?ramos los ¡®alemanes del sur¡¯
Cada vez hay m¨¢s leyes complejas, inestables, de mala calidad y que no se cumplen
El crecimiento exponencial de la desigualdad se ha debido, sobre todo, al aumento del paro, a las devaluaciones salariales facilitadas por la reforma laboral, y a la reducci¨®n de los niveles y calidad de la protecci¨®n social. Pero no s¨®lo. Tambi¨¦n ha tenido que ver en ello el deterioro de las instituciones y la manera arbitraria de ejercer el poder, que ha hecho de Espa?a un pa¨ªs clientelar en muchos casos, con un Estado deficiente en su funcionamiento.
En 1992, con motivo de la Exposici¨®n Universal de Sevilla y los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, alguna prensa internacional calific¨® a los espa?oles como "los alemanes del sur". ?En qu¨¦ momento se perdi¨® este h¨¢lito y se deterior¨® el marco en el que se desarrolla la actividad econ¨®mica?, ?qu¨¦ gobiernos han sido m¨¢s intensivos en esta decadencia? Ello se concreta, ya lo hemos dicho, en el mal funcionamiento de las instituciones. ?stas, cuando son buenas, reducen las incertidumbres, aminoran los costes de transacci¨®n y facilitan la cohesi¨®n social. Nada de esto est¨¢ sucediendo. El papel de las instituciones ha devenido tan importante en el comportamiento de los agentes econ¨®micos y sociales, que ya no tiene sentido utilizarlo como la caracter¨ªstica principal de una escuela de pensamiento. Es la victoria de economistas como Douglas North, Ronald Coase, Elinor Ostrom, Oliver Williamson (los cuatro premios Nobel), o Dani Rodrik.
Si se repasan algunas de las particularidades de lo que nos ocurre, no se puede ser optimista: paulatina desaparici¨®n de los mecanismos compensatorios del ejercicio del poder; intensificaci¨®n de las pr¨¢cticas clientelares; vor¨¢gine normativa (leyes complejas, inestables, de mala calidad, que generan inseguridad jur¨ªdica); incumplimiento de estas mismas leyes por parte de las Administraciones, empresas y particulares; escasa eficacia de la justicia (lenta, deficiente gesti¨®n de los juzgados, grado menor de las sentencias); malas regulaciones y supervisiones, sobre en el sector bancario y el¨¦ctrico, etc¨¦tera.
Con estos mimbres, a un empresario o a un profesional puede sucederle lo que cuenta el catedr¨¢tico de Teor¨ªa Econ¨®mica Carlos Sebasti¨¢n, en su muy sugerente libro dedicado a estas cuestiones (Espa?a estancada, Galaxia Gutenberg): si ha tenido la suerte de ganar un concurso de contrataci¨®n p¨²blica ¡ªlo cual a veces supone una aut¨¦ntica fortuna dada la escandalosa falta de transparencia imperante¡ª puede luego tener dificultades para cobrar, y puede encontrarse con una Administraci¨®n que incumple el contrato, hace lo propio con una sentencia judicial y acaba aplicando con car¨¢cter retroactivo una nueva ley para pagar muy tarde una cantidad menor de lo que le corresponde. Ejemplos de ellos se encuentran en las concesiones p¨²blicas de las autopistas catalanas, el proyecto Castor o las autopistas radiales de Madrid, casos verdaderamente espectaculares de Estado clientelar.
El empresario, o el ahorrador, tambi¨¦n puede encontrarse en una situaci¨®n de indefensi¨®n cuando acude a un supervisor, ¨¦ste le da la raz¨®n, pero la otra parte simplemente se niega a rectificar. Esta situaci¨®n se produce de modo sistem¨¢tico en las reclamaciones de clientes bancarios ante el Banco de Espa?a, en las que ¨¦ste ha dado la raz¨®n al cliente y el banco reclamado no ha rectificado.
Uno de los resultados de esta desmoralizante situaci¨®n es que hay emprendedores que prefieren dejar de serlo y revierten en trabajadores por cuenta ajena. Dice Sebasti¨¢n: "El mejor mundo que se les ofrece es convertirse en un hombre de negocios cercano al poder, que puede obtener plusval¨ªas con escaso riesgo y nula actividad empresarial propiamente dicha. O ser un empresario con un flujo de ingresos relativamente garantizado con poco esfuerzo comercial y sin el menor incentivo a diferenciarse para captar clientes, porque ha sido beneficiado por una acci¨®n discrecional tomada por los poderes p¨²blicos".
?Por qu¨¦ los programas de los partidos pol¨ªticos hablan tan poco de estas dificultades? Quiz¨¢ porque los perdedores de cualquier intento serio de avanzar hacia otro marco son muy poderosos y se coaligar¨¢n para resistirse. Este es el verdadero capitalismo de amiguetes.
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