Un nuevo modelo de regulaci¨®n de los servicios financieros
Es hora de que nuestros gobernantes extraigan lecciones de los repetidos fraudes
En una reciente intervenci¨®n, el subgobernador del Banco de Espa?a, Fernando Restoy, suger¨ªa que Espa?a debe evolucionar hacia un modelo de dos reguladores (de ¡°doble v¨¦rtice¡±) para los servicios financieros. Uno, el Banco de Espa?a, velar¨ªa por la solvencia de bancos, aseguradoras, y fondos de inversi¨®n (ahora solo es responsable de los bancos). El segundo, partiendo de la actual Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, velar¨ªa por la conducta de los principales actores en los mercados financieros (y no solo en Bolsa) para proteger a los consumidores.
La reacci¨®n del Secretario de Estado de Econom¨ªa ante estas propuestas ha sido muy dura, y muy inusual en un pa¨ªs como el nuestro, en el que el Banco Central es independiente. En una nota que circul¨® a la prensa, el Sr. I?igo Fern¨¢ndez de Mesa atribuye la propuesta a que el Banco de Espa?a se est¨¢ quedando sin trabajo y busca nuevas competencias: ¡°En Europa se ha producido un cambio en el modelo supervisi¨®n y resoluci¨®n de los bancos debido a la puesta en marcha de la Uni¨®n Bancaria, lo que ha dado lugar a un vaciamiento de funciones de los supervisores nacionales hacia el Mecanismo ?nico de Supervisi¨®n y del Mecanismo ?nico de Resoluci¨®n¡±. Adem¨¢s, aprovecha para mandar un mensaje al Banco de Espa?a: ¡°El sector asegurador ha superado la crisis manteniendo un alto grado de solvencia y sin recurrir a dinero del contribuyente, lo contrario a lo que ha sucedido en el sector bancario.¡±
?Qui¨¦n tiene raz¨®n? La propuesta de Restoy, en la vanguardia de la pr¨¢ctica internacional, coincide pr¨¢cticamente por completo con la que hac¨ªa en las recientes elecciones generales el programa de Ciudadanos. La regulaci¨®n actual crea importantes conflictos de inter¨¦s que llevan, con desesperante regularidad, a la desprotecci¨®n (y estafa) de los consumidores de servicios financieros.
Es desgraciadamente cierto que, como argument¨® el subgobernador Restoy, en la actualidad las compa?¨ªas de seguros y los fondos de pensiones est¨¢n supervisados ¡°con dependencia directa del Gobierno de turno, en contra de lo predicado por los est¨¢ndares supervisores y las mejores pr¨¢cticas internacionales ¡°. Esta caracter¨ªstica, el control de los organismos supuestamente independientes por el gobierno ¡°de turno¡±, muy habitual del capitalismo de amiguetes patrio, es la que defiende con u?as y dientes el se?or De Mesa. Al Partido Popular no le han gustado nunca (y sus responsables econ¨®micos lo han dicho con claridad) las instituciones independientes. Es sabido que el Gobierno nunca quiso una Autoridad Fiscal Independiente (su creaci¨®n fue una imposici¨®n directa del Memorandum de Entendimiento del rescate de Espa?a por la Troika), y ha puesto tales obst¨¢culos a su funcionamiento que esta, la AiREF, ha tenido que poner un pleito contra el propio Gobierno para preservar su independencia. El mismo Gobierno fusion¨® los distintos reguladores sectoriales (Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa, Comisi¨®n del Mercado de las Telecomunicaciones, y la Comisi¨®n Nacional Postal) con la autoridad de competencia (CNC) en un proyecto de creaci¨®n de un nuevo organismo, la CNMC, bajo estricto control pol¨ªtico, que vaciaba gran parte de las competencias de estos organismos y se las asignaba a los ministerios. Por suerte este proyecto fue rechazado por Bruselas, pero el Gobierno ha hecho todo lo posible por neutralizar la posible independencia de la CNMC nombrado a amigos y familiares como consejeros.
Pero no solo es necesario dotar de independencia al supervisor de Seguros y Fondos de inversi¨®n. Se trata tambi¨¦n de eliminar el actual conflicto de inter¨¦s que sufre el Banco de Espa?a: el supervisor est¨¢ tambi¨¦n obligado a velar por la solvencia de las entidades financieras, y este inter¨¦s por la solvencia le ha llevado a descuidar sistem¨¢ticamente el inter¨¦s de los consumidores.
Supongamos que los bancos espa?oles se encuentran en una situaci¨®n apurada de solvencia. Un creativo banco de inversi¨®n propone una soluci¨®n: un complicado instrumento financiero que, pareciendo un bono normal de renta fija, puede perder su valor si las entidades no son solventes. El Banco de Espa?a se enfrenta a un dilema: permite este producto, que servir¨¢ para recaudar un preciado capital, quiz¨¢s necesario para asegurar la supervivencia de los bancos; o lo proh¨ªbe ante el peligro de que los consumidores que lo compren asuman riesgos que no son capaces de comprender.
Este es precisamente el dilema al que se enfrent¨® el Banco de Espa?a cuando las entidades financieras, algunas de ellas incapacitadas para ampliar capital mediante la emisi¨®n de acciones (las cajas), propusieron vender al p¨²blico ¡°participaciones preferentes¡±, que son t¨ªtulos que no confieren participaci¨®n en el capital ni derecho a voto, pero cuyo pago est¨¢ condicionado a la rentabilidad de la sociedad. La decisi¨®n del supervisor financiero coincidi¨® con la de la CNMV: permitir a los particulares el acceso a este complejo producto financiero, anteponiendo el inter¨¦s por la solvencia a la protecci¨®n de los consumidores. Las consecuencias son de todos conocidas.
La protecci¨®n del consumidor de productos financieros lleva a?os fallando. Se vendieron preferentes a los consumidores por decenas de miles de millones de euros. Las comisiones de los fondos de pensiones y de inversi¨®n son escandalosamente altas. Los consumidores han sido estafados no una, sino dos veces, por empresas que camuflaban su operativa piramidal en ventas de sellos con pacto de recompra, por un total de 6.000 millones de Euros (Afinsa y Forum Filat¨¦lico). El producto de estas empresas, inversi¨®n en bienes tangibles coleccionables (no son entidades financieras), depende, grotescamente, de los departamentos de consumo de las Comunidades Aut¨®nomas.
La soluci¨®n no es, como le gustar¨ªa al Gobierno y al Secretario de Estado de Econom¨ªa, dejar el problema en manos de los pol¨ªticos. Por el contrario, a soluci¨®n que ha propuesto Ciudadanos, como la que propone el Sr. Restoy, parte de separar la supervisi¨®n de la solvencia de la protecci¨®n del consumidor. De la protecci¨®n del consumidor se encargar¨ªa una Comisi¨®n Nacional de Servicios Financieros, que supervisar¨ªa la prestaci¨®n a clientes de cualquier servicio financiero, incluidos los t¨ªpicamente bancarios (pr¨¦stamos hipotecarios, tarjetas de cr¨¦dito¡), los de seguros y los fondos de pensiones, y cualquier forma de captaci¨®n de ahorro en Espa?a (?incluidos los sellos!), y, tambi¨¦n, como ha sugerido el subgobernador, la supervisi¨®n de los auditores. Esta comisi¨®n propondr¨ªa contratos marco, transparentes, para seguros e hipotecas, y podr¨ªa prohibir algunos productos por complejos u obscuros. Y s¨ª, el Banco de Espa?a estar¨ªa a cargo de la supervisi¨®n de la solvencia de todas las entidades financieras (incluidas las empresas de servicios de inversi¨®n y las compa?¨ªas de seguros ahora supervisados por organismos no independientes), y dejar¨ªa de ser responsable de la prestaci¨®n por los bancos a sus clientes de servicios bancarios.
Es hora de que nuestros gobernantes extraigan lecciones de los repetidos fraudes y esc¨¢ndalos a los que han sido sometidos los consumidores financieros espa?oles. La soluci¨®n que ha propuesto recientemente el Banco de Espa?a (y Ciudadanos) es buena, es factible, y evitar¨¢ que se sigan repitiendo con regularidad los mismos esc¨¢ndalos.
Luis Garicano es Catedr¨¢tico de la LSE y miembro de la Ejecutiva de Ciudadanos, donde es responsable de pol¨ªtica econ¨®mica.
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