Los refugiados y los gorrones
Los que antes no quisieron mutualizar la deuda exigen ahora compartir la emigraci¨®n
Mutualizar era un concepto odiado por la Europa hegem¨®nica (Alemania y su glacis) durante los peores momentos de la crisis del euro. Entonces, se opusieron a mutualizar la deuda p¨²blica ¡ªcompartir los costes y los riesgos mediante la emisi¨®n de bonos europeos¡ª para ayudar a los pa¨ªses m¨¢s afectados por las desgracias econ¨®micas. Se trataba de repartir las cargas entre todos los pa¨ªses de la eurozona haciendo realidad el hecho de una uni¨®n europea.
Ahora, ese concepto de mutualizaci¨®n se ha hecho m¨¢s simp¨¢tico entre los mismos pa¨ªses halcones, en el momento en que son ellos los que tienen que soportar en mayor parte la nueva crisis que asola a la UE: la de los refugiados. Son ellos los que quieren mutualizar a los propios refugiados que huyen de la muerte (repartirlos entre todos) y mutualizar los costes de mantenerlos, integrarlos y regularlos. No hubo mutualizaci¨®n de la deuda pero puede haber mutualizaci¨®n de los refugiados.
Algo parecido es lo que propone un documento del Ministerio de Econom¨ªa y Finanzas de Italia. Matteo Renzi est¨¢ deviniendo en el contrapeso de las pol¨ªticas que llegan de Berl¨ªn y Bruselas. Entienden los italianos que la respuesta de la UE a las dificultades de los ciudadanos europeos durante los a?os de la Gran Recesi¨®n han sido insuficientes, tanto en su vertiente econ¨®mica como migratoria, y exigen flexibilidad en la aplicaci¨®n de las reglas y ¡ªde nuevo el palabro¡ª la ¡°mutualizaci¨®n de los riesgos¡± para que Europa sea una verdadera uni¨®n. Sobre los refugiados, opinan que su presencia es sist¨¦mica y que necesita una respuesta conjunta: ¡°La polic¨ªa europea y la gesti¨®n com¨²n de fronteras justifican el recurso a la mutualizaci¨®n de fondos a trav¨¦s de un mecanismo conjunto como los eurobonos¡±. No se escuchan los gritos escandalizados de Wolfgang Sch?uble y sus aliados holandeses.
Si no se arregla por humanidad el problema de los refugiados, que se haga para mantener uno de los logros m¨¢s medulares de la UE: la desaparici¨®n de las fronteras interiores de los pa¨ªses firmantes del Tratado de Schengen. En un art¨ªculo imprescindible (Un bien colectivo que nadie defiende), Carmen Gonz¨¢lez Enr¨ªquez, investigadora del Instituto Elcano, escribe que hay pa¨ªses europeos que act¨²an como esos gorrones, que siempre conf¨ªan en que sean otros los que paguen y cumplan las reglas mientras ellos disfrutan de los bienes de todos. Estos bienes (Schengen, el euro y el mercado com¨²n son los principales bienes colectivos que ha producido la UE) plantean un dilema: aunque todos reciben sus beneficios, su mantenimiento exige un coste nacional ya sea econ¨®mico, por la v¨ªa de los impuestos, o de comportamiento, por el camino de acatar normas que no siempre son las preferidas en cada momento por los Estados.
Sin un m¨ªnimo de compromiso, el bien colectivo se hunde y desaparece. El cierre de fronteras no hace m¨¢s que extenderse y provoca un efecto domin¨®. Hay en la UE una falta de reacci¨®n frente lo acordado: no lo cumplen, no desplazan a los expertos necesarios para que funcionen los puntos de entrada regulada de refugiados en Italia y Grecia, sin los cuales los mecanismos de recepci¨®n, registro, reparto y devoluci¨®n es imposible; no env¨ªan personal o medios a Frontex ni aportan los fondos comprometidos con Turqu¨ªa; y ponen todas las trabas posibles a la aceptaci¨®n de las cuotas de refugiados.
Pa¨ªses gorrones que conf¨ªan en que sean otros (Grecia, por ejemplo) los que cumplan las reglas mientras ellos disfrutan gratis de los bienes colectivos. No deja de ser parad¨®jico, dice la investigadora de Elcano, que sean las naciones del Este (aquellas que m¨¢s se beneficiaron desde finales de los a?os noventa de la libertad de movimientos de la UE por el alto n¨²mero de migrantes econ¨®micos que desplazaron al Oeste) las que hoy ponen m¨¢s trabas a la llegada de refugiados y, por ende, las que hacen peligrar con m¨¢s intensidad los acuerdos de Schengen.
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