¡°Hemos pasado de ser invisibles a que nos traten de usted¡±
Dos paradas de larga duraci¨®n de m¨¢s de 55 a?os cuentan su odisea hasta encontrar empleo
¡°El 11 del 11 de 2011¡±. Mar¨ªa Victoria Tr¨ªvez, 57 a?os, se?ala la fecha en que se le vino el mundo encima. Ese d¨ªa de noviembre, esta vendedora de muebles de cocina elegante y enjuta, perd¨ªa su empleo en un pa¨ªs zambullido en una crisis sin precedentes. Con la ca¨ªda del ladrillo, hab¨ªa menos cocinas que vestir y el contador de su vida laboral se paraba en seco: 33 a?os, dos meses y 2 d¨ªas. Detr¨¢s, el vac¨ªo.
Tr¨ªvez, casada y madre de una ni?a adoptada, ha tardado cuatro a?os en conseguir un trabajo con sueldo y seguridad social. Es temporal, pues est¨¢ haciendo una sustituci¨®n, pero ella no le ve un pero. Tambi¨¦n cobra menos que antes, pero tampoco se lo tiene en cuenta. ¡°?Sabes la satisfacci¨®n que es salir de casa y saber d¨®nde tienes que ir?¡±.
El de ella es un ejemplo de la recuperaci¨®n del empleo en el pa¨ªs, que se redujo el a?o pasado en 678.200 personas, seg¨²n la ¨²ltima EPA, pero ha vuelto a colocar a las mujeres por encima de los hombres como demandantes de empleo. Aunque para su grupo de edad y adem¨¢s sin formaci¨®n, es especialmente dif¨ªcil. 1006 mujeres de entre 55 y 59 a?os encontraron trabajo a la vez que ella, en el tercer trimestre de 2015. Adem¨¢s, el caso de Tr¨ªvez permite meter la nariz en la angustia que pasan muchos desempleados cuando lo son a partir de cierta edad y ven su poder adquisitivo herido de un d¨ªa para otro. 120.400 mujeres de entre 55 y 59 a?os llevaban m¨¢s de dos a?os en el paro al final de 2015. El n¨²mero de paradas para su grupo de edad no ha dejado de aumentar desde 2005, cuando eran 11.100. En estos diez a?os se han multiplicado por m¨¢s de 10 las afectadas por el desempleo.
¡°Enseguida me di cuenta de que esta no era una crisis normal¡±, dice esta mujer originaria de Zaragoza. ¡°Me di cuenta de que, con poca formaci¨®n, me ten¨ªa que reinventar y buscar empleo como ordenanza, taquillera, guarda de museos o lo que fuera¡±. Invirti¨® un a?o en sacarse tercero y cuarto de la ESO en una escuela para adultos y se puso a buscar cursos del INEM. En el primero que hizo, de restauraci¨®n, conoci¨® a la que ser¨ªa su alma gemela en la b¨²squeda de un empleo, Mar¨ªa Mart¨ªnez, una madrile?a once meses menor que ella reci¨¦n divorciada. Mart¨ªnez dej¨® hace muchos a?os su trabajo en una empresa de decoradores para cuidar a su hijo y ayudar a su entonces marido. Cuando se encontr¨® sola con una pensi¨®n compensatoria de 400 euros, no le qued¨® m¨¢s remedio que buscar algo. ¡°Mar¨ªa es lo mejor que he sacado de estos a?os. Es mi complemento directo. Yo doy el primer paso y ella siempre me sigue¡±, sonr¨ªe Tr¨ªvez.
¡°Sab¨ªamos que el trabajo no nos iba a venir a buscar, as¨ª que hemos sido moscas cojoneras de la b¨²squeda de empleo¡±, resumen. ¡°Cada d¨ªa nos vest¨ªamos bien y nos hac¨ªamos una ruta distinta para encontrar trabajo¡±, dice Tr¨ªvez. ¡°Hemos peinado Madrid por barrios. Cuando nos cansamos le escribimos a personalidades destacadas como Esperanza Aguirre, Ana Botella o Manuela Carmena, que es la ¨²nica que no nos ha respondido¡±. La falta de ingresos oblig¨® a Tr¨ªvez a buscar un empleo nocturno por el que no cotiz¨®: de las 21.00 a las 9 de la ma?ana cuid¨® unos meses a una mujer enferma.
Hace cuatro meses su esfuerzo daba sus frutos: la mujer m¨¢s feliz del mundo entraba a trabajar como ordenanza en el Instituto de Ciencias de la Construcci¨®n Eduardo Torroja, del CSIC. Hace, explica, ¡°un poquitico de todo: atender el tel¨¦fono, anotar las llegadas de cemento, repartir el correo¡¡±. Poco despu¨¦s escrib¨ªa su cuarta carta al Director de EL PA?S que titulaba como se sent¨ªa: ?Qu¨¦ feliz soy! Su canto a la alegr¨ªa. ¡°Las personas de mi edad no disponen de mucho tiempo para reinventarse y poder as¨ª acceder a otros empleos, a m¨ª me ha costado mucho esfuerzo y lo he podido conseguir, pero s¨¦ que la gran mayor¨ªa no lo va a lograr y eso es muy cruel, por eso soy feliz, porque he luchado y he obtenido mi recompensa y me gustar¨ªa que todo el mundo pudiera tener la misma oportunidad que yo y que tambi¨¦n puedan ser felices¡±.
?Y Mart¨ªnez? Su contrato ha sido raqu¨ªtico, de quince d¨ªas, pero dice que ahora se le ha pasado el miedo a buscar trabajo. Tr¨ªvez resume c¨®mo se sienten: ¡°Con 57 a?os hemos pasado de ser invisibles a que nos traten de usted¡±.
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