "Hoy todo queda registrado y craqueado; es dif¨ªcil en ese entorno colaborativo apropiarse de la autor¨ªa de una idea o de un logro ajenos", concede Alberto Blanco, director general de Grupo Actual. A pesar de ello, advierte este experto, algunos han sabido adaptarse. "Gracias a esas tecnolog¨ªas los trepas no solo tienen acceso a mucha m¨¢s informaci¨®n sensible de la empresa y de sus compa?eros que pueden usar en su provecho, sino que ahora disponen de m¨¢s medios y formas de contactar con personas a las que de otra forma jam¨¢s habr¨ªan llegado. Sus posibilidades de difamar se han incrementado exponencialmente".
Las empresas son acusadas con frecuencia de fomentar este tipo de conductas al empujar a sus trabajadores a una permanente competici¨®n entre s¨ª. No obstante, puntualiza Juan Francisco San Andr¨¦s, "la competencia no es negativa en s¨ª misma, lo que es disfuncional es hacer que compitan personas que deber¨ªan cooperar. Competir y cooperar al mismo tiempo es casi imposible". Lo que, en cambio, s¨ª puede dar alas al arribista laboral es la falta de diligencia de los mandos para atajar sus excesos. Cefer¨ª Soler, profesor del departamento de Direcci¨®n de Personas y Organizaci¨®n de ESADE, incide en el peligro de que unos buenos resultados econ¨®micos en el corto plazo provoquen que los superiores miren para otro lado ante determinados comportamientos contrarios a los valores sociales de la cultura de la empresa. "Los trepas poseen inteligencia social y observan las reacciones que sus acciones provocan en su entorno. Si perciben que la jefatura se inhibe, la semilla del ego¨ªsmo crecer¨¢ y se seguir¨¢n produciendo atropellos. Se necesitan jefes maduros y con personalidad para actuar y rechazar de forma clara estas situaciones", afirma.
Aunque para eso primero hay que desenmascarar al trepa. Algo que no siempre es sencillo, ni siquiera para sus propios compa?eros. "Es frecuente que la primera vez que nos enfrentamos a un trepa no nos demos cuenta. Son personas agradables y seductoras, que van a tratar de ganarse nuestra confianza para despu¨¦s abusar de ella", se?ala Elisa S¨¢nchez. Esta psic¨®loga nos brinda una pista para descubrirlos: "Si nos sentimos frustrados, desenga?ados o decepcionados despu¨¦s de una interacci¨®n con un compa?ero, posiblemente se deba a que es un trepa".
Su capacidad para proyectar una imagen distinta de la real es otra de las estrategias que estos expertos en la argucia desplegar¨¢n para salirse con la suya sin despertar recelos. Juan Francisco San Andr¨¦s describe al trepa como alguien "astuto y sutil que muestra una doble cara con la que enga?a a colegas y superiores. Delante del jefe puede incluso parecer humilde y colaborativo". La adulaci¨®n al l¨ªder, a?ade este experto, es otra de sus armas predilectas. "Los jefes necesitan tanto como cualquiera creerse importantes. El halago funciona y debilita los filtros cr¨ªticos de los mandos".
Un tipo de trepa especialmente peligroso es aquel que se dedica a airear los defectos y deslices ¡ªreales o inventados¡ª de sus compa?eros. ?C¨®mo se puede manejar a uno de estos individuos? Elisa S¨¢nchez recomienda, ante todo, no perder la calma. "Un enfrentamiento abierto solo nos desacreditar¨¢ delante de todos. Pero tampoco nos ayudar¨¢ el permanecer de brazos cruzados haciendo como si no pasara nada. Es m¨¢s efectivo explicarle al trepa de una forma asertiva y respetuosa cu¨¢les son los l¨ªmites que no vamos a tolerar que traspase, por ejemplo, que utilice la informaci¨®n que nos ha sonsacado". Una respuesta en grupo tambi¨¦n puede ser una eficaz manera de neutralizarle, agrega Juan Francisco San Andr¨¦s. "Hay que hacerle saber que el equipo no le aceptar¨¢ si contin¨²a con ese tipo de actuaciones y hacerle el vac¨ªo si persiste con ellas. Un trepa aislado es un trepa desactivado".
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