La espada de Damocles
La econom¨ªa espa?ola tiene elementos positivos que deben ser reforzados si queremos entrar en una senda de crecimiento sostenible
La reciente publicaci¨®n por el Banco de Espa?a de un avance de los resultados de la balanza de pagos en 2015 arroja una luz interesante sobre nuestras relaciones con el exterior que no son ni tan buenas como se ha pretendido ni tan malas como a veces se piensa. Estamos en un claroscuro con elementos positivos que deben ser reforzados si queremos entrar en una senda de crecimiento sostenible.
La balanza por cuenta corriente (el saldo de los intercambios de mercanc¨ªas, servicios y rentas con el exterior) registr¨® un excedente de 16,7 miles de millones de euros en 2015 equivalentes a un 1,5 por ciento del PIB. En primera lectura es un dato positivo ya que significa que estamos devolviendo parte del ahorro exterior que tomamos a pr¨¦stamo a lo largo de los pasados a?os, especialmente en los de la burbuja inmobiliaria, cuando el d¨¦ficit de la balanza por cuenta corriente alcanz¨® el 10 por ciento del PIB. Nuestra deuda neta frente al resto del mundo (92 por ciento del PIB en el tercer trimestre de 2015) es muy elevada y requiere una correcci¨®n urgente. Hay quien dice que el endeudamiento exterior no tiene importancia, que nunca se paga, y tambi¨¦n algunos mantienen que hay que endeudarse m¨¢s de lo que ya estamos para sostener el estado del bienestar. Dicen, en realidad, que consumamos nosotros y que paguen nuestros hijos. En cualquier caso, el problema a corto plazo que plantea el endeudamiento con el exterior es el de hacernos muy vulnerables a los vaivenes financieros, con la inevitable repercusi¨®n sobre el cr¨¦dito, la inversi¨®n y, en definitiva, el empleo.
El excedente del 1,5 por ciento se ha producido en el marco de un crecimiento del PIB del 3,2 por ciento, lo que quiere decir que por el momento somos capaces de crecer y de devolver nuestras deudas, lo que no es poco. Otros pa¨ªses como Italia o Grecia han registrado excedentes mayores que el nuestro, pero con menores tasas de crecimiento. Y lo hemos hecho a pesar de que nuestro principal mercado, la Uni¨®n Europea, tan solo ha crecido un 1,9 por ciento. La comparaci¨®n con los otros grandes pa¨ªses de la eurozona es bastante favorable ya que nuestras exportaciones de bienes y servicios han aumentado un poco m¨¢s deprisa que las de Alemania y Francia y bastante m¨¢s que las de Italia. No se trata, como en el caso de Grecia, de un excedente basado en el estancamiento de las exportaciones y la ca¨ªda de las importaciones; en nuestro caso las importaciones de bienes y servicios han crecido m¨¢s de dos puntos por encima de la media de Alemania, Francia e Italia.
El sector que m¨¢s contribuy¨® al aumento de las exportaciones fue el del autom¨®vil con un incremento de casi el 20 por ciento. Tambi¨¦n crecieron por encima de la media los productos alimenticios y los bienes de consumo. Los mercados hacia los que se dirigieron nuestros productos fueron la Uni¨®n Europea, que absorbe casi dos tercios de nuestras ventas al exterior, Am¨¦rica del Norte, especialmente Estados Unidos, con un crecimiento del 7,2 por ciento y una participaci¨®n en el conjunto de las exportaciones del 4,6 por ciento frente al 5,9 por ciento de Am¨¦rica Latina y, por ¨²ltimo, Oriente Pr¨®ximo, a pesar de la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo. En cuanto a las importaciones, crecieron fuertemente las de bienes de equipo (un 18,9 por ciento) y las de autom¨®viles. Por zonas de procedencia destaca la Uni¨®n Europea con un aumento del 8,9 por ciento, China con un 19,5 por ciento y de manera muy especial Estados Unidos con un 24,6 por ciento compuesto principalmente por medicamentos e instrumentos de precisi¨®n. Las importaciones procedentes de Am¨¦rica Latina cayeron un 14,7 por ciento, en parte como consecuencia de la bajada del precio de las materias primas, especialmente el petr¨®leo.
Como tantas veces se ha dicho, el sector exterior goza actualmente de un viento de cola favorable. La factura energ¨¦tica disminuy¨® en m¨¢s de 16.700 millones de euros por la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, a lo que hay que a?adir m¨¢s de cinco mil millones de euros netos por la reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s que pagamos por nuestras deudas. El excedente que nos proporciona el turismo permaneci¨® estable pues el aumento de ingresos se vio compensado por el incremento de los gastos de los espa?oles en el exterior.
Vivimos unas circunstancias con las que no hay que contar para siempre. Por lo que se refiere al petr¨®leo, lo m¨¢s probable es que su precio aumente paulatinamente y supere claramente ya este a?o 40 d¨®lares por barril, sin descartar tampoco episodios alcistas desencadenados por crisis pol¨ªticas en una zona tan conflictiva como es Oriente Pr¨®ximo. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta el tipo de cambio del d¨®lar frente al euro, si bien se trata de una relaci¨®n en la que caben toda clase de apuestas. A largo plazo el d¨®lar deber¨ªa tender a depreciarse frente al euro pero es arriesgado pronosticar en que medida podr¨ªa hacerlo ya que los elementos que intervienen en esta relaci¨®n son numerosos y no todos de car¨¢cter econ¨®mico.
En cuanto al turismo, no parece probable que las turbulencias en los pa¨ªses del Sur del Mediterr¨¢neo vayan a cesar de la noche a la ma?ana, por lo que Espa?a seguir¨¢ siendo el destino preferido de quienes no quieren correr riesgos en sus vacaciones de sol y playa. Por ¨²ltimo, los tipos de inter¨¦s ya no pueden bajar mucho m¨¢s: su ascenso, cuando se produzca, nos perjudicar¨¢ seriamente dada la magnitud de nuestro endeudamiento.
La conclusi¨®n de todo ello es que los factores que podemos englobar en la categor¨ªa gen¨¦rica de ¡°viento de cola¡±, especialmente el petr¨®leo y los tipos de inter¨¦s, explican con creces el excedente de la balanza por cuenta corriente. A ello hay que a?adir las exportaciones de autom¨®viles que por s¨ª solas contribuyeron en m¨¢s de dos puntos al crecimiento total de las exportaciones de mercanc¨ªas. El esfuerzo exportador en los ¨²ltimos a?os ha sido bastante notable y podemos esperar que prosiga a pesar del reducido tama?o medio de nuestras empresas. El pr¨®ximo gobierno, cuando se constituya, deber¨ªa dedicar algo de su tiempo a elaborar un plan que favorezca el aumento de tama?o de las empresas y que haga realidad la eterna promesa de incrementar la inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo adem¨¢s de mejorar sustancialmente la calidad de la educaci¨®n que reciben los j¨®venes. Todos lo dicen en sus programas pero luego, como dec¨ªa Mayakovsky, la canoa del amor se rompe contra los escollos de la vida cotidiana y la espada de Damocles de la deuda permanece amenazadora sobre nuestras cabezas.
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